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Latinoamérica es la segunda región con mayor número de muertes por coronavirus en el mundo, y la situación es desesperante: la gente hace filas interminables o paga un alto precio por los tanques de oxígeno. Miles de personas han realizado peregrinaciones en las últimas semanas bajo el cálido sol en la región amazónica de Manaus, Brasil, o noches frías en las afueras de Lima, Perú, en busca de gas vital para los infectados. Desde el primer caso confirmado en América Latina hace aproximadamente un año, la pandemia ha causado 19,1 millones de infecciones en la región y provocado más de 606.000 muertes.
En los últimos meses, la pandemia ha provocado una demanda de oxígeno médico y se ha donado oxígeno a más de 600 plantas de procesamiento de minerales en la región. Expertos de la OPS (Organización Panamericana de la Salud) explicaron que los países latinoamericanos que reportaron los mayores problemas de oxígeno fueron Brasil y Perú, cuando el brote alcanzó su punto máximo en la Amazonía y también señalaron dificultades en Bolivia y Ecuador.
