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Los champús sólidos son jabones, por lo tanto, limpian la suciedad. Los jabones tienen la característica de englobar en su interior a las gotas de suciedad y éstas son eliminadas por el agua. Así que sí, los champús sólidos ecológicos limpian perfectamente, pero de una manera suave y respetuosa con la piel, sin arrastrar en exceso la capa lipídica de la piel como lo hacen otros champús.
Si llevas mucho tiempo utilizando champús tradicionales es probable que tardes un tiempo en eliminar todas esas sustancias de tu pelo (Siliconas, tensioactivos aniónicos, lauril y laureth sulfatos de sodio), agentes espumantes (PEG, Polietilenos, Polietilenglicoles, etc.) y que tu cuero cabelludo empiece a transpirar de manera natural.
Moja muy bien tu cabello. Desliza la pastilla del champú por el cuero cabelludo. Masajea suavemente como lo harías con un champú líquido. No satures el pelo de producto intentando obtener espuma desde el primer segundo. Hacer dos aplicaciones. En la primera saldrá muy poca espuma, pero en la segunda aplicación la cantidad de espuma será mayor. Enjuaga con abundante agua para eliminar cualquier resto de champú y evitar que queden restos de jabón en el pelo que es lo que hace que tengas esa sensación de “sucio”. Si tu pelo necesita una hidratación extra utiliza un acondicionador sólido o un sérum. Deja la pastilla al aire libre para que se seque. Es importante evitar contacto con los ojos, en caso de contacto enjuagar con abundante agua.
Si sigues estos pasos, verás como con los días tu pelo va recobrando vida y su brillo natural. No el brillo artificial que le dan las siliconas y otros compuestos de muchos champús tradicionales. También es importante elegir un champú sólido para tu tipo de cabello (seco o graso).
