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La localidad alpina de Brienz, cuyo primer registro se remonta al siglo IX, está amenazada por millones de metros cúbicos de roca. Ahora, los habitantes temen que sus hogares desaparezcan dentro de las próximas semanas.Los 85 habitantes de Brienz, una aldea del sudeste de los Alpes suizos situada a 30 km de Davos, se han visto en la obligación de abandonar sus hogares ante el inminente riesgo de derrumbe de una montaña contigua.
Las autoridades, que esperan completar la evacuación a más tardar este viernes (12.05.2023) a las 18:00 (16:00 GMT) hora local, decidieron acelerar la medida al constatar que millones de toneladas de rocas que amenazan la aldea se desplazan más rápidamente de lo previsto.
Un lugar que podría desaparecer pronto
“Quería subir por última vez para despedirme de la casa de mis padres. No sabemos si Brienz seguirá existiendo dentro de dos semanas”, declaró una mujer que vive desde niña en el lugar.
Visiblemente emocionada, la habitante de Brienz explica que esta partida le resulta particularmente difícil, porque durante mucho tiempo creyó que la evacuación finalmente no sería necesaria.
Grandes rocas que ruedan hasta el valle
En un prado de la montaña se hallan esparcidas incontables rocas del tamaño de una cabaña. A intervalos regulares, piedras y pequeños bloques de roca ruedan hasta el valle.
Estos desprendimientos se intensificaron en las últimas semanas, dijo Christian Gartmann, encargado de comunicación de la comuna de Albula, en el cantón de los Grisones, de la cual forma parte Brienz, una aldea cuyo primer registro remonta al siglo IX.
La amenaza de millones de metros cúbicos de roca
Las condiciones meteorológicas actuales aceleran el fenómeno y se da por sentado que los habitantes no podrán volver a sus hogares durante varias semanas, e incluso varios meses.
Y eso, porque millones de metros cúbicos de roca amenazan con desprenderse en las próximas semanas, sin que pueda predecirse la magnitud de los daños.
Las autoridades estiman que la hipótesis más probable, y la menos amenazadora, es la de un aluvión de desprendimientos. La más improbable: un desmoronamiento masivo, rápido y de gran amplitud, de más de 500.000 metros cúbicos de roca, con consecuencias devastadoras.
Sistema de alertas para la inminente catástrofe
Para evitar un desastre, cuatro sistemas de vigilancia comunican datos en permanencia y deberían permitir dar la alerta a tiempo. Si la catástrofe se produce antes de lo previsto, una sirena avisará que solo quedan pocos minutos para huir, explicó el geólogo Stefan Schneider, jefe del servicio de alerta rápida.
El actual nivel de peligro es naranja. Las autoridades de la comuna lo convertirán en rojo tres a diez días antes del temido derrumbe. Y poco antes de que este se produzca, habrá una fase azul, que conllevará el cierre de varias carreteras y de la línea ferroviaria.
JU (efe, afp)