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La mayoría de las visitas guiadas por París giran en torno a los logros de los hombres. El papel de las mujeres en la historia de la capital francesa queda, por lo general, en la oscuridad. Pero eso está cambiando ahora.Una mañana soleada en París. La guía turística Mina Briant pasa con un grupo de visitantes por el legendario café “Les deux Magots”, y por la Iglesia de Saint-Germain-des-Prés. Pero no se detiene allí, sino que dobla hacia un patio con jardines en una calle lateral. Ese oasis verde es el domicilio de “Éspace des femmes”, la primera editorial de mujeres, fundada a comienzos de los años 70 por Antoinette Fouque. Mina Briant trabaja para la agencia “Women of Paris”, y explica cómo se creó esa editorial.
Colette, George Sand, Simone de Beauvoir
“Era una época de protestas en Francia contra un manifiesto a favor del aborto que fue redactado, entre otras, por la escritora feminista Simone de Beauvoir”. Hasta hoy, en la editorial, que incluye una librería, se presentan las obras de la famosa autora.
Es el inicio exitoso de un recorrido que tiene como tema las luchas y las conquistas de las mujeres -escritoras y editoras- en la capital gala. Algunas calles más allá, Briant muestra el departamento donde vivió la escritora Sidonie-Gabrielle Colette, más conocida como Colette, en 1890, junto con su primer esposo, Willy, un editor. “Willy encerraba a Colette durante horas en una habitación, para que se pudiera concentrar en su trabajo, y, en lo posible, escribiera mucho, ya que él ganaba dinero con su talento”, explica.
En otra esquina poco vistosa, la guía turística señala la casa en la que vivió durante un tiempo la escritora George Sand, nacida en 1804 como Amantine Aurore Lucile Dupin. Fue la primera mujer que trabajó para el periódico “Le Figaro”. Escribió más de 80 novelas y cuentos cortos, y era conocida por sus numerosas relaciones amorosas, tanto con hombres como con mujeres, entre otros, con el pianista Frédéric Chopin. La autora adoptó un nombre masculino porque su editor le dijo que así vendería más ejemplares. “Y ella vivió su alter ego al máximo”, dice Briant. “Se vestía con ropa masculina, fumaba pipa en público y logró obtener una licencia para travestirse, lo cual era ilegal en ese momento”.
Las mujeres, “invisibles” o “demonizadas”
El barrio de Saint-Germain-des-Prés se asocia, por lo general, con nombres como Jean-Paul Sartre, o Ernest Hemingway, y los de otros intelectuales que se reunían en los cafés. También surgen siempre personalidades históricas como Enrique IV, Napoleón Bonaparte, Víctor Hugo, o Luis XVI, explica a DW Heidi Evans, fundadora de “Women of Paris”: “Pero eso es solo un lado de la historia, y en él se trata de glorificar a los hombres y demonizar a las mujeres, como María Antonieta [última reina de Francia antes de la revolución de 1789], o Catalina de Médici [reina consorte de Francia de 1547 a 1559, N. de la R.], difamadas casi siempre por los guías de turismo como monarcas maléficas y ávidas de sangre. Algunas mujeres incluso solo se mencionan como amantes o musas “. Heidi Evans se mudó de Londres a París luego de estudiar Literatura Francesa y comenzó su trabajo como guía turística en 2014, profundizando su investigación sobre el rol de las mujeres en la historia de la capital francesa.
En 2016, Evans inició los recorridos “Mujeres de París”, el primero de varios paseos temáticos dedicados a la historia de las mujeres y su influencia decisiva en las artes, el teatro, la literatura, la cultura y la política de la ciudad. “Las mujeres han sido invisibles durante siglos en la historia de Francia”, dice Evans. “En Londres eso es muy diferente. Allí, la reina es la mayor atracción turística; las figuras más populares de la monarquía eran mujeres. Me resultó aún más sorprendente lo negativa que era la visión de Francia de sus reinas”.
Sepulturas en el Panteón y nombres de calles
También en el Panteón, el mausoleo más grande del país, sobre una colina en el Quartier Latin, se ve cuán poco honra Francia a sus mujeres. Allí hay pocas mujeres importantes sepultadas. La física y Premio Nobel Marie Curie fue la primera en ser enterrada allí, póstumamente, en 1995. También descansan allí los restos de la sobreviviente al Holocausto e ícono feminista Simone Veil. En 2021, Francia le rindió homenaje a Josephine Baker, cantante, bailarina y activista por los derechos civiles, al sepultarla en el Panteón. Un panorama similar se observa en los museos, por ejemplo, en el Louvre, donde solo unas 300 de 500.000 obras de arte son de artistas mujeres, señala Evans.
De las 6.000 calles de París, 4.000 llevan nombres de hombres, y solo 300 de mujeres. También la mayoría de los monumentos de la ciudad recuerdan casi exclusivamente a hombres. Mina Briant cuenta que recién en 2017 -luego de varias peticiones- se incluyó a la primera escritora francesa, Madame de la Fayette, en la lista de lecturas obligatorias en los planes escolares del bachillerato, junto a autores como Víctor Hugo, Gustave Flaubert y Honoré de Balzac. Este año ingresó a la lista la dramaturga y activista política Olympe de Gouges, conocida por su “Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana”, de 1791. “Escritoras como Colette y George Sand eran consideradas livianas y demasiado frívolas. No fue sino hasta mucho más tarde, en el siglo XX, que se respetó la escritura de las mujeres”, dice Briant.
(cp/ers)