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En el marco de ejercicios militares chinos se desplegaron barcos de guerra y aviones de combate en ataques simulados contra objetivos en Taiwán. Expertos dicen que estas demostraciones aumentan el riesgo de una escalada.Por segunda vez en menos de un año, China realiza ejercicios militares a gran escala en torno a Taiwán. En una clara demostración de poder, docenas de aviones de combate chinos volaron a través de la línea media del Estrecho de Taiwán, mientras otras aeronaves y buques de guerra simulaban “ataques conjuntos de precisión” contra objetivos clave en la isla.
El desarrollo de los hechos ha aumentado las preocupaciones sobre la posibilidad de que China pronto esté en condiciones de lanzar un ataque contra Taiwán desde el este, amenazando la capacidad de la isla gobernada democráticamente para preservar sus capacidades militares.
¿Una advertencia?
Expertos militares dicen que las fuerzas chinas quieren mostrar que tienen el poder de fuego suficiente para destruir objetivos desde distintos puntos del Estrecho de Taiwán. Los ejercicios, que duraron tres días, son la respuesta de Pekín al encuentro entre la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, con el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, en California.
Estos ejercicios fueron más breves que los que tuvieron lugar tras la visita de la expresidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, a Taiwán, el pasado mes de agosto. “Con el fin de reducir el impacto de los ejercicios militares en la región, China diseñó un formato de maniobras de tres días en lugar de una semana”, dijo Tzu-yun Su, un analista del Instituto de Investigación de Seguridad y Defensa de Taiwán.
Amanda Hsiao, analista del International Crisis Group, dijo a DW que Pekín estima que la exhibición de fuerza es necesaria para “persuadir a Estados Unidos y Taiwán a cooperar al más alto nivel en el futuro”.
Tanto Taiwán como Estados Unidos condenaron el sábado los ejercicios chinos, con la presidenta taiwanesa prometiendo trabajar estrechamente con Washington y otros países aliados para enfrentar la expansión autoritaria.
Además de intentar disuadir a Washington y Taipéi, algunos expertos estiman que China trata de demostrar los diversos tipos de acciones que pueda lanzar contra Taiwán. Según el analista de seguridad Ben Lewis, Pekín respondió primero a la reunión Tsai-McCarthy con acciones menos provocativas, como el despliegue de barcos para inspeccionar el Estrecho de Taiwán, antes de lanzar el ejercicio militar estilo cerco una vez que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dejaron la capital china. “Es un claro ejemplo del abanico de opciones que tiene Pekín para presionar a Taiwán”, dijo Lewis a DW.
El portavoz del ejército chino, Shi Yin, describió los ejercicios como “una severa advertencia contra la colusión entre las fuerzas separatistas que buscan la independencia de Taiwán, y las fuerzas externas”.
Hsiao, del International Crisis Group, estima que un aumento de los sobrevuelos chinos más allá de la línea media del Estrecho de Taiwán incrementa también las posibilidades de un choque armado. “Dada la atmósfera de desconfianza y falta de canales de comunicación para lidiar con accidentes militares, el potencial de una escalada tras un incidente de ese tipo es real”, estima.
“Ruido de sables” sin efecto
Mientras Pekín sigue expresando su objeción a cualquier tipo de vínculo oficial entre Estados Unidos y Taiwán, algunos expertos dicen que la creciente tendencia china de usar su poderío militar para lograr objetivos políticos podría sentar un precedente peligroso en la región del Indo-Pacífico.
“Xi Jinping presenta una elección clara: o Taiwán se une a China pacíficamente, o Pekín invadirá y anexionará el territorio”, dice Lewis. El experto agrega que China podría decidir lanzar un ejercicio militar cada vez que un presidente taiwanés se reúna con un alto funcionario estadounidense. “Creo que es un precedente preocupante”, sostuvo.
En una entrevista con Fox News, el presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Michael McCaul, dijo que el “ruido de sables” de China solo “reafirmará” la resolución estadounidense contra Pekín. “No tiene ningún efecto disuasorio sobre nosotros, apuntó.
(dzc/er)