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Cómo cuidar y limpiar el cutis graso.

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Para muchas personas tener el cutis graso puede convertirse en un problema cotidiano pues la piel es más propensa a la acumulación de sebo y, por tanto, a los brillos y la aparición de acné. Sin embargo, dándole los cuidados adecuados esta condición puede controlarse a la perfección, lo que nos permite disfrutar de uno de los mejores beneficios de este tipo de dermis: envejecen más lento debido a que cuenta con una mayor elasticidad que es capaz de mantener por más tiempo, por lo que es probable que demores más en presentar arrugas y líneas de expresión. Aprender a cuidarla es básico, por eso te explicamos cómo limpiar el cutis graso efectivamente.

El primer paso para limpiar el cutis graso y aprender a cuidar adecuadamente este tipo de piel es, justamente, entender que tienes una mayor propensión a acumular sebo en tu dermis, por lo que debes evitar todos aquellos productos de textura grasa o aceitosa ya que no harán otra cosa que acentuar esa condición.

Cada producto que apliques sobre tu cutis debe ser indicado para pieles grasas y completamente libre de aceite, u oil free, como se suele expresar en las etiquetas. Esto es clave para lucir un rostro perfecto todo el día.

Como ocurre con cualquier otro tipo de rostro, el cutis graso debe limpiarse dos veces al día: en la mañana, al despertar, y al final del día para remover el maquillaje, la suciedad e impurezas que se han acumulado en tu cara durante el día. De hecho, y aunque no hayas usado maquillaje, seguir esta rutina es básico pues tus poros estarán igualmente sucios por el sudor y las impurezas del ambiente.

Los productos básicos que necesitas para limpiar el cutis graso son:

-Loción o jabón limpiador preferiblemente en gel o líquido, indicado para pieles grasas.

-Tónico facial astringente adecuado para tu dermis.

-Crema humectante de día y de noche especial para pieles grasas, elaborada a base de agua.

Deberás lavar siempre tu rostro con agua preferiblemente fría o tibia, nunca con agua caliente pues dilata los poros y estimula la producción de grasa. Aplica la loción limpiadora, frota suavemente en forma circular haciendo énfasis en aquellas zonas donde más se acumula el sebo, luego retira con agua asegurándose de que la piel queda totalmente libre del producto.

Después aplica el tónico con la ayuda de un algodón, deberás pasarlo por tu rostro con suaves golpes que ayudarán a estimular la circulación al tiempo que eliminan los residuos del limpiador.

Por último, deberás aplicar la crema humectante de día o de noche, según sea el caso, para garantizar que tu piel se encuentra adecuadamente hidratada y en perfecto estado. Recuerda que en este aspecto debes elegir un producto a base de agua que no fomente la producción de grasa.

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