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El ministro de Economía alemán quiere ayudar a VW a superar su crisis sin cerrar plantas. Promete apoyo político, pero ninguna ayuda estatal concreta. Y no sólo VW y la industria alemana del automóvil están en crisis.Robert Habeck, ministro de Economía de Alemania, advirtió que hay límites a lo que su Gobierno puede hacer para apoyar a Volkswagen en su actual crisis, y añadió que la estructura y la viabilidad de un negocio dependen de la política de la empresa. “Una gran parte de las tareas las tiene que afrontar la propia Volkswagen”, declaró a los periodistas, durante una visita a la planta de VW en Emden, este viernes (20.09.2024).
“La electromovilidad es el futuro”
Sin embargo, los políticos deben examinar “si podemos enviar las señales adecuadas al mercado o reforzarlas aún más”, sugirió el ministro, añadiendo que esto incluía incentivar el cambio a los motores eléctricos.
Habeck se refirió a las medidas ya acordadas para reactivar las tambaleantes ventas de coches eléctricos. Se trata de ventajas fiscales para los vehículos de empresa eléctricos, así como condiciones de amortización más favorables para los vehículos eléctricos de uso comercial. Esto tendría que implementarse ya, afirmó.
En cuanto a los informes sobre la inminente pérdida de miles de puestos de trabajo en VW, Habeck dijo que no podía confirmar tales cifras. Por un lado, pidió a Volkswagen que mantenga sus centros de producción, pero, por otro, matizó: “no puedo involucrarme” en la política corporativa concreta.
Habeck también habló en Emden con representantes del sindicato IG Metall que se manifestaron en la fábrica para conservar sus puestos de trabajo. “Me siento obligado a hacer algo”, afirmó el vicecanciller y ministro de economía alemán, cuando varios empleados expresaron su preocupación por la pérdida de sus empleos y por el futuro de sus familias. La noticia de la dirección sobre la necesidad de medidas estrictas de austeridad “fue una completa sorpresa” para ellos, aseguraron.
El ministro advirtió enérgicamente contra un “rumbo en zigzag” de los coches eléctricos. “La electromovilidad es el futuro”, dejó claro. Alemania y especialmente VW aportan aquí “tecnología de punta”.
VW: los precios de la energía deberían ser competitivos
“Lo más importante es que recibamos una señal clara de los políticos a favor de la movilidad eléctrica”, afirmó por su parte el director de ventas de VW, Martin Sander. Y confirmó que Volkswagen quiere seguir ampliando enormemente este ámbito en los próximos años. Sander también advirtió a Habeck que los precios de la energía deberían ser competitivos.
En el futuro, en la planta de Emden sólo se fabricarán vehículos eléctricos. No sólo la protección del clima, sino también “la economía habla a favor del vehículo eléctrico”, afirmó Habeck. En cuanto a los precios de compra relativamente altos, dijo, en primer lugar, que ya se han abaratado y, en segundo lugar, que el costo un coche eléctrico vale la pena económicamente si se tiene en cuenta en el cáculo toda su vida útil.
Habeck invita a una cumbre de la industria automovilística
A la sombra de esta crisis de VW, Habeck convocó esta semana una cumbre del automóvil para el próximo lunes (23.09.2024), en la que se reunirá con los fabricantes, proveedores y sindicalistas más importantes.
Además de la asociación de fabricantes y proveedores de componentes VDA y del sindicato IG Metall, participan los mayores fabricantes y proveedores de automóviles, según explicó la víspera el Ministerio de Economía.
Y es que no sólo VW que está en crisis. Otros fabricantes de automóviles también luchan con cifras de ventas débiles y costes elevados, advierte la web del semanario Der Spiegel.
Según fuentes gubernamentales consultadas por la agencia de noticias Reuters, la cartera de Economía del Gobierno alemán estudia actualmente vías para contrarrestar la actual debilidad de las ventas en el mercado de los coches eléctricos.
Más allá de VW y de Alemania: una crisis europea
Pero esta crisis no sólo sobrepasa a VW, sino también a la industria alemana del automóvil. Los problemas de competitividad de la industria europea del automóvil afectan, sobre todo, a la producción de vehículos eléctricos. Al ejemplo del grupo automovilístico alemán Volkswagen, que valora, por primera vez, el cierre de al menos un centro de producción en Alemania se suman otros.
Audi comunicó a principios de julio una reestructuración de su planta en Bruselas, para poner fin a la producción del modelo eléctrico Q8 e-tron, el único que se fabrica en las instalaciones. Esto supondría el despido de unos 1.500 empleados en una primera fase.
Más de 5.000 personas, según la Policia, y alrededor de 10.000, según los sindicatos, se manifestaron este lunes (16.09.2024) en Bruselas, para pedir a las autoridades europeas un plan industrial ante la situación del sector automovilístico y protestar contra la reestructuración de la plantilla de la planta de Audi en la capital belga.
Otro ejemplo en el continente son el de Stellantis, que anunció recientemente la suspensión de la producción de su coche eléctrico Fiat 500 por casi un mes, tras experimentar una escasa demanda.
De fondo: la disputa por vehículos eléctricos de China
A este asunto de competitividad, se suma la reunión que la Comisión Europea y China mantendrán la semana próximo jueves en Bruselas para abordar la cuestión de los aranceles que el bloque comunitario quiere imponer a las importaciones de vehículos eléctricos chinos por considerar que están “ilegalmente subsidiados”.
rml (reuters, afp, Spiegel Online, Tageschau, efe)