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Muchas de las grandes emociones en la primera ronda en la Bundesliga ya son cosa del pasado, y no se ha cumplido ni siquiera la cuarta parte del campeonato. La culpa la tienen los robots.»Y al final, todos vivieron felices por siempre”. Descabelladamente adelantada, tal podría ser la moraleja de la ronda actual de Bundesliga apenas al llegar la jornada 8. En efecto: la «tensión dramática”, cuya dosificación decide la emocionalidad en las artes escénicas, se agota en la liga alemana cuando no se ha cumplido ni siquiera la cuarta parte del campeonato.
A la jornada 8 ya se han jugado la inmensa mayoría de los partidos que pudieran causar la máxima expectación en la primera ronda. La quema de estas naves comenzó en la misma jornada 1, cuando el Borussia Dortmund, presunto contendiente por el título según su jerarquía histórica, se enfrentó al Eintracht Frankfurt, uno de los clubes más prometedores.
Por supuesto, nadie hubiera podido saber a esas alturas que las águilas iban a volar tan alto, y que su delantero Omar Marmoush iba a terminar la jornada 7 como líder de goleo individual, arriba de Harry Kane. Como sea, Dortmund ganó ese encuentro 2-0 y «a otra cosa, mariposa”.
Emoción agotada, con una excepción
El partido entre el campeón Bayer Leverkusen y el RB Leipzig, otro de los más esperados, llegó apenas en la jornada 2 y acabó como uno de los más electrizantes con el triunfo 3-2 de los toros. Un par de fechas más tarde, el subcampeón Stuttgart goleó 5-1 al Borussia Dortmund sin tentarse el corazón, cumpliéndose así otro momento catártico del campeonato.
La temprana jornada 5 trajo consigo el partido que acaso era el más esperado de toda la primera ronda: el Bayern Múnich recibió en el Allianz Arena a Xabi Alonso al frente del campeón invicto Bayer Leverkusen. El encuentro terminó en empate 1-1, ante los ojos de todo el mundillo futbolístico. Asunto arreglado.
En la jornada 6, el Bayern viajó a Frankfurt, de donde sacó otro empate, esta vez a 3. Las reservas de emoción volvieron a bajar notablemente en la jornada 7, cuando el citado Eintracht, a estas alturas ya revelado como uno de los fenómenos del torneo, jugó contra el Bayer Leverkusen, con el triunfo de los aspirinos como desenlace.
En la misma jornada 7, el Bayern Múnich, tercer lugar del torneo anterior, chocó contra el subcampeón Stuttgart. Aquí hubo goleada bávara 4-0 ante un equipo suabo irreconociblemente dócil.
El contingente de los partidos más esperados de la primera ronda ya es cosa del pasado, con una excepción: el Klassiker Dortmund-Bayern, a jugarse el 30 de noviembre en el Signal Iduna Park.
¿El torneo del «gran spoiler”?
Todo indica que las grandes sensaciones de rivalidad en los partidos de Bundesliga deberán aguardar hasta después de la pausa navideña. ¿Cómo fue posible que las grandes expectativas del torneo 2024/2025 se concentraran tanto en el calendario? La culpa, aparentemente la tiene la tecnología.
Según informa la Bundesliga en su sitio oficial, el orden en cada jornada de los torneos es decidido por un software cuyo algoritmo, se supone, toma en cuenta las variables más relevantes, incluida la real o posible participación de clubes alemanes en competencias internacionales. La solución algorítmica promete, según la Bundesliga, obtener «los mejores resultados posibles”, que luego son evaluados y consolidados por un equipo humano.
El fracaso de los robots
Pero en términos de emocionalidad, el robot fracasó en su medición. Al frenético inicio del torneo seguirá una fase de congelamiento emocional, por lo menos para algunos clubes. Está como ejemplo el caso del Bayern Múnich. Habiéndose enfrentado ya a Bayer Leverkusen, Frankfurt, Freiburg (segundo lugar actual de la tabla) y Stuttgart, a los bávaros les esperan encuentros relativamente tranquilos: va contra el sotanero Bochum, el impredecible Unión Berlín, el recién ascendido St. Pauli, y el alicaído Augsburgo. Para el multicampeón, este tramo antes del Klassiker contra Dortmund suena más a vacaciones que a desafío deportivo.
Casi lo mismo puede decirse del Bayer Leverkusen que, gracias a los mismos algoritmos de la Bundesliga, tiene un calendario «encadenado” al de los bávaros, precisamente en esa fase de tranquilidad: luego de Werder Bremen y Stuttgart va igualmente contra Bochum, Unión Berlín, St. Pauli y Augsburgo.
El desequilibrio emocional de la primera ronda sería anecdótico, si no fuera porque puede desembocar en algo peor: la muy adelantada definición del campeonato alemán, el «gran spoiler», hacia la jornada 26 del torneo. Si así suceden las cosas, el club más favorecido podría festejar un título de liga alemana en buena parte decidido, con 8 largas jornadas por jugarse.
