Last Updated on noviembre 5, 2025 by Deutsche Welle
Corea del Sur piensa en tener submarinos de propulsión nuclear tras la aprobación de Donald Trump, mientras intenta mantenerse al día en una incipiente carrera armamentística con Corea del Norte.Dado que Estados Unidos está deseoso de redefinir los términos de sus alianzas en Asia, el presidente Donald Trump respaldó públicamente la semana pasada la idea de que Corea del Sur construya y opere submarinos de propulsión nuclear. Incluso que sean fabricados en Estados Unidos. “Corea del Sur construirá su submarino de propulsión nuclear en los astilleros de Filadelfia”, escribió Trump en Truth Social el jueves, 30 de octubre de 2025. Seúl no tardó en elogiar esta decisión. El ministro de Defensa surcoreano, Ahn Gyu-back, declaró en una reunión parlamentaria ese mismo día que un submarino de propulsión nuclear tendría una “enorme” importancia militar. Y aunque Pyongyang aún no ha hecho comentarios oficiales, los analistas dicen que es probable que el régimen de Kim Jong-un reaccione con ira y anuncie, casi con seguridad, sus propias contramedidas militares. Corea del Sur podría desarrollar un programa nuclear “No creo que haya ninguna duda: ya estamos en una carrera armamentista”, dice a DW Andrei Lankov, profesor de Historia y Relaciones Internacionales en la Universidad Kookmin, de Seúl. “Hay un temor creciente entre los aliados de la región sobre el compromiso de seguridad de Estados Unidos “, prosigue Lankov. Si EE. UU. dejara de apoyar a Corea del Sur y a Japón, “para ambos países, esa sería una amenaza real, pero, particularmente para Corea del Sur, ya que tiene un enemigo con armas nucleares que ha atacado numerosas veces en el pasado en su frontera”, señala. “Por lo tanto, es natural que Seúl aumente drásticamente su potencial militar y que este, posiblemente, se convierta en un programa nuclear”. Otro factor es el desarrollo militar “extremadamente rápido” de Corea del Norte durante la última década, sostiene Lankov. Más recientemente, ese avance militar ha sido asistido por Rusia. Se cree que Moscú está suministrando a Pyongyang reactores miniaturizados que necesita para alimentar sus propios submarinos de propulsión nuclear. Pyongyang muestra su fuerza antes de la visita de Trump “China quiere reafirmar su papel en Asia Oriental como centro de poder preeminente que nadie más puede desafiar”, comenta Lankov. Al mismo tiempo, EE. UU. busca cada vez más “desvincularse” de la región, lo que representa un serio reto, aunque algunas tropas estadounidenses permanezcan en la península coreana. Además, cualquier amenaza a Corea del Sur se ve agravada por la creciente alianza de Pyongyang con Rusia y un entendimiento más duradero con China. El régimen de Pyonyang aseguró haber probado un misil hipersónico la semana anterior a la llegada de Trump a Corea del Sur, antes del foro de APEC, y disparó una batería de misiles de crucero cuando faltaba poco para su llegada. Pyongyang también realizó lanzamientos de misiles y artillería este lunes, el mismo día en que el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, visitó la Zona Desmilitarizada. Taipéi y Tokio invierten más en armas En otras partes de la región, China pone a prueba su tercer portaaviones, el Fujian, en el mar, al tiempo que ensaya cada vez más las defensas aéreas y marítimas tanto hacia Japón -alrededor de las islas Okinawa- como hacia Filipinas, en el mar de China Meridional A largo plazo, Pekín también tiene ambiciones de obtener el control sobre Taiwán. Taipéi está aumentando su propio gasto militar, en particular mediante la compra de 66 cazas F-16V y bombas planeadoras a Estados Unidos. Japón también se ha embarcado en un importante fortalecimiento de su defensa, invirtiendo fuertemente en nuevos misiles avanzados, una fuerza submarina más grande y drones marítimos y aéreos. La primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, prometió a Trump aumentar el gasto en defensa del 1 al 2 por ciento del PIB. Japón también firmó un acuerdo para proporcionar a Australia 11 fragatas de la clase Mogami y está en conversaciones con el Gobierno de Nueva Zelanda sobre otro acuerdo para buques de guerra. Al mismo tiempo, Tokio ha acordado proporcionar a Filipinas aviones de patrulla costera y sistemas de radar avanzados para ayudar a las fuerzas de Manila a monitorear mejor los barcos chinos que operan en aguas disputadas en el mar de China Meridional. El tiempo de la paz relativa llega a su fin Dan Pinkston, profesor de Relaciones Internacionales en el campus de Seúl de la Universidad de Troy, dice a DW que las naciones asiáticas han disfrutado de décadas de paz relativa, pero que esa paz ahora se está desmoronando. Según Pinkston, muchas naciones del este de Asia se han desarrollado económicamente y ahora tienen fondos suficientes para invertir en sus fuerzas armadas, y advierte de que la compra de submarinos de propulsión nuclear podría ser un paso previo para que Corea del Sur obtenga armas nucleares, independientemente del apoyo de Seúl al Tratado de No Proliferación Nuclear. “Nunca podemos estar seguros, bajo el mandato de Trump, sobre los detalles de los acuerdos que realiza o lo que va a proponer a continuación”, explica. “Están planeando comprar uranio enriquecido estadounidense para los reactores, pero Corea del Sur tiene sus propios reactores y podrían enriquecer su propio combustible. Y ¿para qué detenerse ahí, si la siguiente etapa es desarrollar sus propias armas nucleares?”, se pregunta el experto. “Si el plan es que estos submarinos tengan misiles con ojivas convencionales, no supone un gran paso diseñar una ojiva nuclear, en el caso de que Seúl decida que la necesita para su propia seguridad”, dijo. “Ese es el potencial al que ya nos estamos acercando”, añade Pinkston. (cp/ms)
