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En un cierre infartante, los bávaros derrotaron como visitantes a Colonia. Borussia Dortmund, que tenía todo para campeonar, empató como local -y sobre la hora- ante Mainz.Bayern Múnich se proclamó este sábado (27.05.2023) campeón de la Bundesliga, tras derrotar por 1-2 como visitante a Colonia, y -al mismo tiempo- concretarse un empate 2-2 como local de Borussia Dortmund, a quien solo le bastaba derrotar a Mainz para levantar la copa. Se trata del undécimo título consecutivo que levantan los bávaros, que esta temporada fueron dirigidos por Julian Nagelsmann y, en las últimas fechas, por Thomas Tuchel.
Fue un final de campeonato infartante como hace muchos años no se vivía en el fútbol alemán. Todo daba a entender que serían los negriamarillos los que romperían la seguidilla de títulos de Bayern. Bastaba con que derrotaran, como locales en ese caldero que es el Signal Iduna Park, a Mainz, un equipo de la medianía de la tabla. Pero la historia diría otra cosa.
Mainz terminó el primer tiempo en ventaja de 0-2, y los dirigidos por Edin Terzić, heridos en su orgullo, habiendo incluso desperdiciado un lanzamiento penal, solo consiguieron el empate 2-2 en el minuto 90+6 gracias a un tanto de Niklas Süle. Insuficiente para el objetivo de campeonar, porque en Colonia Bayern Múnich sí hacía la tarea y derrotaba, como visitante, a su anfitrión.
Para campeonar hay que ganar
Para ser campeón es imprescindible ganar partidos, y Borrusia Dortmund falló en el peor momento. Los bávaros, en cambio, ya a los 8 minutos ganaban gracias a un gol de Kingsley Coman. El empate marcado por Dejan Ljubičić en el minuto 81 daba esperanzas tanto en Colonia como en Dortmund. Pero 8 minutos más tarde Jamal Musiala anotaba el definitivo 1-2, sentenciando la suerte de Borussia y otorgando el undécimo título consecutivo al Bayern.
Los resultados dejaron a ambos equipos con 71 puntos, pero Bayern luce una diferencia de goles mucho más abultada: +54 contra los +39 de sus principales rivales en la lucha por el título.
Un Borussia errático e incapaz de convertir en goles todas las ocasiones que se generó y un Bayern efectivo, que concretó cuando tuvo la ocasión de hacerlo. Nervios por un lado, sangre fría por el otro. Dortmund llevaba 11 partidos ganados en su casa. El definitivo, sin embargo, se le escapó de las manos, y con él también el título.
DZC