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La aparición de San Miguel Arcangel

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La aparición de San Miguel Arcangel

Según narra la tradición del Santuario de San Miguel Arcángel, este ángel se habría aparecido milagrosamente cuatro veces en la historia de Apulia, sur de Italia. Los diferentes Obispos del lugar dedicaron el lugar de sus apariciones construyendo un santuario en su nombre.

La primera aparición de San Miguel Arcangel

La aparición de San Miguel Arcángel en el Monte Gargano ocurrió en el año 492 (municipio italiano de Manfredonia). Según la leyenda, un ganadero perdió a uno de sus toros. Estuvo varias horas buscándolo y lo encontró en la entrada de una cueva de difícil acceso, situada en la parte más alta del monte. Su rescate se hacía imposible, por lo que el ganadero decidió dispararle una flecha con la intención de matarlo. No obstante, esta flecha lanzada se devolvió y lo hirió a el mismo. El ganadero se dirigió al Obispo local para contarle lo sucedido, y el Obispo interpretó este evento como una señal divina. Como respuesta, decretó tres días de ayuno, durante los cuales debían rogarle a Dios que les revelara sus sublimes designios en relación con lo sucedido.

La respuesta a las oraciones y a los sacrificios no se hizo esperar. En la aurora del cuarto día, un 8 de mayo, mientras el Obispo estaba rezando en la iglesia, se le aparece el glorioso príncipe de las milicias celestiales y le dice: “Has hecho bien en tratar de descubrir el misterio de Dios oculto a los hombres”. También prometió que concedería cualquier favor que allí le fuera pedido en oración y dispuso que se dedicara la cueva al culto cristiano. Y, como prueba de su poder, hizo que el noble alcanzado por la flecha quedara prodigiosamente curado, hasta tal punto que le desapareció todo vestigio de las heridas.

Los fieles tomaron como costumbre subir al monte Gargano a fin de pedir la intercesión del santo arcángel, que les obtenía gracias con gran Generosidad espléndida. Uno de los mayores favores que concedió tuvo lugar dos años después de la primera aparición. Habiendo sido sitiada la ciudad por un poderoso ejército bárbaro, el Obispo subió a la cueva para implorarle al arcángel la victoria. Le aconsejó al pueblo que pidiera una tregua de tres días, durante los cuales debían hacer ayunos y oraciones en honor al Dios de los ejércitos. Los invasores aceptaron el armisticio y, cumplido el tiempo estipulado, San Miguel se le apareció nuevamente al prelado mientras rezaba en la catedral. Era la aurora del 29 de septiembre del 492. Iba para anunciarle la victoria y le advertía de que no atacaran a los invasores sino después de la hora cuarta de aquel mismo día.

El santo Obispo convocó al pueblo y le transmitió las instrucciones recibidas del Cielo. Inundados de alegría, los defensores de la ciudad pasaron las primeras horas del día en oración y, en el momento determinado por el arcángel, se dirigieron al encuentro de sus adversarios. Iniciada la batalla, se desencadenó una horrible tormenta, cuyos rayos caían sobre los bárbaros sin alcanzar a los fieles. Aterrorizado, el ejército enemigo enseguida se dio a la fuga.

En agradecimiento, el Obispo salió con el pueblo en procesión hasta la cueva del arcángel, ante la cual encontraron grabadas en la roca unas huellas similares a las de un hombre. Inmediatamente las atribuyeron a San Miguel y, no osando entrar, se pusieron a venerar los vestigios dejados por el espíritu angélico como signo inequívoco de su presencia y protección.

En el octavo día del mes de mayo del 493 el Obispo (llamado Lorenzo) subió de nuevo a la cueva para conmemorar el tercer aniversario de la primera aparición. Andaba preocupado con la idea de transformar aquel solitario lugar en un verdadero santuario, donde Dios fuera alabado y la Santa Misa celebrada con frecuencia, pero no sabía cuál sería el mejor método de hacerlo.

Para resolver el dilema decidió plantearle el problema al Papa San Gelasio, que acababa de asumir el trono pontificio, quien acogió con benevolencia a los mensajeros del Obispo. Pero en vez de darle una solución a la cuestión, le invitó a que descubriera la voluntad del arcángel con estas palabras: “Si dependiera de Nosotros determinar el día de la dedicación de la iglesia elegida por San Miguel, diríamos que se hiciera el día de la victoria contra los bárbaros; pero como es cosa que le toca al santo príncipe, esperemos su oráculo”.

En esa misma misiva, el Pontífice le pedía al Obispo determinara en el pueblo un ayuno de tres días, en el cual deberían acompañarlo siete virtuosos prelados de diócesis vecinas. El propio Santo Padre prometía unirse en Roma a las oraciones así promulgadas.

El 26 de septiembre del 493 comenzó el triduo solemne preceptuado por San Gelasio y la noche del día 29 el Obispo recibió el tercer oráculo del arcángel, que se le apareció diciéndole: “No te corresponde a ti dedicar la basílica que yo erigí, sino a mí, que puse sus cimientos. A medida que sus paredes crezcan, los pecados de los hombres que la visiten disminuirán, pues en el seno de esta casa tan especial las malas acciones desaparecen. Entrad en ella, orad asiduamente en su interior, asistidos por mí, su patrón. Y, cuando sean celebradas Misas, que el pueblo comulgue conforme la costumbre. Yo mismo me encargaré de santificar este lugar”.

En la aurora del día siguiente, prelados y fieles se dirigieron a la cueva y los signos prometidos por el arcángel comenzaron ya en el propio camino, a lo largo del cual el sol era muy fuerte. En determinado momento, cuatro enormes águilas empezaron a acompañarlos: dos les hacían sombra a los Obispos y al pueblo, y las otras dos producían con sus alas una agradable brisa.

En la tradición popular, es considerado un intercesor poderoso y protector contra el mal. Se le invoca en momentos de peligro, para alejar a los demonios y fortalecer la fe. El 8 de mayo se celebra el día de su aparición, no obstante, su fiesta principal se celebra el 29 de septiembre, conocida como la fiesta de San Miguel Arcángel. Su imagen se representa con frecuencia en obras de arte religioso, mostrándolo con una espada y una balanza.

Apariciones de San Miguel Arcangel

  • 8 de mayo de 490: primera aparición de san Miguel a Lorenzo Maiorano, Obispo de Siponto.
  • En el año 492: segunda aparición durante el asedio de Siponto por los napolitanos.
  • 29 septiembre 493: tercera aparición, la gruta se convierte en lugar de culto y peregrinación.
  • 25 de septiembre de 1656: aparición al arzobispo Puccinelli durante una epidemia de peste

 Actividades y eventos relevantes referentes al Arcángel Miguel

  • En el siglo IV, el emperador Constantino ordenó la construcción de la Basílica de San Miguel en Roma
  • Año 1221: San Francisco de Asís peregrina al Monte Gargano.
  • Siglo XIII. Construcción de la Basílica en la gruta
  • En 1950 fue Canonizado como santo debido a su papel destacado en la lucha contra el mal, su protección a la Iglesia y su intercesión en favor de los creyentes
  • 2 de noviembre de 1974: el cardenal Karoll Wojtyla, arzobispo de Cracovia (posteriormente el Papa Juan Pablo II), celebra una misa en la gruta con un grupo de peregrinos polacos.
  • 24 de mayo de 1987: peregrinación del papa Juan Pablo II. “He venido a venerar e invocar al arcángel san Miguel, para que proteja y defienda a la Santa Iglesia, en un momento en que es difícil dar un testimonio cristiano auténtico, sin componendas ni acomodaciones”.
  • En 1996: se confía el cuidado del santuario a la congregación polaca de sacerdotes y monjas de San Miguel.
  • En 1997: el papa Juan Pablo II, concede la indulgencia plenaria por los pecados a todos los peregrinos del santuario.
  • En 2011: el Monte del Santo Ángel es reconocido Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
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