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Venezuela, el país de los refugiados olvidados

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Casi cuatro millones de personas han huido ya de Ucrania desde la invasión rusa. Mientras eso ocurre, el mundo se está olvidando de un país del que se han ido aún más personas: Venezuela.Cuando Rosa Ortiz ve imágenes de Ucrania, los recuerdos vuelven a ella por partida doble. Esta venezolana de 21 años ha pasado exactamente por lo que están sufriendo ahora muchas mujeres y niños de Ucrania que huyen de su país. Tanto en la vida real como en su trabajo como actriz.

Hace siete años, cuando era una adolescente, tuvo que hacer las maletas rápidamente para empezar una nueva vida con sus padres en Ecuador. En la película “Del otro lado”, encarna a la venezolana Arianna, de 18 años, que emprende sola y a pie el viaje de 2.559 kilómetros hacia Ecuador con todos sus peligros.

“Me siento identificada con los refugiados de Ucrania porque sé lo que significa dejar atrás tu casa y tu vida, en contra de tu propia voluntad. Es muy difícil. Y los responsables son los que menos sufren. Yo, en cambio, lo pasé muy mal durante un año, luchando contra la depresión. Los niños y jóvenes son los que más sufren cuando huyen”, dice Ortiz a DW.

Ponerse en la piel de una persona refugiada

Cuando la Agencia Mundial para los Refugiados (ACNUR) le preguntó a Ortiz si le gustaría protagonizar la travesía de una joven venezolana, no lo pensó dos veces. “La gente tiene que ser consciente de las situaciones por las que tienen que pasar los refugiados, en Venezuela, Ucrania o en cualquier otro lugar del mundo”, afirma.

El personaje de Arianna, es el de una refugiada, tan vulnerable como muchas ucranianas: es mujer, joven, y además viaja sola. “Del otro lado”, cinta rodada en formato de 360 grados, ofrece al espectador la posibilidad de sumergirse en la vida de una persona refugiada con todos sus retos y dificultades cotidianas. La idea nació mucho antes del ataque ruso contra Ucrania. Ahora, esta película financiada por la Unión Europea (UE) tiene más actualidad que nunca.

“Lo que une a las crisis de Venezuela y Ucrania es, en primer lugar, que los grupos vulnerables son los más afectados. No solo los niños y los jóvenes, sino también los ancianos o las personas con discapacidad, a quienes se les hace muy difícil huir”, explica a DW la responsable de prensa de ACNUR para las Américas, Olga Sarrado. “Los ucranianos quieren volver a su patria lo antes posible, al igual que muchos venezolanos. Por ello, ambos suelen huir a un país vecino para poder regresar lo antes posible”, agrega.

Otras similitudes entre Venezuela y Ucrania

Lo que Polonia -con sus ya más de 2,3 millones de personas refugiadas ucranianas- es para Ucrania, Colombia lo es para Venezuela. De los más de seis millones de venezolanos que han huido en los últimos años, 1,8 millones de ellos han encontrado un nuevo hogar en Colombia. Sin embargo, a diferencia de los ucranianos, los venezolanos no huyeron de una guerra, sino por la crisis económica en su país, la creciente violencia y la falta de esperanza de que se produzca un cambio político.

“Todos estamos como hipnotizados frente al televisor viendo las terribles imágenes de Ucrania, pero, por supuesto, siempre existe el peligro de que nos olvidemos de crisis como la de Venezuela, por ejemplo. En todo el mundo hay más de 82 millones de personas que huyen, y todas ellas viven diariamente el mismo drama que los ucranianos están viviendo”, recuerda Sarrado.

La pandemia impulsa nuevos flujos de refugiados

Si bien 2018 fue el año en el que se registró el mayor movimiento de refugiados de Venezuela, con casi tres millones de personas que abandonaron el país en ese momento, actualmente cada día unos 1.000 venezolanos siguen diciéndole adiós a su país.Ahora, ACNUR ha mostrado su preocupación por un nuevo acontecimiento: los venezolanos también están emigrando de su país de refugio y probando suerte en otros lugares. La razón: la pandemia del coronavirus.

“El 70 por ciento de las personas refugiadas y migrantes de Venezuela tenían empleos informales, y muchos perdieron sus trabajos por culpa del coronavirus. Lo que estamos viendo ahora es un movimiento de refugiados hacia el norte, hacia México y Estados Unidos. Y al mismo tiempo, otro que se dirige al sur, hacia Chile”, sostiene Sarrado.

Agenda conocida en América Latina

Así como la UE coordina la salida de ucranianos de su país y distribuye a las personas de la manera más justa posible entre los 27 estados miembros, los países de América Latina lo intentan desde 2018 con el llamado Proceso de Quito. En la agenda estaban y están los mismos temas que ahora ocupan a Europa: registro de refugiados, permisos de trabajo, temas de salud y educación.

Lo que nos cuenta Olga Sarrado sobre la situación de los refugiados venezolanos en la región debería ser una advertencia para la UE: “Hasta hace poco, solo la mitad de los venezolanos tenían permisos de residencia regulares”. Muchos países, desde México hasta Argentina, están tan abrumados económicamente debido a la pandemia, que simplemente se vieron desbordados con respecto a la integración de los recién llegados. Para eso, al menos, a la UE no le debería faltar dinero.

(ct/cp)

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