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Las Fuerzas Armadas de Myanmar, responsables del reciente golpe de estado del país, son en su mayoría financiadas por el presupuesto estatal. Pero también han obtenido enormes ingresos secretos de los intereses comerciales en constante expansión. En el popular Centro de paracaidismo cubierto de Rangún, los visitantes pueden experimentar la emoción de saltar de un avión de forma segura en un túnel de viento vertical. Pero pocas personas apreciarán esta atracción, porque es parte de un gran imperio empresarial administrado por los militares y parte de la estructura social del país.
Después de que el golpe de Ni Win en 1962 marcó el comienzo de la era socialista, el ejército birmano Tatumado comenzó a involucrarse en el comercio. Durante muchos años, se ha exigido a los batallones militares que sean autosuficientes y se les ha animado a aumentar sus participaciones en empresas locales para financiar sus negocios. Aunque esta práctica se ha eliminado, en la década de 1990, cuando el gobierno comenzó a privatizar las industrias de propiedad estatal, se formaron dos grupos liderados por militares.
Desde entonces, las dos organizaciones, Myanmar Economic Corporation (CEM) y el Conglomerado Económico de Myanmar Ltd. (CEML), se han convertido en las principales fuentes de riqueza de Tatmadaw, con intereses que van desde la banca, la minería, el tabaco y el turismo.
El CEML también administra el fondo de pensiones de los militares. Algunos líderes militares y sus familias también tienen amplios intereses comerciales y han sido sancionados en el pasado.
Aung Pyae Sone, hijo del líder golpista Min Aung Hliang, es propietario de varias empresas, incluidos baños termales, y posee una participación mayoritaria en el operador nacional de telecomunicaciones Mytel. Pero los expertos dicen que a pesar de las recientes reformas democráticas, la influencia comercial de los militares sigue siendo grande. Los expertos dicen que el golpe puede ser para proteger estos intereses financieros.