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El pasado 16 de mayo se dio lugar a la elección de los constituyentes, en esta elección los sectores oficialistas perdieron la capacidad de veto, pudieron elegir a solo 37 delegados. Ningún sector alcanza por sí solo para vetar los cambios constitucionales.
A mediados del mes de octubre de 2019 el país sufrió un estallido social que tuvo una duración de 3 meses y donde se vivió mucha violencia callejera y destrucción de la propiedad pública y privada. Durante las frecuentes y numerosas movilizaciones, hubó una dura respuesta de parte de la fuerza policial, originando muchas denuncias de violación de los derechos humanos de los manifestantes. Todo este estallido social derivó en una convención, que surgió el 15 de noviembre con un acuerdo político y parlamentario dando paso a un proceso de cambio constitucional.
Se celebró un plebiscito donde se impuso el “Apruebo” por casi el 80% y la convención como mecanismo por el 82%. Este pasado 4 de julio se instaló la Convención Constitucional, la cual se encargará de la redacción de una nueva constitución, que será sometida al veredicto de la ciudadanía en el 2022.
Después de dos votaciones los 155 constituyentes eligieron a Elisa Loncón representante del pueblo mapuche como presidenta de la entidad. Loncón de 58 años de edad lingüista y académica, nació en Traiguén en la región de La Araucanía, en el sur de Chile y vivió su infancia en la comunidad Lefweluan.
Según encuestas realizadas los chilenos desean una reforma de la Carta Magna para acabar con la profunda desigualdad socio-económica que impera en el país. Son muchos los motivos para pedir dicha reforma, pero los que motivaron la salida de millares de estudiantes y organizaciones a manifestarse, es terminar con la privatización de la salud, educación y de las pensiones.
Como algo inédito en el mundo el órgano está compuesto por 155 de forma paritaria, son parte de la misma 17 representantes de pueblos indígenas. Los constituyentes tienen un lapso de 9 meses para redactar la primera Constitución que emana de un proceso plenamente democrático en la historia de Chile, y la cual sustituirá a la actual que fue heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Dicha reforma se da en un escenario donde la derecha del país se encuentra debilitada y la izquierda y los independientes progresistas ganan protagonismo en el ámbito político. Lo que trae preocupación a muchos otros dirigentes políticos, que desean que se encaucen los problemas, pero que la solución no lleve al poder a líderes alineados con el socialismo, el cual ha hecho mucho daño en otros países de la región.
1masquemigro/ varias fuentes.
