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Las frutas y verduras son los alimentos más saludables que hay, y especialmente importantes en la dieta de los niños, pues aportan gran cantidad de vitaminas, minerales y fibra, ayudan a mantener una correcta hidratación, y a prevenir enfermedades.
Los expertos aconsejan el consumo de frutas y verduras de temporada siempre que sea posible, ya que al recogerse en en su punto óptimo de maduración, resultan más sabrosas, ecológicas y naturales, a parte de una opción más económica para nuestro bolsillo.
Hoy os traemos una recopilación de las frutas y verduras de la temporada otoño-invierno que podemos encontrar en España, y que no deberían faltar en la alimentación de nuestros hijos por los múltiples beneficios que pueden aportarles. Ya sea como postre, guarnición, tentempié o snack para llevar al recreo: ¡no olvideis incluir en el día a día estos fantásticos alimentos!
Caqui
El caqui, gracias a su textura jugosa, dulce y cremosa, es una de las frutas preferidas de los niños en esta época del año, además de ser un alimento altamente energético y nutritivo. El caqui destaca por su contenido en fibra y su alto aporte de vitaminas C, B1, B2, B6, E, K y minerales como el hierro, magnesio, cobre, potasio o fósforo.
Membrillo
Esta fruta típica del otoño, es perfecta para hacer un sinfín de recetas, como salsas, ensaladas, dulces o macedonias y además, contiene múltiples beneficios. El membrillo es especialmente astringente, por lo que ayuda a combatir la diarrea y otros problemas estomacales tan comunes durante la infancia, y es una gran fuente de potasio.
Chirimoya
La chirimoya es una fruta muy completa y con muchas propiedades, que aporta minerales como el potasio, el hierro o el calcio, lo que ayuda a mantener los huesos fuertes, y a evitar los calambres musculares.
Entre sus muchas propiedades destaca también su alto contenido en fibra y en vitaminas del grupo B y C. Además, el componente mayoritario de esta fruta es el agua, por lo que resulta perfecta para mantener una correcta hidratación.
El punto negativo de esta fruta es que no resulta fácil de comer para los más pequeños, y hay que tener mucha precaución con las pipas. Pero su carnosidad, jugosidad y dulce sabor la convierten en una de las frutas estrella de la temporada.
Manzana
La manzana es una fruta muy completa y con un sinfin de propiedades para el organismo. Además, es posible disfrutar de ella durante todo el año. La manzana es fuente de fibra, lo que ayuda a regular el tránsito intestinal, y contiene altos niveles de potasio, magnesio, sodio, fibra, calcio y vitaminas A, B, C y E.
Resulta especialmente hidratante y aporta un dosis extra de energía, al ser un alimento rico en hidratos de carbono de absorción rápida. Por tanto, resulta perfecta para mantener el frenético ritmo diario al que nos enfrentamos. Hay infinidad de recetas en las que podéis incluir a las reinas del otoño.
Vitamina C
Frutas como el kiwi y los cítricos (naranja, limón, mandarina, pomelo…), y verduras como la coliflor, el pimiento rojo, el brócoli, las acelgas y las espinacas, tienen un alto contenido en vitamina C, un micronutriente caracterizado por potenciar nuestro sistema inmune, y ayudar a evitar resfriados y aliviar sus síntomas.
Pero además, la vitamina C tiene acción antioxidante, participa en la formación de colágeno, huesos, dientes y glóbulos rojos, y favorece la absorción del hierro de los alimentos, contribuyendo a un buen estado general de salud.
Plátano
El plátano es rico en vitaminas A, B, C y E, tiene alto contenido en hierro y posee*grandes cantidades de fibra, calcio y potasio, lo que ayuda a equilibrar la tensión arterial, dotar de energía al organismo y prevenir la aparición de calambres musculares, un problema muy común especialmente en niños deportistas.
Uvas
Las uvas son bajas en grasa y ricas en hierro y potasio, por lo que resultan perfectas para consumir entre horas o como merienda saludable para llevar al recreo. Además, no contienen colesterol ni sodio, así que cuidan la salud de nuestros riñones, hígado e intestinos.
Las uvas son un potente antioxidante, con alto contenido en vitaminas A, K y B1, que ayuda a mantener los huesos fuertes y a proteger la piel, tan delicada en la infancia.
Pero recordemos que las uvas, por su forma redondeada, son uno de los alimentos con los que los niños más fácilmente se atragantan, por lo que es importante ofrecérselas sin piel y partidas a la mitad, especialmente cuando son muy pequeños.
Las verduras de hoja verde tienen un alto contenido nutricional y aportan grandes beneficios al organismo. Son ricas en vitaminas A, C y K (berros, acelgas), ayudan a disminuir el riesgo de aparición de diabetes tipo 2, combaten la anemia gracias a sus grandes cantidades de hierro (espinacas) y ácido fólico (endivias).
Sin embargo, las verduras de hoja verde contienen altos niveles de nitratos (especialmente las acelgas y las espinacas), por lo que no se recomienda su consumo en menores de un año, y se aconseja limitar las raciones hasta los tres años de vida.
Coliflor y brócoli
El brócoli y la coliflor pertenecen a la misma familia, y son dos de las verduras de invierno que más más vitaminas, minerales y propiedades aportan. Ambas son una excelente fuente de fibra, contienen grandes cantidades de ácido fólico, y aportan vitaminas (A, C y vitaminas del grupo B) y minerales, destancando especialmente el calcio, potasio y fósforo.
Ambas verduras mejoran el tránsito intestinal, fortalecen el sistema inmunológico, protegen la salud del corazón, y ayudan a combatir los ambios de humor o irritabilidad, así como la fatiga y cansancio excesivo.
El 80 por ciento de las personas no consumen el calcio y la vitamina D que necesitan (y es preocupante)
Calabacín
¿Cómo resistirse a una deliciosa crema de calabacín, a unos exquisitos calabacines rellenos o a unas minipizzas de calabacín? Esta verdura, que admite diversas formas de cocinado y todas ellas riquísimas, suele ser una de las favoritas de los más pequeños por su delicado y suave sabor, y una de las primeras en incorporarse a la dieta cuando comenzamos con la alimentación complementaria.
El calabacín aporta abundante fibra y cantidades notables de ácido fólico, potasio, hierro, manganeso y vitaminas A y C. Por tanto, es un perfecto aliado para mantener fuertes los huesos , proteger el sistema digestivo y cuidar la salud del sistema nervioso y el sistema inmunitario.
Judías verdes y guisantes
Las judías verdes se pueden disfrutar prácticamente todo el año, y al igual que ocurre con otras verduras que hemos visto, admite múltiplas formas de cocinado, por lo que es fácil dar con el preparado perfecto para encandilar a los paladares infantiles.
Tanto las judías verdes como los guisantes contienen gran cantidad de fibra, agua, vitaminas y minerales, destacando especialmente el potasio y el magnesio. Por eso son las verduras perfectas durante el crecimiento de los niños, contribuyendo al buen funcionamiento del sistema nervioso y del tránsito intestinal.
Zanahorias
La zanahoria es un alimento excelente desde el punto de vista nutricional gracias a su contenido en vitaminas y minerales. El agua es el componente más abundante, seguido de los hidratos de carbono, siendo estos nutrientes los que aportan energía.
Es fuente de vitaminas A, E y grupo B, como los folatos y la vitamina B3 o niacina. En cuanto a los minerales, destaca el aporte de potasio, y cantidades discretas de fósforo, magnesio, yodo y calcio.
Siempre se ha asociado el consumo de zanahorias con la buena salud visual, y es que su alto contenido en betacaroteno, antioxidante natural, mejora la visión y la percepción de los colores a lo largo de la vida y reducen el riesgo de pérdida de visión en la vejez.