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La importancia de una buena limpieza facial. Si quieres lucir una piel luminosa y uniforme, es muy importante que tengas como rutina una limpieza de cutis. Esto nos ayudará a devolverle a nuestra piel la luminosidad y vitalidad perdidas, además de servirnos para mejorar la textura y la uniformidad de nuestro rostro.
Todos te lo dicen hasta el cansancio, necesitas una rutina de skin care, pero más que eso, necesitas un excelente limpiador, ya que es el primer paso de tu rutina y de ese dependen todos los demás. Imagínate, si no retiras por completo el maquillaje de nada te sirve tener los mejores sueros, toners y cremas.
Limpiar la cara todos los días, antes de dormir y al levantarse debiera ser un hábito igual como cepillarse los dientes. Cuidar de la piel de la cara, va más allá de usar cremas adecuadas, tomar 2 litros de agua y comer sano. Requiere tiempo y dedicación diaria. Sin embargo, por somnolencia o falta de tiempo se deja a un lado, y luego uno se pregunta, ¿qué pasó con el brillo y frescura de la piel de mi rostro?.
“Es muy importante higienizar nuestra cara diariamente, porque dependiendo del tipo de piel que tengamos, se van a ir produciendo desde un taponamiento de los poros cuando la persona tiene la piel muy grasa hasta una gran irritación cuando la piel es sensible”, explica el Dr. Rodolfo Klein G.
Esta acumulación de material –continúa el dermatólogo– está compuesta de grasa que producen las glándulas sebáceas, sudor de las glándulas sudoríparas, más la mugre y polución del aire junto con las sustancias que se utilizan en la cara: crema, gel o maquillaje. Por tanto, limpiar la cara es una actividad que debiera practicarse, al menos dos veces al día y nunca más de tres, porque la limpieza excesiva reseca. Aunque lo más determinante será la utilización de productos adecuados para cada tipo de dermis.
¿Qué usar para limpiar el rostro?
Las limpiezas básicas son la nocturna y la matutina. Antes de descansar es imprescindible dedicar unos minutos de atención a la cara. Puede ser un momento muy especial, si se le quita la “lata” y se toma con una actitud relajada y como una oportunidad para mimarse antes de dormir.
Lo primero es lavarse las manos para no esparcir microbios sobre la cara. Luego, aplicar jabón, crema limpiadora o loción. Estas tres alternativas son válidas y aptas. La que se escoja tendrá que ser especial para el tipo de piel que se tenga para no dañarla. En la aplicación se pueden utilizar cepillos, esponjas especiales, algodón, tissue o simplemente los dedos. Otra opción es adquirir las toallitas desmaquillantes.
Los primeros ayudarán con la circulación y las esponjas exfolian aunque si la cara está seca o es delicada, mejor no usarla todos los días. Ambos, cepillos y esponjas deberán eso sí siempre mantenerse libres de bacterias o limpios y secos. Posteriormente se puede enjuagar con agua a temperatura ambiente, pero que no esté caliente porque rompe los capilares ni fría porque si bien cierra poros y aumenta la circulación, reseca mucho la piel. Para secar, usa una toalla limpia sin frotar porque estimula la producción de grasa, mejor dar unos pequeños golpecitos para secar y estimular. También se puede dejar que se seque sola lo que mejorará su humedad.
¿Por qué es importante la limpieza facial?
Limpiar correctamente nuestro rostro es fundamental para conservarlo suave y protegido. La limpieza facial es tan imprescindible como la hidratación. Y es que esta permite que la dermis “respire” y los poros no queden obstruidos.
Para mantener la dermis saludable, joven y suave es fundamental adoptar el hábito de eliminar las células muertas e impurezas. Por suerte, hay una amplia variedad de mascarillas para la limpieza facial que se pueden elaborar a partir de ingredientes naturales.
Es importante tener en cuenta que la limpieza facial se debe realizar de forma regular. Lo ideal es hacer una sesión de limpieza profunda al mes y, adicional mente, limpiezas superficiales 2 o 3 veces a la semana.