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Los suabos están instalados en puestos de relegación y encaran cuesta arriba la lucha por su agónica permanencia en la categoría. Lo que se avecina en el calendario es matar o morir por la supervivencia.¿Exceso de confianza o una mala racha? En repetidas ocasiones, este espacio ha hecho hincapié en las vagas preocupaciones que ciertos equipos manifiestan cuando se trata del descenso: la red de protección que supone un Greuther Fürth – por mencionar al más vulnerable y ascendido – pareció no mortificar a equipos como el Stuttgart. Pero Bochum, el otro ascendido – incluso en lo futbolístico – decidió que las cosas fueran diferentes.
Hoy ese lugar en puesto de relegación lo ocupa el conjunto suabo. Hoy la silla de Pellegrino Matarazzo como entrenador del Stuttgart está más frágil que nunca. Hoy, por si fuera poco, el autobús del equipo está en camino a meterse a la Bay Arena, casa del Bayer Leverkusen. Un equipo que, dicho sea de paso, ya estableció récord propio al haber llegado a los 54 goles anotados tras 21 jornadas. Más del doble que el Stuttgart (24).
El equipo de Pellegrino Matarazzo tiene un pie en el abismo y otro en la adversidad. La jornada pasada, cuando todos pensaban que el empate en casa ante Frankfurt estaba sellado, la suerte se inclinó en su contra. Un desafortunado balón desviado puso el 3:2 favorable al Eintracht.
Por el contrario, a los aspirinos incluso se les vio circulando en internet, que no se cansó de premiar la ejecución de un soberbio contragolpe quirúrgico: siete toques, cuestión de segundos, perfecto para redes sociales. Fue solo uno de sus goles en la aplastante derrota que propinaron al Borussia Dortmund 5:2.
Una tarea complicada
De acuerdo con lo que resta del calendario, Matarazzo tiene dos caminos: dar un sorpresivo golpe contra los punteros, o salir vivo de la carnicería que presagia el cierre de temporada contra otros rivales también venidos a menos.
Según el primer escenario, Stuttgart tendría la oportunidad de salvar el pellejo contra Leverkusen, Borussia Dortmund y Bayern Múnich, los tres líderes del campeonato. Contra los tres mordió el polvo en primera vuelta.
De cara al segundo escenario, lo que viene para Stuttgart son duelos directos por mantenerse a flote en Bundesliga: Borussia Mönchengladbach, Augsburg, Arminia Bielefeld, Hertha Berlín y Wolfsburg. Todos ellos son próximos rivales de Matarazzo y compañía.
Y no solo eso, todos se mantienen dentro de un rango máximo de seis puntos de distancia con respecto a las escasas 18 unidades que ha cosechado el Stuttgart: el drama del descenso se avecina, al igual que las apuestas por conocer qué otro entrenador será próximamente cesado de su cargo. Pellegrino podría decir adiós por la vía del cloroformo.
Así, un resultado favorable este sábado podría ser el salvavidas inmediato que necesita para salir del atolladero. Pero tiene otro punto en contra.
Sin Kalajdzic
El delantero nacido en Viena se las ha visto negras en los últimos meses debido a las lesiones. Un gol contra Frankfurt alentaba un nuevo rumbo en las chances ofensivas del Stuttgart. Para su mala fortuna, ese momento se verá una vez más interrumpido ante Leverkusen, equipo al que le clavó tres goles la temporada pasada.
“Recibió un golpe en la pantorrilla dos veces, una en el partido y luego también en el entrenamiento, y tiene un gran moretón que no se quita”, dijo Matarazzo. “Sasa está fuera. Espero que vuelva a estar en forma contra el Bochum”, sentenció el entrenador italo-estadounidense este jueves.
