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Expulsado por los nazis, el escritor alemán Bertolt Brecht vivió 15 años en el exilio. Sus héroes siempre fueron personas de origen humilde. Esta semana, cumpliría 125 años.El 10 de febrero de 2023, el escritor alemán Bertolt Brecht habría cumplido 125 años. Su ciudad natal, Augsburgo, le rinde homenaje con un festival bajo el lema “Brecht en el mundo”, porque el dramaturgo, que fue perseguido por los nazis y tuvo que vivir en el exilio durante años, se ha convertido desde hace tiempo en un éxito de exportación alemán.
Con su “Ópera de los tres centavos” (1928), que fue creada en colaboración con el compositor Kurt Weill y sigue siendo una de las obras de teatro musical más exitosas del mundo, conquistó Gran Bretaña y Estados Unidos.
Presentado en México
Cuando se estrenó en México, en 1943, Ámérica Latina se encontró con Brecht por primera vez, presentado en su idioma original, a manos de un grupo de exiliados alemanes y austriacos. Y no fue hasta 1957 que se hizo una versión en español.
Pero las obras de Brecht también se siguen estrenando regularmente en Japón, Togo y Polonia.
“Un escritor para África”
En Lomé, el director Ramsès Alfa pone en escena una de las obras más famosas de Brecht, “Madre Coraje y sus hijos” (1941). Trata de una madre que intenta que sus hijos sobrevivan la guerra en una pieza.
Ramsès Alfa nos recuerda a los trabajadores de la cosecha en los campos de cacahuetes de Togo, que trabajan con sus bebés a la espalda bajo un calor abrasador por un salario mísero. O los vendedores ambulantes de la capital, Lomé, que se desplazan por las casas con pesados equipajes de limonadas, frutas o telas, en busca de clientes para asegurarse al menos unos pequeños ingresos para sus familias.
“La atención que Brecht presta a las cuestiones sociales lo convierte en un escritor para África”, afirma Alfa en el Festival Brecht.
Brecht en Japón
Pero Bertolt Brecht también es una figura muy conocida en Japón: según una investigación de Monika Ayugai, académica de la City University de Nueva York, fue uno de los autores extranjeros más interpretados a principios del siglo XXI, solo por detrás de William Shakespeare.
Hace unos años, Yagi Hiroshi, un investigador teatral de Osaka, describió a Brecht como el escritor alemán del que más se oía hablar en Japón.
Brecht pasó 15 años en el exilio antes de regresar a Alemania, a la RDA, tras la Segunda Guerra Mundial. En sus obras, criticó repetidamente la injusticia del capitalismo.
Brecht en Rusia: un “amigo” extraño
“Suena paradójico, pero Brecht, que como persona y artista con opiniones extremadamente izquierdistas debería estar en realidad muy próximo a la ideología y la estética de Rusia y la Unión Soviéticas, no lo estaba en absoluto”, señala la estudiosa del teatro ruso Marina Davydova.
Debido a la guerra de Putincontra Ucrania, Davydova, que es una de las más importantes expertas rusas en teatro, tuvo que exiliarse y actualmente es la designada nueva directora teatral del Festival de Salzburgo. El “camarada Brecht” fue acogido en la Rusia soviética con bastantes dudas y en dosis homeopáticas. Las autoridades intuían el potencial explosivo de su arte.
Con Putin, el teatro de Brecht no tiene chance
Además de la contradicción obvia entre el teatro de Brecht y cualquier ideología totalitaria, Davydova también ve una dimensión estética en la contradicción: el teatro clásico ruso y también, en gran parte, el europeo está enraizado en la tradición realista de Konstantin Stanislavski, que representa un cierto contrapunto al teatro de Brecht.
“En el teatro de Stanislavski, la acción se desarrolla en una habitación con cuatro paredes, por así decir, y los actores fingen que el público no existe”, analiza Davydova. “Con Brecht falta esa ‘cuarta pared’, sus personajes se dirigen directamente al público”.
Por esta misma razón, Davydova se muestra bastante pesimista sobre las posibilidades del teatro de Brecht en la Rusia de Putin hoy: “Si el teatro ruso sobrevive de algún modo, dada la censura existente en la actualidad, entonces será solo en una especie de torre de marfil, según el lema: ‘Algo terrible está ocurriendo ahí afuera, pero yo me ocuparé de mis problemas metafísicos’. Sin embargo, esa es precisamente la mentira que el teatro de Brecht no tolera”.
(gg/rml)