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El Leverkusen está sumergido en una profunda crisis y pone todas sus esperanzas en el Campeón del Mundo 2010 y de la Eurocopa 2008 y 2012, Xabi Alonso.Un verso sin esfuerzo. Como de la misma manera no hay que hacer tanto esfuerzo para ponerle sinónimos y adjetivos para describir al gran ex jugador del Bayern Munich, y en ese sentido, para exaltar su extraordinaria carrera. El Bayer Leverkusen pone todos los huevos en una canasta, y apunta a la única y plausible solución de cara a evitar deambular en puestos críticos en la tabla de posiciones.
Xabi Alonso, es la luz en el túnel oscuro del andamiaje futbolístico del Bayer Leverkusen. Su bien conocida experiencia como jugador y líder en el medio campo en sus distintos clubes, sumado a tener los mejores mentores (Pep Guardiola, Carlo Ancelotti y Jose Mourinho) en su carrera como jugador, le han dado suficientes herramientas para forjar su camino en la élite del fútbol, ahora como entrenador.
Tiempo al tiempo
Ahora comienza la verdadera tarea: Alonso debe asegurarse que sus deseos y ambiciosos conceptos sean transmitidos correctamente a sus jugadores, y que ellos puedan convencerse de los principios del éxito desarrollados por el mismo espanol.
Lo que pregona el nuevo entrenador de los aspirinos no está tan alejado a lo que solía mostrar el equipo en sus momentos dorados en la temporada pasada: “queremos jugar un fútbol moderno, de manera intensa, activa y con una gran mentalidad”, exclamó el Campeón del Mundo, en su llegada a Leverkusen para asumir como nuevo entrenador.
Muchos se olvidan que en una semana Xabi Alonso tuvo que cambiar de país, adentrarse en la mentalidad alemana, dominar el idioma, que hasta ahora lo hace con gran habilidad, y conectar con sus jugadores. No se trata de comprar un nuevo electrodoméstico, desempacarlo y encenderlo.
El genio de la lámpara
En su primer partido inaugural ante el Schalke 04, los directivos frotaron la lámpara y el genio le concedió un deseo, aunque sin estar muy lejos de la realidad también un débil Schalke 04 le dio la oportunidad a los aspirinos de poder respirar profundamente y digerir tantos nuevos cambios, desde el punto de vista emocional y futbolístico.
El efecto del nuevo entrenador fue efectivo. El zaguero internacional con Alemania, Jonathan Tah lo confirmaba: “Hemos puesto en práctica lo que nos dijo, nos solicitó más intensidad y nos dio algunas herramientas tácticas. También queremos mantenernos más compactos atrás”.
El pan de cada día
Pero a veces se puede llegar a subestimar el efecto positivo del cambio. Leverkusen cayó ante el Porto por errores que no se deben cometer al nivel de Europa: se concedieron dos penaltis, asimismo se desperdició uno propio, y le anularon otro a Patrick Schick por mano, y sin hablar de las chances que no concretaron Diaby y Schick.
Ahora le toca al nuevo D.T. lidiar con los buenos y malos momentos en la rutina del negocio, siendo la esperanza de los directivos que se convierta en el genio de la lámpara, que le conceda todos los deseos en momentos de apuro y vicisitud.
