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Nuestra Señora de los Dolores

La devoción de los 7 dolores de la Virgen María y sus promesas.

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Nuestra Señora de los Dolores – La devoción de los 7 dolores de la Virgen María y sus promesas

Nuestra Señora de los Dolores es una antiquísima advocación mariana cuya celebración data del siglo XII. Su advocación tiene basamentos bíblicos comenzando con la profecía de Simeón, el santo hombre a quien el Espíritu Santo le había revelado que no moriría antes de haber visto al Mesías del Señor.

En Lucas 2:34-35 se profetiza el primer dolor de la Virgen: «Simeón los bendijo y dijo a Maria, su madre: “Mira, este niño traerá a la gente de Israel caída o resurrección. Sera una señal de contradicción, mientras a ti misma una espada te travesará el alma.”».

La fiesta de Nuestra Señora de los Dolores se celebra dos veces en el año. Litúrgicamente el 15 de septiembre y todos los Viernes Santos donde se le llama, el Viernes de los Dolores.

La Mater Dolorosa o la Dolorosa como se le conoce en España, y en Latinoamérica, es un tema muy importante en el arte católico universal. Desde La Piedad de Miguel Angel que muestra a nuestro Señor Jesucristo reposando en el regazo de su Madre. Esta obra transmite como inspirada por el Espíritu Santo, el sexto dolor de la madre de Dios. O el cuadro al Oleo “La dolorosa” de Murillo.

la pieta la piedad

La Piedad de Miguel Angel, ubicada en la Basilica de San Pedro en el Vaticano

Hay mucho que decir sobre La Dolorosa, pero en este articulo nos concentraremos en la propagación de esta hermosa y poderosa devoción católica, que La Virgen a querido dar al mundo para su consuelo y para la salvación de las almas.

La Promesa de La Virgen Dolorosa

Nuestra Señora lamentó a Santa Brígida que muy pocos la consuelan meditando en Sus Dolores y que la mayor parte del mundo vivía sin acordarse de estos:

Miro a mi alrededor a todos los que están en la tierra, para ver si por casualidad hay alguno que se compadezca de Mí, y medita en Mis Dolores; y encuentro que hay muy pocos. Por lo tanto, hija Mía, aunque soy olvidada por muchos, al menos no me olvides tú; considerad Mi angustia, e imitad, en la medida de lo posible, Mi dolor”

Nuestra Madre Dolorosa reveló a Santa Brígida de Suecia siete promesas para todos aquellos que recen diariamente siete Ave Marías mientras meditan en las Lágrimas y Dolores de Nuestra Señora:

1. Pondré paz en sus familias.

2. Serán iluminados en los Divinos Misterios.

3. Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.

4. Les daré todo cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la voluntad adorable de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.

5. Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y protegeré en todos los instantes de su vida.

6. Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte; verán el rostro de su Madre.

7. He conseguido de mi Divino Hijo que las almas que propaguen esta devoción a mis lágrimas y dolores sean trasladadas de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos su consolación y alegría.

Oracion de Los 7 Dolores de la Virgen María

1er Dolor:

La profecía de Simeón en la presentación del Niño Jesús

Virgen María: por el dolor que sentiste cuando Simeón te anunció que una espada de dolor atravesaría tu alma, por los sufrimientos de Jesús, y ya en cierto modo te manifestó que tu participación en nuestra redención sería a base de dolor; te acompañamos en este dolor… Y, por los méritos del mismo, haz que seamos dignos hijos tuyos y sepamos imitar tus virtudes.

Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

2do Dolor:

La huida a Egipto con Jesús y José

Virgen María: por el dolor que sentiste cuando tuviste que huir precipitadamente tan lejos, pasando grandes penalidades, sobre todo al ser tu Hijo tan pequeño; al poco de nacer, ya era perseguido de muerte el que precisamente había venido a traernos vida eterna; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos huir siempre de las tentaciones del demonio.

Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

3er Dolor:

La pérdida de Jesús

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al perder a tu Hijo; tres días buscándolo angustiada; pensarías qué le habría podido ocurrir en una edad en que todavía dependía de tu cuidado y de San José; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que los jóvenes no se pierdan por malos caminos.

Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

4to Dolor:

El encuentro de Jesús con la cruz a cuestas camino del calvario

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver a tu Hijo cargado con la cruz, como cargado con nuestras culpas, llevando el instrumento de su propio suplicio de muerte;

Él, que era creador de la vida, aceptó por nosotros sufrir este desprecio tan grande de ser condenado a muerte y precisamente muerte de cruz, después de haber sido azotado como si fuera un malhechor y, siendo verdadero Rey de reyes, coronado de espinas; ni la mejor corona del mundo hubiera sido suficiente para honrarle y ceñírsela en su frente; en cambio, le dieron lo peor del mundo clavándole las espinas en la frente y, aunque le ocasionarían un gran dolor físico, aún mayor sería el dolor espiritual por ser una burla y una humillación tan grande; sufrió y se humilló hasta lo indecible, para levantarnos a nosotros del pecado; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que seamos dignos vasallos de tan gran Rey y sepamos ser humildes como Él lo fue.

Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

5to Dolor:

La crucifixión y la agonía de Jesús

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de tu amadísimo Hijo, y luego al verle agonizando en la cruz; para darnos vida a nosotros, llevó su pasión hasta la muerte, y éste era el momento cumbre de su pasión; Tú misma también te sentirías morir de dolor en aquel momento; te acompañamos en este dolor. Y, por los méritos del mismo, no permitas que jamás muramos por el pecado y haz que podamos recibir los frutos de la redención.

Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

6to Dolor:

La lanzada y el recibir en brazos a Jesús ya muerto

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la lanzada que dieron en el corazón de tu Hijo; sentirías como si la hubieran dado en tu propio corazón; el Corazón Divino, símbolo del gran amor que Jesús tuvo ya no solamente a Ti como Madre, sino también a nosotros por quienes dio la vida; y Tú, que habías tenido en tus brazos a tu Hijo sonriente y lleno de bondad, ahora te lo devolvían muerto, víctima de la maldad de algunos hombres y también víctima de nuestros pecados; te acompañamos en este dolor… Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos amar a Jesús como El nos amo.

Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

7mo Dolor:

El entierro de Jesús y la soledad de María

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al enterrar a tu Hijo; El, que era creador, dueño y señor de todo el universo, era enterrado en tierra; llevó su humillación hasta el último momento; y aunque Tú supieras que al tercer día resucitaría, el trance de la muerte era real; te quitaron a Jesús por la muerte más injusta que se haya podido dar en todo el mundo en todos los siglos; siendo la suprema inocencia y la bondad infinita, fue torturado y muerto con la muerte más ignominiosa; tan caro pagó nuestro rescate por nuestros pecados; y Tú, Madre nuestra adoptiva le acompañaste en todos sus sufrimientos: y ahora te quedaste sola, llena de aflicción; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, concédenos a cada uno de nosotros la gracia particular que te pedimos…

Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

Descargue aqui la oracion en version meditada

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