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Elecciones en Brandeburgo: alivio para la socialdemocracia, amargura para verdes y liberales en Alemania

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La victoria en los comicios regionales de Brandeburgo da un respiro al SPD del canciller alemán, Olaf Scholz. Pero puede ser explosiva para su coalición de Gobierno. El populista AfD se convierte en segunda fuerza.Fueron «sólo» unas elecciones regionales, y Brandeburgo, con alrededor de 2,1 millones de ciudadanos con derecho a voto, es sólo uno de los 16 estados federados de Alemania. Sin embargo, esta vez las elecciones en ese estado del este alemán tienen una importancia considerable para la política nacional.

Por un lado, son las terceras elecciones regionales en tres semanas en las que el partido Alternativa para Alemania (AfD), en parte de extrema derecha, registró enormes avances.

Si «los partidos antidemocráticos logran tales resultados», entonces es un día «en el que ningún demócrata podrá simplemente celebrar», comentó la copresidenta del Partido Verde, Ricarda Lang, la noche electoral.

Claro que en el AfD las cosas se ven de otro modo: «Estamos extremadamente satisfechos con el resultado», dijo Alice Weidel, colíder de la formación. En el este de Alemania, el AfD es, entretanto, la mayor fuerza política, y los comicios regionales, sólo una etapa en su camino.

Derrota aplastante para verdes y liberales

Por otro lado, es la tercera elección regional consecutiva en la que Los Verdes y el Partido Demócrata Liberal (FDP) -que lideran la coalición del Gobierno alemán junto con el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD)- sufren una aplastante derrota.

Ni Los Verdes ni el FDP lograron entrar al Parlamento regional. Para Los Verdes, eso no es motivo para bajar la cabeza: «Es evidente que hay una tendencia negativa, y hay que romperla», dijo su copresidenta, Ricarda Lang.

El resultado golpeó con mucha más fuerza a los liberales, que obtuvieron menos del 1 por ciento. Como antes en Turingia y Sajonia, este resultado en Brandeburgo hizo caer ahora al FDP en la total insignificancia política. Su secretario general, Bijan Djir-Sarai, habló, con visible frustración, de «una noche difícil» al referirse al resultado electoral.

Una vez más, los liberales achacan su fuerte merma de votos a la mala política del Gobierno de coalición en Berlín. Se considera que la llamada «coalición semáforo» -por los colores de los tres partidos que la conforman: socialdemócratas (rojo), verdes, y liberales (amarillo)- está prácticamente deshecha. Tras tres años en el poder, el SPD y Los Verdes (partidos de centroizquierda) apenas tienen puntos en común con los liberales del FDP (de centroderecha).

Y el descontento es el sello de la tendencia electoral en Alemania: apenas una de cada cinco personas con derecho a voto se siente satisfecha con el trabajo de la coalición de Gobierno. Temas que preocupan a nivel nacional, como una economía deficiente y, sobre todo, la migración, marcaron la campaña electoral en Brandeburgo.

«En este momento, nuestro perfil propio, como partido de personas amantes de la libertad, optimistas y comprometidas, se ve oscurecido por muchas disputas sobre la coalición en Berlín», afirmó Bijan Djir-Sarai la noche de los comicios.

¿Resistirá la coalición de Gobierno hasta Navidad?

El debate sobre si los liberales permanecerán en la coalición gubernamental o si la abandonarán, haciéndola colapsar, está cobrando impulso. La cooperación, en especial con Los Verdes, es «tóxica» para el FDP, se quejó el vicepresidente del partido, Wolfgang Kubicki, quien a menudo ha pedido que el FDP abandone el Gobierno. «No creo que, con su desempeño actual, esta coalición llegue a Navidad», aseveró.

Bijan Djir-Sarai, por su parte, no hizo pronósticos: «En los próximos días, en los comités del FDP, abordaremos y discutiremos con gran detalle e intensidad este resultado, pero también la situación política actual», dijo. Aseguró que su partido mira hacia adelante «con espíritu de lucha y optimismo». Eso sí, adelantó: «Tiene que haber y habrá un otoño de decisiones».

Los socialdemócratas quieren tomar posición

También el cojefe del SPD, Lars Klingbeil, quiere que el Gobierno tome decisiones. Por ejemplo, en cuanto a las jubilaciones, el presupuesto estatal y el derecho a asilo, a lo que la coalición se abocará en los días que siguen.

«Sabemos que el Gobierno federal no ha proporcionado ningún viento de cola, ya lo hemos visto en las otras elecciones regionales. Tenemos tareas difíciles que superar aquí en las próximas semanas; tenemos cosas que aclarar», advirtió. El SPD debe mostrar una «postura coherente», opinó Klingbeil. En Brandeburgo, quedó claro que sólo así su partido podría volver a ganar las elecciones.

Para poder ganar en Brandeburgo, el jefe del Gobierno regional en funciones, Dietmar Woidke, se distanció claramente de la coalición y del SPD nacional. No se presentó en público con el canciller, el socialdemócrata Olaf Scholz. Y dijo que sólo continuaría en la política regional si el SPD ganaba, apostando así todo a una sola carta. Una empresa harto riesgosa, pero que, al final, dio sus frutos.

Sin embargo, esa no podría ser una estrategia válida para el SPD a nivel nacional, ya que Olaf Scholz es actualmente más impopular que casi cualquier canciller anterior a él. Por lo tanto, en el SPD, se debate si Scholz es el candidato adecuado para las elecciones generales de 2025 en Alemania.

Este resultado electoral en Brandeburgo le da a Scholz un respiro. Estaba en Nueva York la noche de las elecciones. «Un gran resultado, muy importante para el SPD, y también para todos nosotros», comentó desde Estados Unidos.

Peor resultado para la CDU en Brandeburgo desde 1990

Los partidos conservadores, Unión Cristiano Demócrata (CDU) y su hermana bávara Unión Social Cristiana (CSU), habían nombrado sorpresivamente, pocos días antes de las regionales de Brandeburgo, a Friedrich Merz como candidato a las elecciones generales de 2025, eligiendo hábilmente el momento.

En los comicios regionales, la CDU tuvo uno de los peores desempeños de su historia, convirtiéndose en apenas la cuarta mayor fuerza política, detrás de la Alianza Sahra Wagenknecht (BSW). Si Merz aún no hubiera sido nombrado, el resultado electoral habría sido sin duda la base para nuevos debates sobre su idoneidad como candidato a canciller.

(cp/rml)

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