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Libros prohibidos, veneno para la democracia

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El expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, critica los intentos de destierro de ciertos libros de las bibliotecas de EE. UU. Dicha práctica hace escuela en todo el mundo.El año pasado, grupos de padres conservadores en Estados Unidos solicitaron retirar 2.571 títulos de libros de las bibliotecas en las escuelas públicas, informó la Asociación Americana de Bibliotecas (ALA) el pasado marzo. Es un nuevo récord, según ALA, que denunció la censura en las bibliotecas durante años y registró un aumento del 38 por ciento en comparación con 2022.

La mayoría de estos títulos están escritos por o sobre miembros de la comunidad LGBTQ y autores negros. La directora de ALA, Deborah Caldwell-Stone, habló de “ataque contra el derecho constitucionalmente protegido de cada persona a elegir qué libros desea leer y qué ideas investigar”.

¿Quién está detrás de las prohibiciones?

Las campañas de prohibición están operadas por grupos organizados como, por ejemplo, las “Moms for Liberty” (Madres por la Libertad), que impulsan la prohibición de libros en las escuelas; de los “Parents Defending Education” (Padres Defensores de la Educación), que intentan actuar contra “agendas dañinas” en las escuelas, o “No Left Turn in Education”(Sin Giro a la Izquierda en la Educación”, que rechaza la educación de acuerdo a la teoría crítica de la raza, establecida en la década de 1970, para comprender y combatir el racismo sistémico y sus efectos en la sociedad.

Algunos políticos, como el gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, intentan prohibir algunos libros y así ganar votos para las próximas presidenciales. En 2022, el politico conservador aprobó la ley “Individual Freedom Act”. Los maestros en Florida no podían hacer comentarios librememente sobre ciertos temas, pero un juez la consideró una violación de la Constitución.

Alrededor de diez estados en Estados Unidos aprobaron leyes para ampliar el control de los padres sobre el contenido de las bibliotecas o restringir el acceso de los alumnos a ciertos contenidos.

El expresidente Barack Obama apoyó la campaña “United Against Book Bans” (Juntos contra la Prohibición de Libros), de ALA, para poner fin a las restricciones y prohibiciones.

Libros prohibidos de Toni Morrison y Alice Walker

Leer libros sobre personas en condiciones de vida completamente diferentes me ayudó a empatizar, escribió Obama. Él se mostró muy preocupado por la censura de autores que pertenecen a las minorías.

Obras contemporáneas escritas por autores negros están prohibidas o censuradas en varios estados, pero también obras más antiguas, como las de la Nobel de Literatura Toni Morrison, o Alice Walker.

Según Obama, el mundo observa a Estados Unidos, una nación basada en la libertad de expresión, que permite que ciertas voces e ideas se silencien: “¿Por qué”, “¿Tienen otros países que protegerse también?”.

Y, en verdad, la censura parece haber contagiado a otros países democráticos de habla inglesa como el Reino Unido, Canadá, Australia o Nueva Zelanda, donde los gobiernos de estos países conceden más derechos a los padres.

Prohibición de libros en democracias

Pero también en otros países del planeta hay censura y prohibiciones de contenidos como en Brasil, Hungría y Turquía.

En Europa, Hungría no ha prohibido expresamente libros, pero las librerías ya recibieron instrucciones en 2021 de que empacaran todos los escritos sobre homosexualidad, operaciones de reasignación de género o sexualidad explícita antes de que se vendan a personas menores de 18 años. Las librerías tendrán que pagar multas altas en caso de que no respeten la ley.

En Brasil, los conservadores luchan contra el “adoctrinamiento” y la “ideología de género” en las escuelas. Desde 2014, el país ha sido escenario de más de 200 propuestas legislativas para la prohibición de la educación sexual y de género. En mayo de 2022, Human Rights Watch descubrió que hay al menos 21 leyes que prohíben la esa educación directa o indirectamente y todavía están en vigor. Aunque el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva no apoya la censura literaria, esta continuará teniendo lugar a nivel local, como informó el periódico brasileño Estado de Minas.

(rmr/ers)

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