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Tras las manifestaciones que paralizaron la mayor parte de la vida pública el lunes, Benjamin Netanyahu pidió la suspensión temporal de una controvertida reforma judicial. Los manifestantes no están convencidos.Tras tres meses de protestas nacionales cada vez más numerosas de los opositores a la controvertida reforma judicial del gobierno, la crisis política de Israel estalló el lunes y estuvo a punto de paralizar el país.
Emma Tukatly es una de las personas que llevan tres meses manifestándose en las calles contra la legislación prevista. Expresó su alegría por el hecho de que el mayor y más influyente sindicato del país, la Histadrut, se haya unido a una huelga general para protestar contra los controvertidos cambios para limitar los poderes del Tribunal Supremo de la nación.
«Cuando vi que la Histadrut [sindicato] se sumaba a la huelga, además de todos los empresarios de Israel, se me puso la carne de gallina. Estaba delante del televisor con mi marido y llorábamos», dijo a DW Tukatly, que dirige su propio negocio y es activista del grupo de protesta antigubernamental «Frente Rosa».
En el aeropuerto Ben Gurion, principal puerta de Israel al mundo, se cancelaron la mayoría de los vuelos. Los ayuntamientos locales se declararon en huelga, las universidades cerraron y los funcionarios se sumaron a la acción. El lunes por la noche, las noticias sobre la posible escasez de gasolina se extendieron por todo el país.
Netanyahu se toma su tiempo
Pero los opositores a la reforma judicial no están todavía satisfechos, a pesar de que el primer ministro Benjamin Netanyahu respondió a las protestas y huelgas con el anuncio de que la reforma se aplazaría.
Tras mucho retraso, Netanyahu se puso finalmente ante las cámaras poco después de las 20.00 hora local (17.00 UTC) del lunes. Dijo que buscaría un compromiso con sus oponentes políticos y aplazaría la revisión hasta la próxima sesión parlamentaria, que comienza a finales de abril.
«Cuando haya una oportunidad de evitar la guerra civil mediante el diálogo, yo -como primer ministro- me tomaré un tiempo para dialogar», dijo Benjamin Netanyahu en el discurso televisado. «Hay una minoría extremista que está dispuesta a hacer pedazos nuestro país», añadió.
Tukatly se encontraba entre quienes están más consternados que satisfechos por el anuncio.
«Ahora nos enfrentamos a un aplazamiento de sólo un mes… me resulta muy difícil hablar de ello. De verdad. Estoy llorando», dijo.
Sorpresivo despido del ministro de Defensa
Los últimos disturbios se desencadenaron por la decisión de Netanyahu, el domingo por la noche, de despedir al ministro de Defensa, Yoav Gallant, del partido Likud.
Gallant había sugerido detener los planes de reforma 24 horas antes, mencionando las profundas divisiones en el país y calificando de «amenaza para la seguridad nacional» el creciente número de reservistas militares que habían amenazado con no presentarse al servicio o al entrenamiento si se aprobaba la legislación.
Se produjo una dramática noche de protestas espontáneas en todo el país contra la decisión de Netanyahu de despedir a Gallant. Esto puso al primer ministro bajo una creciente presión para abordar la crisis.
Rápido impulso a una controvertida reforma
Los planes para modificar el poder judicial se introdujeron casi inmediatamente después de que el nuevo gobierno, formado por una coalición que incluye partidos de extrema derecha y ultrarreligiosos, asumiera sus funciones el pasado diciembre. Los partidarios de las reformas consideran que el Tribunal Supremo es un bastión demasiado poderoso de la izquierda política. También sostienen que debería haber más equilibrio entre los distintos poderes del Estado.
Los críticos, por su parte, afirman que la reforma eliminaría el sistema de controles y equilibrios del gobierno, al tiempo que otorgaría a los políticos demasiado poder en un país sin Constitución. Por ejemplo, la llamada cláusula de anulación podría permitir a los legisladores anular cualquiera de las decisiones del Tribunal Supremo.
Como señalan algunos, la posible influencia de los legisladores sobre el Tribunal Supremo podría ayudar a Netanyahu a eludir la acción de la Justicia mientras se le juzga por varios cargos de corrupción, todos los cuales sigue negando.
(ef/ers)