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La mayoría de los seres humanos estamos hechos para postergar consultas médicas por control o prevención. Las consultas más comunes suelen ser cuando duele algo, pero lo ideal en todos los ámbitos de salud es abogar por la prevención.
«Es mejor prevenir que lamentar»
Este dicho es escuchado en muchas oportunidades pero muy poco se aplica en el día a día. Las consultas más comunes por ejemplo en el caso de departamentos de odontología suelen ser aquellas que involucran dolor. Los pacientes acuden, en general, cuando algo les duele –a veces incluso cuando el dolor ya es insoportable-, aunque lo ideal, según los especialistas, es hacer una visita al odontólogo al menos una vez al año para un control general. Esto permite evitar las molestias y prevenir enfermedades.
“Como idea general, los adultos debieran realizarse una limpieza cada 6 meses y los niños pequeños también debieran controlarse cada 6 meses, para prevenir lesiones cariosas con aplicaciones de flúor y sellantes”, indican los especialistas.
Sobre los tratamientos de ortodoncia, explican que lo ideal es que los niños sean evaluados por un ortodoncista entre los 2 y 3 años, principalmente para detectar problemas debido a malos hábitos.
“Esto no significa que se les empiece un tratamiento activo de ortodoncia a esa edad, pero sí se pueden evitar problemas mayores a futuro, por ejemplo, pesquisando daños que se estén produciendo por el chupete, succión de dedo o uso prolongado de la mamadera”, señalan.
La recomendación de los especialistas siempre será acudir a controles odontológicos mínimo una vez año para evitar percances graves a futuro.
Por: María Jesús Hernández.