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Este 2023 la destacada escuela alemana cumple 100 años de historia y la figura de Félix Weil reflota como la de un intelectual argentino que contribuyó con su fundación.A pesar de estar casi siempre detrás del telón, Félix Weil acabó siendo protagonista de esta historia. El desconocido empresario e intelectual argentino, de origen alemán, tuvo una participación crucial en la creación de la Escuela de Fráncfort(en alemán: Frankfurter Schule), reconocida internacionalmente por sus aportes a la teoría social y la filosofía crítica.
En 1923, en la ciudad de Ilmenau, durante un congreso de ideas marxistas, a Félix Weil, junto a otros intelectuales como Georg Lukács, Karl Korsch y Friedrich Pollock les surgió la idea de fundar en Alemania una corriente de pensamiento que aportase al desarrollo social, usando teorías de académicos como Hegel, Marx y Freud.
Ese mismo año se creó el Instituto de Investigación Social de la Universidad Johann Wolfgang Goethe, del que emergería la Escuela de Fráncfort. La iniciativa se concretó gracias al apoyo financiero de Weil, que donó cerca de 60 millones de euros.
“El dinero provenía de una herencia de su madre. Lo interesante es que a diferencia de otros industriales poderosos, que construyeron edificios por Europa, Weil invirtió su fortuna en una actividad positiva para el desarrollo intelectual”, dice en entrevista con DW Mario Rapoport, economista e historiador argentino.
En 2014, Mario Rapoport publicó “Bolchevique de salón”, basado en la vida y obra de Félix Weil, nacido en 1898 en Buenos Aires, al interior de una familia burguesa de orígenes judíos. Su padre, Hermann Weil, fue uno de los mayores distribuidores de cereales del mundo durante las primeras décadas del siglo XX.
“La familia Weil se mudó a Alemania cuando Félix tenía 9 años, así que casi todos sus estudios de economía y ciencias políticas los hizo en Tubinga y Fráncfort del Meno, donde conoció a los otros intelectuales con los que creó la escuela”, agrega el académico.
La evolución de las ideas
En la Escuela de Fráncfort, Weil adoptó un rol secundario, aun cuando participó activamente dentro del grupo. La dirección la asumió Carl Grünberg (jurista y sociólogo alemán-austriaco, considerado padre del Austromarxismo) y, más tarde, en 1931, el filósofo Max Horkheimer, que restructurará la orientación del instituto hacia la teoría crítica, que apunta a confrontar las estructuras de poder dentro de la cultura y la sociedad.
“Weil discrepaba un tanto con esta teoría, así que lentamente se apartó de esas ideas iniciales marxistas y tornó hacia las teorías más desarrollistas. Parecía más un social demócrata que un revolucionario, por eso el título de “Bolchevique de salón”, que es una frase que él mismo utilizó en sus memorias”, cuenta Rapoport.
A comienzos de la década de 1930, Félix Weil se mudó a Berlín. Usó la fortuna de su padre para dar continuidad al proyecto en Fráncfort y promover otras iniciativas culturales socialistas, como una editorial de libros. Con la llegada del nazismo al poder el panorama cambió drásticamente. El instituto cerró en 1933 y todos sus miembros huyeron al exilio, incluidos Horkheimer y Weil.
La Escuela de Fráncfort se trasladó a Ginebra y, más tarde, a la Universidad de Columbia, Nueva York. Theodor Adorno y Horkheimer asumieron el liderazgo y desde la diáspora estudiaron el nazismo y su carácter autoritario. Weil –quien también se exilió en Estados Unidos–, enfocó algunos de sus artículos a los orígenes del antisemitismo y empezó a publicar bajo el nombre de Felix Joseph Weil, como una forma de reivindicar su judaísmo alemán, pese a declararse ateo.
“En Estados Unidos será reconocido como un intelectual célebre que escribe sobre temas como el capitalismo de Estado, el nazismo y los problemas de la revolución rusa. También reflorece ese interés por estudiar Argentina, especialmente el proceso de industrialización y la influencia de la clase estanciera”, añade el escritor Rapoport.
Argentino de corazón
Gran parte de la obra de Weil está concentrada en Argentina, pese a que solo vivió casi una década en ese país. En los años 30 –en medio de la convulsión sociopolítica europea y el debate en torno a doctrinas como el capitalismo y el fascismo–, el economista viajó a Buenos Aires para ayudar en la creación de una reforma al sistema impositivo. De ese viaje surgió su libro más destacado, “El Enigma Argentino”, publicado en inglés en 1944.
“Weil criticó a la clase alta, especialmente el sector estanciero de Argentina, y propuso aumentar la tasa impositiva, lo que es muy curioso, pues él quedó dueño de una empresa de comercialización de granos cuando murió su padre, Hermann; sin embargo, fiel a sus convicciones, decía que los estancieros evadían impuestos y que con esa estructura agropecuaria el país no iba a surgir”, explica a DW Rapoport.
El intelectual, que se sentía más argentino que alemán, abogó por una mayor industrialización del sector agropecuario, con distribución equitativa de ingresos, y solicitó mayor apoyo internacional a Estados Unidos, ya que para Weil este país se beneficiaba con sus empresas transnacionales en el hemisferio sur.
“Weil antecedió con sus ideas al peronismo y a las teorías económicas desarrollistas. Fue un gran intelectual, muy humilde, que mantuvo conexión con Argentina toda su vida. Tenía una sensibilidad social que otros intelectuales no poseían. Incluso en sus memorias recuerda con cariño al hijo del encargado de la estancia de su padre, Antonio, al que define como su hermano de leche”, opina Mario Rapoport.
“El exiliado errante”
Cuando acabó la Segunda Guerra Mundial, una parte de los exiliados de la Escuela de Fráncfort retornó a Alemania e incluso reabrieron el instituto, iniciando una segunda generación de pensadores, esta vez bajo la dirección del filósofo y sociólogo Jürgen Habermas (aunque sus ideas se consideran muy distantes de la primera generación).
Félix Weil, en tanto, se radicó en California, donde vivió alejado de ciertos lujos. También abandonó su rol de mecenas y trabajó con el rango de oficial en las bases militares de Dover y Ramstein entre 1969 y 1973, enseñando sobre economía e historia de la aviación a soldados de las Fuerzas Áreas de Estados Unidos.
“Weil es un exiliado errante con una historia de contradicciones. En Argentina es reconocido como un alemán; en Alemania como un argentino y en Estados Unidos como un expatriado. Es un personaje fascinante con diferentes vivencias que evoluciona en el tiempo. Es un empresario, pero también un militante, intelectual y mecenas”, señala a DW Rapoport, quien planea hacer una película sobre esta figura, director de cine Alejandro Areal.
Félix Weil falleció de un infarto al corazón en septiembre de 1975 en Dover. “El Enigma Argentino”, su obra más destacada, se publicó por primera vez en Latinoamérica una versión en español en 2010.