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Argentina especula sobre el origen del violento ataque a Clarín

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El ataque a la sede del Grupo Clarín, en Argentina, da lugar a diversas hipótesis sobre posibles autores y sus motivaciones. ¿Vuelve la violencia? ¿Se profundiza la polarización? Hay muchos interrogantes por resolver.El ataque con bombas de tipo molotov a la sede del diario argentino Clarín, el 22 de noviembre de 2021, provocó el repudio de todo el espectro político, desde la derecha hasta la izquierda, de entidades periodísticas, nacionales e internacionales, y tuvo gran eco en los medios de todo el mundo. El presidente argentino, Alberto Fernández, condenó el ataque, al igual que el expresidente y líder del opositor Juntos por el Cambio Mauricio Macri, así como diversos actores políticos y referentes de la sociedad argentina.

El Grupo Clarín, el mayor grupo mediático argentino, fundado en 1945 por Roberto Noble, es dirigido por Héctor Magnetto y supera el 25 por ciento de todos los consumos de información en Argentina. Al conglomerado le pertenecen cuatro medios digitales que están entre los seis de mayor audiencia: Clarín.com, TN.com.ar, Cien radios y La Voz del Interior.

El atentado quedó grabado por las cámaras de seguridad y está siendo investigado. Por el momento, se habla de al menos nueve agresores que lanzaron bombas incendiarias sobre una de las entradas del edificio, cerrado en ese momento, por lo cual no hubo víctimas. Uno de los autores habría sido identificado.

Fuentes judiciales confirmaron el martes (23.11.2021) que se halló una huella dactilar durante la pericia de los objetos, entre ellos, de las bombas molotov. El juez federal Luis Rodríguez, quien ordenó el peritaje, solicitó el estudio de la huella, que fue cruzada con la base de datos del Registro Nacional de las Personas (Renaper), y con la de personas con antecedentes penales, pero no hubo coincidencias. Es por eso que algunos medios argentinos lanzaron la hipótesis de que la huella podría ser de una persona extranjera, por lo cual la Justicia solicitaría a la Dirección Nacional de Migraciones que la coteje con sus registros.

El ataque se produce pasados pocos días de las elecciones legislativas del 14 de noviembre, en las que el partido gobernante peronista de centro-izquierda, el Frente de Todos, salió derrotado. Y en medio de una situación económica por demás difícil, con más del 40 por ciento de pobreza, con el descontento de muchos y protestas callejeras por la inseguridad.

Posibles motivos e hipótesis

Muchos son los interrogantes, tanto con respecto a la autoría del acto criminal como a los motivos y, mientras avanzan las investigaciones, se tejen varias hipótesis. «Si se compara a Argentina con otros países de América Latina, esto es muy raro, llama mucho la atención”, dice a DW Luis Schenoni, politólogo e investigador posdoctoral de la Universidad de Constanza.

«Hay tres grandes temas que hacen que este incidente deba ser tomado en serio”, explica. El primero «es el incremento acelerado del narcotráfico en la periferia de las grandes ciudades argentinas”, señala. El diario Clarín ha investigado sobre ese tema, y «esa es una de las dinámicas más comunes en otros países de América Latina, como, por ejemplo, en México”, dice, refiriéndose a los asesinatos de periodistas que investigan los crímenes del narcotráfico.

El segundo es la dinámica interna del peronismo, donde se conoce la relación del kirchnerismo con ciertos grupos más radicalizados, y ese podría ser otro de los factores, explica.

El tercer tema «tiene que ver con el contexto general, y es el altísimo grado de informalidad y de criminalidad, relacionado con la situación económica”, resume el politólogo.

Argentina se encuentra entre los 20 países con mayor tasa de delincuencia del mundo, con 62,26 puntos, según un informe de septiembre de 2021 del World Population Review, y solo es superado por Venezuela, que lidera la tabla con 84,36 puntos. Esto se debe a factores socioeconómicos, culturales y de debilidad institucional, indica el reporte. Recientemente ocuparon los titulares las protestas por el asesinato de Roberto Sabo, un quiosquero de 45 años, en la localidad de Ramos Mejía, en el conurbano bonaerense.

La posibilidad de ataques contra periodistas por parte de bandas criminales es preocupante a largo plazo, dice Schenoni, profesor asistente del University College de Londres. «Pero lo más preocupante sería si un grupo político argentino considerase hacer uso de la violencia”, resalta, mencionando los atentados en la década de los 70.

Aplausos a discurso sobre «levantamiento contra los medios”

«Esperaría que se trate de un grupo aislado, poco relevante en términos políticos, y que el ataque no tenga grandes consecuencias”, dice, por su parte, Marcos Novaro, analista político e investigador de la Universidad de Buenos Aires, en entrevista con DW. Al mismo tiempo, destaca la «creciente confrontación del oficialismo con los medios”, que, según él, está planteada en términos similares a cómo lo hizo en su momento Cristina Fernández de Kirchner. Cabe recordar la Ley de Medios promulgada por la entonces presidenta en 2009 para poner un límite a la distribución de licencias radiales y televisivas, impugnada por el Grupo Clarín y modificada por el expresidente Macri en 2015.

En septiembre de este año, en un acto de campaña, el presidente Fernández aplaudió públicamente el discurso del intendente del partido de José C. Paz, Mario Ishii, quien llamó a un «levantamiento” contra los medios. «La virulencia de ese discurso causó sorpresa, y más aún el aval del presidente”, sostiene Novaro. Pero esa no fue la única vez. Tanto Cristina Fernández de Kirchner como Alberto Fernández se quejaron públicamente de que los medios «maltratan” la democracia y «ponen nerviosos” a los argentinos. Esa hostilidad hacia los periodistas fue criticada por el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA), que reclamó al gobierno que «garantice condiciones de equidad” para que los periodistas acreditados en la Casa Rosada «puedan hacer su tarea sin restricciones ni presiones políticas”.

¿Se profundiza la grieta?

¿Refleja el atentado una profundización de la grieta sociopolítica en Argentina? Según el analista, «en Argentina la polarización existe, pero no es tan extrema como se suele pensar, especialmente, si la comparamos con la de Chile, Brasil o Estados Unidos”. El sistema de partidos no corre peligro de disolverse, dice. Y opina que la aparición de figuras de extrema derecha, como Javier Milei (de La Libertad Avanza), es un fenómeno marginal. «Argentina es un país bastante pacífico”, dice, «la violencia no es tolerada”. Para el experto, «lo relativamente improvisado del ataque, el hecho de que el grupo se haya dejado filmar y haya estado dando vueltas por el barrio, hace pensar que no tuvo una logística sofisticada”. Además, «si es un grupo político, no debe estar bien orientado porque, al querer crear un efecto de polarización mayor, logró el efecto contrario”, aclara, en referencia al repudio unánime de la clase política argentina al atentado.

A pesar de eso, la desazón por el complejo panorama socioeconómico sigue marcando la vida de los argentinos, y el atentado contra Clarín despierta ciertos temores sobre un diciembre «caliente». El desafío ahora es, según Novaro, que la política no decepcione, que no siga frustrando las expectativas de la sociedad, en la que se hace palpable el agotamiento, y que podría provocar protestas de mayor envergadura. «Tanto Macri como Fernández fueron expresiones de una apuesta por un centro político que lograra sacar al país de la crisis. Ambos fracasaron. Un tercer fracaso sería muy grave, porque entonces sí se podría dar un fenómeno de descomposición del sistema político”, advierte.

(ms)

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