DW verifica cómo la desinformación antipalestina alimenta el discurso racista

Last Updated on noviembre 1, 2025 by Deutsche Welle

DW verifica cómo la desinformación antipalestina va de la mano del discurso de odio racista contra los palestinos y analiza por qué esta propaganda está tan extendida.En medio de un frágil alto el fuego que ya ha sido violado varias veces, la desinformación, la propaganda y el racismo antipalestinos continúan propagándose ampliamente en línea. La desinformación y la propaganda antipalestina se utilizan como arma “para justificar los crímenes que se están cometiendo”, subraya a DW verifica Jalal Abukhater, director de políticas de 7amleh, el Centro Árabe para el Avance de las Redes Sociales. Desde los ataques contra Israel liderados por Hamás el 7 de octubre de 2023, las acciones militares israelíes han causado la muerte de al menos 68.000 palestinos en Gaza, según la Autoridad Sanitaria de la Franja. Una comisión de investigación de la ONU y la Asociación Internacional de Académicos del Genocidio han determinado que la conducta de Israel constituye un genocidio. Raíces históricas del racismo antipalestino Según el Instituto para la Comprensión del Racismo Antipalestino (IUAPR), este fenómeno es “una forma de racismo antiárabe que silencia, excluye, borra, estereotipa, difama o deshumaniza a los palestinos o sus narrativas”. Aunque las definiciones específicas y los mecanismos de denuncia varían, varias organizaciones que dan seguimiento a los incidentes de racismo antipalestino reportados afirman que estos se han disparado tras los ataques contra Israel liderados por Hamás el 7 de octubre de 2023. Los expertos señalan que el fenómeno del racismo antipalestino ha ido en aumento a lo largo de la historia. “Tiene sus raíces en el discurso colonial y orientalista”, dice a DW Asmaa El Idrissi, abogada y profesora de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Bochum. “Si se examina la literatura de hace 100 años, se encontrarán exactamente los mismos estereotipos que ahora resurgen contra los palestinos: árabes o musulmanes como irracionales y atrasados”. Tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, los árabes y musulmanes fueron cada vez más representados como peligrosos y simpatizantes del terrorismo, explica El Idrissi. Estos estereotipos siguen influyendo en la percepción pública y en las políticas. Uno de los contextos históricos más importantes para comprender el sentimiento antipalestino es la negación de la Nakba, señalan los expertos legales. El 14 de mayo de 1948, se declaró el Estado de Israel en el territorio de la entonces Palestina bajo mandato británico. La Nakba, que en árabe significa “catástrofe”, se refiere al desplazamiento masivo y despojo de los palestinos durante la guerra árabe-israelí de 1948. Según la Oficina Central de Estadísticas Palestina, más de 800.000 palestinos fueron expulsados ​​de su tierra natal y al menos 15.000 murieron durante la Nakba. Sin embargo, la Nakba se niega a menudo, o se ignora. En un caso que tuvo gran repercusión mediática, la embajadora de Israel en el Reino Unido, Tzipi Hotovely, afirmó en un discurso a finales de 2020 que la Nakba era “una mentira árabe muy arraigada y muy popular”. “La negación de la Nakba [sirve] como argumento central para deslegitimar cualquier demanda de igualdad de derechos y una vida libre”, explica El Idrissi. La abogada y profesora enfatiza que combatir la desinformación, la propaganda y el racismo contra los palestinos requiere educación, conocimiento histórico y plantear preguntas clave: “¿Cuál es la historia de Palestina? ¿Cuál es la historia de Alemania? ¿Y qué obligación legal y moral impone la historia alemana en este conflicto?”. Falsa equivalencia: los palestinos no son Hamás Una de las narrativas falsas más persistentes de los últimos años es la equiparación de todos los palestinos con Hamás. Así, una encuesta realizada por el Centro Accord a ciudadanos israelíes en agosto de 2025 reveló que el 62 por ciento de los encuestados estaba de acuerdo con la afirmación de que “no hay inocentes en Gaza”. Si bien Hamás es un partido político con un brazo armado y está clasificado como organización terrorista por la UE, Alemania y otros países, el partido fue elegido en las últimas elecciones regionales en 2006, aunque sin obtener la mayoría de los votos. Desde entonces, no se han celebrado elecciones regionales debido a las divisiones políticas no resueltas entre Hamás y Fatah, el partido político que controla la Autoridad Palestina en Cisjordania, así como por la continua ocupación y bloqueo israelíes. Esta narrativa que equipara a todos los palestinos con Hamás se utiliza indebidamente para justificar el “castigo colectivo”, lo cual es “esencialmente insostenible según el derecho internacional”, subraya El Idrissi. Los expertos señalan que una consecuencia es que las muertes de civiles en Gaza a menudo se minimizan y, por lo tanto, no se denuncian. Abukhater da un ejemplo: si un automóvil o una tienda de campaña son bombardeados o atacados en Gaza, “alguien diría que tal vez había un miembro de Hamás en ese vehículo donde murieron cinco niños”. Y eso les bastaría para decir: “Pasemos a la siguiente noticia”. Desinformación y racismo: una alianza peligrosa Los expertos advierten que los prejuicios antipalestinos se ven alimentados por la cobertura mediática racista y viceversa. La investigadora palestina Hanan Sahmoud destaca cómo los medios europeos a menudo “han representado a los palestinos como salvajes”. El público en general tiende a adoptar estas perspectivas deshumanizantes en un círculo vicioso. Los usuarios de redes sociales suelen describir a los palestinos como ratas y existen ejemplos de funcionarios israelíes que hacen lo mismo. Dos días después de los ataques del 7 de octubre de 2023, Yoav Gallant, entonces ministro de Defensa de Israel, declaró: “He ordenado un asedio total a la Franja de Gaza. No habrá electricidad, ni comida, ni combustible. Todo está cerrado. Estamos luchando contra seres humanos inhumanos y actuamos en consecuencia”. Los expertos coinciden en que esta deshumanización reduce la empatía hacia los demás. “Todo esto conduce a lo que se conoce como una brecha de empatía, que a su vez justifica el trato desigual”, explica El Idrissi. Estos ciclos se han visto alimentados, por ejemplo, por la desinformación selectiva sobre la hambruna en Gaza en 2025. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que no había hambruna en el territorio y que los niños solo parecían desnutridos debido a enfermedades preexistentes, no a que su Gobierno bloqueara la entrada de ayuda humanitaria y alimentos a Gaza. Los investigadores con los que habló DW indican que este ciclo está arraigado en “información” fabricada y justificaciones “morales” que presentan una guerra como justa y necesaria. Existe también un creciente volumen de evidencias que demuestran que la desinformación y la información errónea son componentes clave para incitar a la violencia y las guerras en todo el mundo. En el caso de la guerra en Gaza, la propaganda y la deshumanización de los palestinos van de la mano, según concluyen los investigadores. De acuerdo con la Asociación de Abogados Árabes Canadienses (ACLA), esta deshumanización es un fenómeno típico del racismo antipalestino. La primera descripción conocida del racismo antipalestino fue publicada por la ACLA en abril de 2022. El racismo, en sí mismo, es la creencia “de que algunas razas son inherentemente superiores a otras”, tal como lo definen académicos (como la Enciclopedia del Holocausto) y organizaciones como el Centro Ana Frank. ONU condena violencia policial en manifestaciones propalestinas en Alemania Esta dinámica también se observa en Alemania. Muchos medios de comunicación presentan a los palestinos y a quienes se solidarizan con ellos como peligrosos, indica El Idrissi, y se les retrata falsamente como violentos, antisemitas y antidemocráticos. Abukhater añade: “Es una suposición muy racista decir que cualquiera que defienda los derechos palestinos es ‘proterrorista'”. Estas suposiciones también se evidencian en la violencia policial ampliamente documentada contra manifestantes propalestinos y en la cobertura informativa de dichos incidentes. “Nos alarma el patrón persistente de violencia policial y la aparente supresión del activismo de solidaridad con Palestina por parte de Alemania”, declararon expertos de la ONU en un comunicado de prensa el 16 de octubre.Durante los últimos años, quienes protestan en solidaridad con el pueblo palestino en Alemania han denunciado repetidamente haber sufrido violencia policial, dejando a algunos heridos y necesitando atención médica. El 15 de mayo de 2025, durante las conmemoraciones del Día de la Nakba en Berlín, los medios alemanes informaron ampliamente que los manifestantes habían herido gravemente a un agente de policía. Una investigación realizada posteriormente por Forensis, una ONG con sede en Berlín, reveló lo contrario: los manifestantes fueron víctimas de violencia por parte de las fuerzas policiales. Sesgo mediático en el uso de las fuentes Otro problema fundamental es que los medios de comunicación se basan principalmente en declaraciones del Ejército y el Gobierno israelíes, tratándolos como hechos sin las debidas referencias cruzadas, verificación, citación, ni análisis crítico. Un estudio de casi 4.853 titulares en medios alemanes entre el 7 de octubre de 2023 y el 19 de enero de 2025 muestra que muchos de los principales medios alemanes se basan principal o exclusivamente en fuentes oficiales israelíes para informar sobre Oriente Medio. Por ejemplo, en agosto, Israel asesinó en Gaza al periodista Anas al-Sharif, de 28 años. El Ejército israelí afirmó, sin pruebas, que al-Sharif había liderado una célula de Hamás; numerosos medios alemanes, incluido el tabloide Bild, repitieron la afirmación como un hecho, a pesar de la falta de pruebas. Rol de las redes sociales en la amplificación de propaganda Las plataformas de redes sociales también desempeñan un papel importante en el aumento del contenido antipalestino. La desinformación apela a las emociones, y los algoritmos suelen promover contenido de derecha y extremista. “Sabemos que el contenido de extrema derecha o extremista se ve impulsado por el algoritmo”, afirma El Idrissi. La propaganda pagada y los anuncios parciales también son aceptados y difundidos por las plataformas de redes sociales. Una investigación realizada en septiembre por DW verifica y miembros de European News Spotlight reveló que Israel gastó al menos 42 millones de euros (49 millones de dólares) en anuncios de propaganda antipalestina. El 22 de agosto, el mismo día en que la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (CIF), una iniciativa de la ONU, anunció que amplias zonas de la Franja de Gaza sufrían una “hambruna provocada por el ser humano” y que “el hambre está presente y se está propagando rápidamente”, la Agencia de Publicidad del Gobierno israelí lanzó una nueva campaña negando la hambruna. Recientemente, Meta, propietaria de Facebook e Instagram, ha reducido sus programas de verificación de datos por terceros en muchos países. Un informe de 7amleh muestra que los sistemas publicitarios de Meta aprobaron y obtuvieron beneficios de contenido violento e incitador en 2023 y 2025, al aceptarlo como publicidad pagada. Recientes informes de medios también revelan que Israel ha invertido al menos 6 millones de dólares para entrenar a ChatGPT a su favor. ¿Qué pueden hacer las sociedades para combatir la propaganda y el racismo antipalestinos? Abukhater, investigador de 7amleh, afirma que es fundamental dar a los palestinos la oportunidad de contar sus propias historias. En muchos medios de comunicación “se habla mucho de los palestinos, sin que ellos hablen por sí mismos”. Además de mejorar la representación, los medios deben examinar los sesgos personales y estructurales, sugiere. Y concluye: “Debería haber más debate sobre el racismo antipalestino, reconociéndolo como un concepto, analizando su semántica y cómo se utiliza generalmente para deshumanizar y acusar a todos los palestinos”. (rml/ms)

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