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La próxima visita del canciller alemán, Olaf Scholz, a Buenos Aires promete profundizar la cooperación entre ambos países: energía, inversiones y la guerra en Ucrania integran la agenda de temas.Cuando, en poco más de una semana, el canciller alemán, Olaf Scholz aterrice en Buenos Aires, habrá dejado atrás los dos grados centígrados bajo cero pronosticados para Berlín, y llegará a los más de 30 grados de la soleada capital argentina.
Lo espera también una nutrida agenda, y, según los expertos, una relación bilateral con enorme potencial.
“Alemania es el primer socio comercial de la Argentina en la Unión Europea. Y Argentina es, después de Brasil y México, el tercer socio comercial de Alemania en América Latina”, destaca Claudia Zilla, politóloga argentino-alemana del Instituto Alemán para la Política y Seguridad Internacionales, de la Fundación Ciencia y Política, SWP, en entrevista con DW.
Y, en este marco, ambos países podrían beneficiarse: “Argentina precisa de financiamiento para el desarrollo, para la (re-) industrialización, para el avance tecnológico y el cumplimiento de los compromisos de la deuda en un contexto externo inflacionario e interno de hiperinflación”, enumera la experta. “Y Alemania anda en busca de los insumos que merman a raíz de la invasión a Ucrania por parte de Rusia, sobre todo, recursos minerales y energéticos, que Argentina podría proveer”, completa.
“Hoy el lugar central de la agenda bilateral está puesto en la transición energética, la inversión y la industria 4.0 basada en la innovación, la tecnología y el conocimiento”, apunta, en tanto, el profesor asociado del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de San Andrés, Federico Merke, en diálogo desde Argentina con este medio.
Y destaca: “La clave de la relación es la inversión y la red muy elaborada de más de 200 empresas alemanas operando en la Argentina, que generan más de 20 mil empleos”. Y también, la buena relación entre los gobernantes: “Alberto Fernández se vio más veces con Olaf Scholz que con Jair Bolsonaro”, grafica Merke, y pone en perspectiva el inminente tercer encuentro entre ambos mandatarios.
Una visita con relevancia regional
“Es importante situar la visita en un contexto más amplio”, analiza, por su parte, el politólogo del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales, GIGA, Detlef Nolte, desde la ciudad portuaria de Hamburgo: “La Unión Europea y América Latina intentan profundizar sus relaciones”, indica, “y 2023 puede ser la última oportunidad para firmar el acuerdo UE-Mercosur, cuyas negociaciones están, en principio, concluidas desde junio de 2019, pero cuya firma fue impedida, entre otras cosas, por la política medioambiental de Bolsonaro”, advierte.
Y detalla las razones del interés de Europa en la región: “Políticamente, los votos de los gobiernos de América Latina son importantes a la hora de votar resoluciones sobre Rusia en Naciones Unidas”, precisa. “Y económicamente, América Latina cuenta con materias primas, por ejemplo, gas natural y petróleo, que Rusia suministra a la UE”, indica.
“Por sus condiciones climáticas (sol y viento) y geográficas (amplitud de territorios y proximidad a puertos), América Latina está considerada una de las regiones del mundo con mayor potencial para producir y exportar hidrógeno verde a costes de producción competitivos. Y Europa es uno de los mayores mercados futuros para el hidrógeno verde”, explica el investigador consultado por DW.
Grandes posibilidades de intercambio
“Argentina y Alemania podrían cooperar mucho más en ciencia y tecnología, en cambio climático, en innovación y diseño”, sostiene, asimismo, Merke. “No es para nada una relación que haya llegado a su pico”, asegura.
Y eso no es todo: ¿qué podría aprender Alemania de Argentina? “La resiliencia y la innovación con recursos escasos”. ¿Y Argentina de Alemania? “A Argentina le vendría bien mirar en detalle la política industrial alemana, y de qué manera buscan alinear incentivos de mercado con políticas climáticas”, sostiene el profesor argentino.
La mirada alemana, en tanto, suma otros aspectos: “En Alemania se puede aprender de Argentina cómo jugar y ganar con un fútbol atractivo y apasionante, cómo hacer un asado, y cómo formar correctamente una cola en las paradas de autobús”, afirma con humor Detlef Nolte. “Desde la perspectiva alemana, Argentina es el país más europeo de América Latina. Argentina debería hacer un mayor uso de sus raíces y afinidades europeas en política exterior”, sugiere.
Con todo, los avances requieren de decisión política y de tiempo: “Es preciso tener una perspectiva de largo alcance. Eso precisaría de una mayor estabilidad en la política exterior y económica de la Argentina, más allá de los cambios de gobierno, y de un interés menos cíclico y más constante de Alemania en la Argentina y la región en general”, asegura Zilla.
(cp)