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Combinar producción y empleo con mitigación del cambio climático es posible, afirma el viceministro de Energía de Costa Rica. DW habló con Ronny Rodríguez sobre el modelo de energías renovables del país centroamericano.En 2021, Costa Rica cubrió el 99,92 % de su demanda eléctrica con energías renovables. Al igual que Centroamérica, el país es privilegiado en diversas fuentes energéticas, como hidroeléctrica, geotérmica, eólica, térmica, a partir de bagazo y solar.
DW conversó con Ronny Rodríguez, viceministro de Energía del Ministerio de Ambiente y Energía de Costa Rica. El ingeniero industrial y electromecánico participó en el Foro de Energías Renovables Unión Europea-América Central, que se realizó en Hamburgo, con motivo de los diez años del Acuerdo de Asociación Unión Europea-América Central (EUCA).
DW: Costa Rica tiene una impresionante cobertura de energía eléctrica con renovables. ¿Cuáles son las metas siguientes y qué atractivo puede tener para inversores europeos?
Ronny Rodríguez: Es importante generar un mensaje muy positivo y alentador respecto del tema de descarbonización de la economía. La energía es un todo y no podemos concentrarnos únicamente en electricidad. En ese sentido trabajamos en un plan de descarbonización para resolver el problema de emisiones, que incluye electrificación de la industria y recambio tecnológico de calderas y hornos que funcionan a base de derivados del petróleo por sistemas basados en electricidad y renovables, en lo cual la inversión es enorme. También tenemos el desafío de la producción basada en biomasa y generar espacio para biometanos, biocombustibles y biogás. Y además pensar en almacenamiento futuro, donde aparece la posibilidad del hidrógeno, que deberíamos producir con fuentes totalmente renovables y en procesos basados en economía circular.
¿Y en el campo de la electromovilidad?
Hay tres enfoques. Movilidad individual o vehículos particulares seguirán con algunos incentivos del Estado, pero eso no es suficiente, porque creemos más en el transporte masivo. Uno de los grandes retos es modificar en un proceso de recambio gradual a partir de este año al menos el 5 % de la flotilla de buses, alrededor de 500 autobuses de un total de diez mil, con una inversión superior a 350 millones de dólares. Por último, en cuanto al transporte masivo de carga haremos una licitación internacional que supera los 750 millones de dólares para un tren de cien kilómetros de distancia que sustituya el transporte basado en camiones que usan derivados del petróleo.
¿En qué se basan los logros en materia de energías renovables en Costa Rica?
Este tema está asociado a la alta conciencia ambiental que tiene la población y es un proceso de planificación de muchos años, un plan de Estado que va más allá del Gobierno que ejerce el poder. Es una planificación de largo plazo, que va al 2030 y en algunos casos al 2050, y define los ejes rectores. En este caso son conceptos de sustentabilidad y sostenibilidad ambiental, preservación del ambiente y crecimiento económico bajo enfoque sostenible.
Este plan es celosamente custodiado por la sociedad y su sector social, ambiental e industrial, porque a final de cuentas, el tema ambiental es también un tema de atracción para inversiones y producir con energía cien por ciento renovable le da una marca país, de país sostenible y uso de energías limpias.
Esto ha implicado romper modelos tradiciones…
De alguna manera es disruptivo. Nos salimos del modelo tradicional y pensamos que sí es posible pensar en mitigación del cambio climático, generación de oportunidades, nuevos empleos y producir energía renovable sin que llegue a afectar los costos de producción ni sea un problema para la carga fiscal. Y el tiempo nos va dando la razón: es mejor incluir las externalidades a los modelos de sostenibilidad desde el inicio a obviarlos.
Ante la crisis energética en Europa por el conflicto en Ucrania, ¿qué lecciones podemos sacar de la experiencia de Costa Rica?
Cuando hablamos de sostenibilidad energética, hablamos de resiliencia climática, especialmente asociado al tema de autonomía y soberanía energética. Trabajar con energías renovables autóctonas es una forma de evitar que los eventos externos afecten. La crisis no afecta absolutamente nada el tema de la producción eléctrica, porque renovable es autónoma y se hace con recursos propios. No es lo mismo en el tema de combustibles, en que dependemos de los precios internacionales, por eso nuestro plan también incluye la sustitución de combustibles fósiles. Los países pueden buscar la independencia energética de una manera sostenible.
Costa Rica y la región son privilegiadas en recursos naturales para energías renovables, ¿pero qué oportunidades hay para países que no cuentan con las mismas condiciones?
Latinoamérica tiene mucha cantidad de recursos basados en elementos de la naturaleza. A futuro, tiende a ser una región de altísima renovabilidad, que puede contribuir a Europa para producir hidrógeno verde, una vez que la tecnología y los costos den, porque en este momento sabemos que es un combustible que va en transición. Es posible pensar en un enfoque sostenible. Generalmente los países tratan de no incorporar renovables por el costo, pero si pensamos en la salud humana, en el efecto del cambio climático, en la dinamización de la economía a nivel local, las energías renovables se vuelven sumamente bondadosas.
¿Aparte del costo, qué obstáculos o desafíos hay en esta transición?
Primero la política pública. Los países tienen que entender que la política pública debe ser coherente ambiental y económicamente y además sostenible en el tiempo. El primer escollo es desarrollar política pública moderna y armonizada con energías sostenibles. En segundo lugar, el tema tecnológico. No hay que dejar de investigar y buscar sistemas más eficientes. Y, por último, la integración de conocimiento, el tema social y económico, para que la energía se vuelva no un fin en sí mismo, sino un dinamizador de la actividad económica.
¿Qué oportunidades ve en el intercambio con Alemania y Europa en estos temas?
Tenemos cooperación de tipo tecnología, y entre Alemania y Costa Rica podríamos hacer muchísimo por la región. Subir el nivel de renovabilidad en Centroamérica y pensar que el conocimiento de Alemania puede ser aplicado para la generación de energía, lo que puede ser devuelto, por ejemplo, en hidrogeno verde.
(few)