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Aunque es la columna vertebral militar y financiera de Hezbolá, Irán se ha mantenido notablemente calmo de cara a la escalada en el Líbano. ¿Qué hay detrás de la aparente moderación de Teherán?En medio de los esfuerzos para lograr un alto el fuego, y ante una potencial invasión terrestre de las fuerzas de Israel en el Líbano, uno de los actores clave en el conflicto se muestra notablemente calmo.
Oficialmente, Israel no está en guerra con el Líbano, pero la milicia de Hezbolá -clasificada como una organización terrorista por varios países, incluyendo Estados Unidos y Alemania, mientras la Unión Europea clasifica a su brazo armado como grupo terrorista- es financiada, equipada y entrenada por Irán.
«Parece haber una renuencia por parte de Irán a defender a Hezbolá directamente, lo que implicaría una confrontación militar directa con Israel», dijo Burcu Ozcelik, investigadora principal para la Seguridad de Medio Oriente en el Royal United Services Institute (RUSI), con sede en Londres, en entrevista con DW.
Fabian Hinz, especialista en defensa y análisis militar del Instituto Internacional Británico de Estudios Estratégicos (IISS), se hace eco de esa opinión. «Creo que una verdadera intervención militar por parte de Irán es muy improbable», dijo a DW.
Hamidreza Azizi, investigador del Instituto Alemán para Asuntos Internacionales y de Seguridad, detalla a DW: «Los líderes iraníes creen que el conflicto aún no ha llegado a un punto en el que Hezbolá se enfrente a una amenaza existencial”.
Azizi añadió que Hezbolá todavía tiene la capacidad de defenderse por sí misma y soportar esta fase del conflicto sin sufrir pérdidas significativas. «También está la cuestión práctica de qué puede hacer Irán para ayudar a Hezbolá que Hezbolá no pueda hacer por sí mismo, ya que la distancia geográfica de Irán limita su capacidad de ofrecer apoyo militar directo», señaló.
En abril pasado, Irán lanzó un ataque a gran escala contra Israel, pero no pudo causar daños importantes. Además de eso, el reciente asesinato del líder de Hamás Ismail Haniyeh por parte de Israel en Teherán, y los ataques con buscapersonas contra miembros de Hezbolá «han resaltado aún más el alcance de la inteligencia de Israel dentro de Irán y en toda la región», dijo Azizi.
Todo esto ha ido debilitando el poder disuasorio de Irán, así como su credibilidad, y cualquier otra intervención militar en este conflicto acarrearía un gran peligro, estima, por su parte, Hinz.
La estrategia ideológica de Irán
Entretanto, el vicepresidente de Irán, Javad Zarif, declaró a principios de esta semana que las autoridades iraníes creen «que Hezbolá es capaz de defenderse a sí misma». Para Hinz, esa postura está mucho más en línea con la estrategia interna de Irán. «Irán afirmó repetidamente que la supervivencia del régimen iraní es su absoluta prioridad», dice y agrega que no se trata simplemente de «políticas de poder cínicas tras bastidores». La supervivencia del Estado está incluso codificada ideológicamente, explica.
«La posición de Irán es que el islam chiita sólo puede sobrevivir si el sistema iraní sobrevive y, en consecuencia, Irán no quiere ponerse en peligro sustancialmente», puntualizó.
También parece haber otra razón detrás de la posición de Teherán. «Vimos a [el presidente iraní Masoud] Pezeshkian en la Asamblea General en Nueva York enviando mensajes conciliadores a Occidente, al hablar sobre la voluntad de Irán de reanudar las conversaciones nucleares», dijo Ozcelik, del RUSI.
Irán está esperando el momento correcto
Sin embargo, si Hezbolá perdiera sus principales activos militares estratégicos y su capacidad de ataque avanzado, Irán quedaría vulnerable, evalúa Ozcelik. «Una de las consecuencias más estratégicas de la escalada de ataques de Israel en el sur del Líbano es que Irán podría estar perdiendo su capacidad de disuasión contra un ataque israelí a instalaciones nucleares iraníes».
«Agreguemos a esto sus refinerías de petróleo y otras infraestructuras nacionales críticas que podrían impactar la ya golpeada y magullada economía de Irán y sus sancionadas relaciones comerciales», añadió Ozcelik. La investigadora cree que Irán elegirá ganar tiempo, durante el cual pueda establecer un enfoque proactivo sobre cómo recuperar la capacidad estratégica de Hezbolá.
Eso podría implicar que Irán vigile más estrechamente a esa organización, y también una microgestión para ayudar a reconstituir la infraestructura de inteligencia de Hezbolá, sostuvo.
Irán también podría aumentar sus entregas de armamento a Hezbolá o enviar a más asesores, según Hinz, del ISS. «Irán también ha recurrido repetidamente a actores no estatales y a los llamados ‘representantes’ (proxies) para atacar a Israel», subrayó. Además de Hamás en Gaza y Hezbolá en el Líbano, las milicias hutíes en Yemen y las milicias chiitas en Irak están alineadas con Irán.
Ozcelik coincide en la siembra de caos e inestabilidad a través de grupos aliados alineados con Irán significa que Irán ha evitado hasta ahora las consecuencias directas del conflicto. «Los iraníes no están muy cerca de las consecuencias de la violencia», dijo, «sin embargo, los palestinos y los libaneses sí lo están».
(cp/rml)