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El impacto de la vuelta de Siria a la Liga Árabe

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A pesar de los crímenes de guerra y la dictadura, Siria ha sido acogida de nuevo en la Liga Árabe. ¿Qué impacto tendrá esta decisión en los millones de refugiados sirios y en la política del país?A pesar de los crímenes de guerra bien documentados cometidos por su Gobierno, los millones de desplazados, el medio millón de muertos, según las estimaciones, y una guerra civil sin resolver y de larga duración, Siria fue invitada a regresar a la Liga Árabe a principios del mes de mayo de 2023.

La Liga Árabe, organización de cooperación regional de 22 miembros, se fundó en 1945 para fomentar los lazos políticos y económicos. En 2011, se suspendió la adhesión de Siria, después de que un levantamiento pacífico contra el dictador sirio Bashar Assad se convirtiera en una sangrienta guerra civil.

Pero, 12 años después, con el conflicto en punto muerto, los miembros de la Liga Árabe han manifestado que no ven otra solución que volver a tratar directamente con el Gobierno de Assad.

Según Ranj Alaaldin, experto en Siria del think tank Middle East Council on Global Affairs, con sede en Doha, esta decisión lleva “años gestándose”. Pero Alaaldin añade que el impulso final se ha acelerado recientemente, debido en parte al creciente distanciamiento entre los países occidentales y la región, así como a una mayor competencia por la influencia que no solo incluye a actores más locales como los Estados del Golfo e Irán, sino también a Rusia y a Turquía.

“Países como Arabia Saudí y los EAU no pueden permitirse depender de Washington y mantenerse al margen de esta contienda, mientras la región experimenta cambios significativos”, dice Alaaldin a DW.

“Una masa crítica de potencias regionales, especialmente Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, ha llegado gradualmente a la conclusión de que el régimen de Assad no va a desaparecer, y preferirían tener líneas abiertas de acceso y comunicación, aunque solo fuera para minimizar un poco la dependencia de Damasco respecto a Irán”, explica, por su parte, a DW H. A. Hellyer, investigador de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional y la Universidad de Cambridge.

“Los Estados árabes no creen que puedan ganar mucho hablando con Siria”, añade Jihad Yazigi, fundador y editor de The Syria Report, una publicación de larga trayectoria centrada principalmente en la economía del país. “Pero no hablar con Siria tampoco les lleva a ninguna parte. Saben que ahora no pueden sacar a Irán del país. Pero, quizá en el futuro, puedan reducir la influencia a largo plazo de países como Irán y también de Turquía.” Aunque los analistas coinciden en que la decisión de la Liga Árabe es más que nada simbólica en estos momentos, tendrá repercusiones en algunos ámbitos.

Sobre los refugiados sirios

Alrededor de la mitad de los 21 millones de sirios que había antes de la guerra, ha sido desplazada internamente o ha abandonado el país, muchos como solicitantes de asilo. Se estima que 5,5 millones de sirios viven ahora en países vecinos como Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto.

Los refugiados sirios serán “la gran víctima” y “sufrirán enormemente” debido a la readmisión de Siria en la Liga Árabe, afirma Kelly Petillo, coordinadora del programa de Oriente Medio y Norte de África del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, o ECFR, por sus siglas en inglés. La razón es que se van a acelerar las medidas de países de acogida clave, como Líbano y Jordania, para aumentar la presión e incluso obligar a los refugiados a regresar a Siria.”

Sobre las relaciones internacionales

Según fuentes internas, los diplomáticos estadounidenses están tácitamente de acuerdo con la decisión adoptada por sus aliados de la Liga Árabe, por considerarla un ejemplo positivo de liderazgo regional. El ministro de Asuntos Exteriores de Jordania también ha declarado que la iniciativa de la Liga Árabe sobre Siria se coordinó con Estados Unidos.

“La normalización con Assad en el contexto de la Liga Árabe supone poca diferencia para la comunidad internacional, incluida la UE y los Estados miembros”, confirma Petillo, del ECFR. “Seguirán manteniendo firmemente su posición de que Assad es un criminal de guerra”.

En realidad, la cuestión principal para la comunidad internacional es más bien de tipo simbólico. “Esto sienta un precedente de impunidad para los crímenes de guerra, cuyo efecto puede repercutir en todo el mundo, hasta Rusia y Ucrania”, argumenta Petillo.

(gg/ms)

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