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La selección de fútbol de Alemania comenzó el Mundial perdiendo estrepitosamente contra Japón, mientras que España goleó sin piedad a Costa Rica. ¿Es invencible la “nueva furia” española?Las historias no podían ser más contrastantes. El miércoles pasado, la selección de fútbol de Alemania dejaba ir una ventaja mínima para al final verse superada por un conjunto japonés veloz, ordenado e implacable. Esa misma noche, la selección española ofrecía una potente exhibición goleando 7-0 a su similar de Costa Rica. Mientras que el equipo alemán no encontró la fórmula para ensamblar a sus luminarias individuales en una propuesta de juego colectivo, el seleccionado español brillaba con jóvenes futbolistas que, apoyados por algunos veteranos, se mostraron hambrientos de títulos y llenos de alegría al jugar.
Así, a partir de los números y de lo que se vio en la cancha, la tendencia hacia el partido del domingo próximo hablaría claramente a favor de los ibéricos. Sin embargo, la pelota de fútbol es caprichosa en su rodaje, y nada está escrito mientras no se decrete definitivamente en la cancha.
¿Qué tendría que hacer Alemania para ganar?
Como dijo el técnico alemán, Hansi Flick, a Alemania se le ha agotado el margen de esperanza. Para mantenerse en el torneo, el equipo germano necesita ante España un triunfo extremadamente difícil, pero no imposible.
Hombre por hombre, el equipo alemán luce con una enorme calidad individual, con una base del que posiblemente es el mejor club de la actualidad en todo el mundo: el Bayern Múnich. Así, Hansi Flick debería hacer valer ese bloque y reproducir la exitosa ofensiva en la que participan Jamal Musiala, Serge Gnabry, Leroy Sané (si se recupera y es alineado) e incluso el veterano Thomas Müller. Contra Japón, Flick cometió el error de partir en dos ese núcleo.
En el mundillo futbolístico se habla maravillas de los nuevos talentos españoles Gavi y Pedri. El apoyo de veteranos como Sergio Busquets a estos jóvenes jugadores no le facilita las cosas a los rivales germanos. Pero Alemania tiene en la media cancha a Joshua Kimmich, Ilkay Gündogan o Leon Goretzka, capaces de imponer su jerarquía y su recorrido internacional. En la medida de lo posible, Alemania debe buscar abrir espacios por velocidad y por la zona cubierta por el a veces lento Busquets. Para ello tiene al jugador ideal: Jamal Musiala, el veloz y serpenteante joven maravilla del equipo germano.
España tiene en Jordi Alba un carrilero de centros letales al área rival. Asfixiar su recorrido por izquierda, y el de Carvajal o Azpilicueta por el otro costado, será otra tarea crucial para los alemanes. Y eso lleva a el otro pendiente fundamental, que depende exclusivamente del equipo germano.
España, una ecuación compleja
Hansi Flick se ve ante la tarea de encontrar una fórmula que neutralice a la ambiciosa y compacta formación española, y que al mismo tiempo repare los graves errores del partido contra Japón. Alemania debe salir con una defensa central de granito, con Antonio Rüdiger y Niklas Süle o Matthias Ginter. Los laterales alemanes deben olvidarse ante España de aventuras ofensivas, a menos que la arremetidas de Alba abran oportuniddes francas.
El ataque español es una ola que, como se vio contra Costa Rica, es capaz de ahogar al rival. Ferrán Torres, Dani Olmo y Asensio combinaron de maravilla contra los ticos, y por si fuera poco espera en la banca Nico Williams, la posible nueva sensación del fútbol español. Cualquier resquicio, duda o falla alemana, como las que ocurrieron contra Japón, le costaría muy caro al conjunto germano. Niko Schlotterbeck debe ver el partido desde la banca.
Adelante, Alemania debería salir con un punta de lanza definido como Niclas Füllkrug. Gnabry, Havertz o Musiala lucen como buenos proveedores de balones al área, tratando de horadar la central formada -previsiblemente- por Rodrigo y Laporte. Acallar a Gavi y Pedri sería en principio tarea de Kimmich y Güngogan o Goretzka, que posiblemente es mejor opción por la juventud y velocidad de los españoles.
Pero la principal tarea está en el banquillo alemán. Hansi Flick es el encargado de que sus jugadores lleguen -o no- convencidos de que pueden lograr la proeza. España no es invencible pero, como dijo este viernes Kai Havertz, el 7-0 contra Costa Rica habla por sí mismo. La selección alemana se enfrentará al reto de disolver el compacto juego de España, y apagar el ímpetu de las nuevas estrellas ibéricas. Y sobre todo, tiene que recuperar el espíritu de conjunto y la tradicional combatividad del fútbol alemán. Si Flick no logra todo lo anterior, y quizá mucho más, el segundo partido de Alemania en Qatar será una nueva pesadilla, pero esta vez con fuerte olor a eliminación.