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El mundo del deporte está cambiando. Los algoritmos y la inteligencia artificial están llevando a los atletas a rendir al máximo. Pero la IA, de momento, no puede sustituir al factor humano. ¿Hasta cuándo?El deporte de alta competición es sinónimo de emociones, tomar decisiones a base de instinto y adaptarse a sucesos imprevisibles. Pero algo podría cambiar con el uso de la «inteligencia artificial» (IA).
«La inteligencia artificial es una tecnología llevada a cabo por ordenadores y máquinas para realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, pero que suelen ser demasiado complejas para los mismos humanos», explica Daniel Memmert, de la Escuela Superior de Deportes de Alemania, en Colonia.
«Estos sistemas de IA utilizan datos y algoritmos para reconocer patrones de juego de forma autónoma y evaluar objetivamente». Y es precisamente esta evaluación objetiva la que marca la diferencia con las valoraciones a menudo subjetivas de un entrenador, afirma este científico deportivo.
¿La IA sustituye a los humanos?
La IA ha revolucionado el análisis basado en datos y cada vez influye más en las decisiones sobre tácticas, prevención de lesiones o gestión del entrenamiento. «Los clubes se han dado cuenta de lo mucho que pueden hacer con los datos que recopilan», explica Memmert.
También se está ampliando a la gente que se contrata. Ya no son solo personas que hayan adquirido toda la experiencia posible en un deporte, sino cada vez son más programadores o informáticos.
«En 2017, el FC Barcelona contrató a 15 nuevos analistas de datos y vídeo, así como a científicos de datos», dice Memmert. «Así que el uso de sistemas de IA no hará que se empleen menos personas en el deporte de competición, sino más.» Según el científico deportivo, se necesitan expertos que entiendan tanto sobre el deporte en cuestión cómo en el trato de la información y las métricas creadas por la IA.
El Schalke 04 utiliza la ayuda de la IA
«Hemos definido unos 40 valores en nuestra labor de descubrir talentos y, en el caso de tres de ellos dejamos que la inteligencia artificial se encargue de decidir también si son valores que marcan la diferencia para nosotros», explicó a ZDF Peter Knäbel, director deportivo del Schalke 04.
No obstante, la decisión final sobre un fichaje sigue correspondiendo a los asesores y entrenadores. En este caso, la IA no es más que otra forma de evaluar de mejor forma y con más antelación a los posibles jugadores de este club alemán.
«La IA es como un niño pequeño»
Desde hace algunos años, los jugadores de la Bundesliga de balonmano llevan los llamados «wearables», es decir, chalecos deportivos en los que se puede insertar un sensor. De este modo, se registran varios millones de datos durante un partido: rendimiento en carrera, velocidad, datos biométricos o, por ejemplo, datos de posición de los jugadores.
«Luego transmitimos esta información a los ordenadores para que aprendan cómo funciona un partido de balonmano», explica el entrenador de atletismo Michael Döring. «El sistema es como un niño pequeño al principio y sólo aprende a entender mejor el juego con los datos que se le suministran», añade.
En los dos últimos años, la IA se ha alimentado con unos 600 partidos de balonmano. Es el caso del sistema utilizado por el SG Flensburg-Handewitt, en Schleswig-Holstein, Alemania, un equipo que con la IA puede predecir las probabilidades de gol.
«¿Dónde debe colocarse el pivote dentro del círculo? ¿Cómo debemos iniciar la segunda jugada? Estas son, de repente, cosas en las que tenemos un valor añadido», explica Döring a DW. «Es como un asesor adicional. Y podemos utilizar este enfoque basado en datos para que nuestro sistema tenga más éxito.»
Cuanto más compleja, más sentido tiene la IA
Sin embargo, el uso de datos basados en la IA aún está en pañales. No obstante, todo indica que seguirá desarrollándose rápidamente y cambiando el deporte. «Cuantos más jugadores haya sobre el terreno de juego, más complejos serán los patrones que se produzcan. Por tanto, cuantas más personas participen, mayor será la cantidad de datos que se produzcan y más sentido tendrá contar con algoritmos inteligentes que procesen estos datos», afirma Memmert.
(aa/ers)
