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La nave se desprendió de la EEI y llegará a una base de Nuevo México, en el suroeste de Estados Unidos. Sus tripulantes permanecerán en el espacio por más de ocho meses.La cápsula Starliner del gigante aeronáutico Boeing se separó este viernes (06.09.2024) de la Estación Espacial Internacional (EEI) para iniciar su regreso a la Tierra sin los dos astronautas que transportaba en el vuelo de ida, debido a preocupaciones sobre la seguridad de la aeronave.
«Separación confirmada», dijo un locutor en la transmisión en directo de la NASA a las 22H04 GMT. «Starliner se aleja ahora de la estación e inicia su regreso a la Tierra», añadió.
Está previsto que la nave aterrice en una base de Nuevo México, en el suroeste de Estados Unidos, a las 04H03 GMT del sábado 7 de septiembre.
La reputación del fabricante aeroespacial estadounidense, ya cuestionada por numerosos problemas recientes con sus aviones de pasajeros, sufrió un nuevo golpe en junio, cuando se detectaron fallos en los propulsores y fugas de helio en la Starliner durante el vuelo tripulado inaugural.
A pesar de los intentos de la compañía por convencer a la NASA de la seguridad de sus aeronaves, la agencia espacial de Estados Unidos prefirió enviar a sus tripulantes, Butch Wilmore y Suni Williams, a casa a través del competidor de Boeing, SpaceX, y su cápsula Crew Dragon.
Los dos astronautas, cuya misión original era de ocho días, permanecerán en el espacio más de ocho meses y no regresarán hasta 2025.
Cetificación de la nave de Boeing
Steve Stich, responsable del programa de vuelos espaciales tripulados comerciales de la NASA, aseguró esta semana a la prensa que, a pesar de la confianza de Boeing sobre sus proyecciones, la agencia espacial «no se sentía cómoda» procediendo con Starliner «debido a la incertidumbre en torno al diseño».
Un vuelo de regreso sin contratiempos será esencial para el fabricante estadounidense, no sólo para su imagen corporativa, sino también para sus posibilidades futuras de obtener nuevas autorizaciones de vuelos espaciales tripulados.
Durante el trayecto de regreso, los equipos en tierra deben supervisar todos los aspectos del rendimiento del Starliner, en particular sus propulsores -que han estado experimentando problemas- durante el impulso de órbita que le permitirá volver a entrar en la atmósfera terrestre.
Una vez concretado el regreso de Starliner, «sabremos mejor cuándo podremos certificar la nave y cuándo podremos reanudar los vuelos», zanjó Stich.
Hace una década, la NASA encargó a Boeing y SpaceX naves espaciales para transportar a sus astronautas a la EEI. Con dos vehículos, no quiere quedarse sin solución en caso de problema con uno u otro.
La empresa de Elon Musk se ha impuesto ampliamente a Boeing y es el principal transporte espacial estadounidense desde hace cuatro años.
mg (afp, efe)