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Los “Reichsbürger” son radicales, violentos y no reconocen la democracia alemana. ¿Quiénes son y qué tan seria es su amenaza?Los miembros del movimiento Reichsbürger niegan la existencia de la República Federal alemana posterior a la Segunda Guerra Mundial. Estos extremistas consideran que el Estado alemán no es más que una construcción administrativa todavía ocupada por las potencias occidentales de la posguerra: Estados Unidos, Reino Unido y Francia. En sus fantasías, las fronteras del Imperio Alemán de 1937 siguen existiendo.
Los autoproclamados “Reichsbürger”, que se traduce como “Ciudadanos del Reich” fundado en 1871, tienden a la violencia. Su movimiento está formado por una serie de pequeños grupos ubicados principalmente en los estados federados de Brandeburgo, Mecklemburgo-Pomerania Occidental, Turingia y Baviera. No aceptan la legalidad de las autoridades gubernamentales de la República Federal de Alemania. Se niegan a pagar impuestos y han declarado sus propios pequeños “territorios nacionales”, que denominan “Segundo Imperio Alemán”, “Estado Libre de Prusia” o “Principado de Germania”.
Los miembros de estos grupos fabrican camisetas y banderas con fines publicitarios e incluso imprimen para sí mismos pasaportes y carnés de conducir. Los Reichsbürger hacen caso omiso del hecho de que tal actividad es ilegal y no está reconocida por ninguna autoridad alemana. En sus páginas web anuncian con orgullo su intención de “continuar la lucha contra la República Federal de Alemania”.
¿Están locos?
La Oficina para la Protección de la Constitución (BfV por sus siglas en alemán), la agencia de inteligencia nacional alemana, calcula que hay unos 21.000 Reichsbürger en Alemania, de los cuales, el 5 por ciento están clasificados como extremistas de extrema derecha.
La mayoría son hombres. Tienen, en promedio, más de 50 años, profesan ideologías populistas de derechas, antisemitas y nazis, y están repartidos por todo el país. Un juez de Sajonia-Anhalt los ha descrito como “teóricos de la conspiración” y “descontentos”. Los Reichsbürger se radicalizaron aún más durante la pandemia, cuando ganaron adeptos del movimiento antivacunas, llamados en Alemania “Querdenker”.
A pesar de su rechazo al sistema, los Reichsbürger inundan los tribunales alemanes con avalanchas de mociones y objeciones presentadas contra órdenes judiciales y requerimientos de pago emitidos por las autoridades locales. Independientemente de su contenido, las autoridades están obligadas a tramitar todas las peticiones formales debidamente presentadas.
Los alcaldes de varias comunidades se quejan porque, además de tener que lidiar con tanto trabajo sin sentido, también son atacados por los Reichsbürger, verbal e incluso físicamente. Los radicales suelen filmar esas agresiones contra las autoridades y luego las cuelgan en Internet.
Actos de violencia extrema
La afinidad del grupo por las armas de fuego tiene preocupadas a las autoridades. El último informe del BfV sobre los Reichsbürger dice que están preparados y dispuestos a cometer “actos graves de violencia”.
La Policía ha encontrado grandes alijos de armas y munición durante registros domiciliarios, y los miembros de los Reichsbürger siguen armándose.
Dado que una parte significativa del grupo está formada por antiguos soldados del Ejército alemán, Bundeswehr y del NVA (Ejército Nacional Popular de la RDA), entre ellos hombres con formación militar especial, el grupo se considera especialmente peligroso.
Las autoridades alemanas han retirado los permisos de armas a cientos de seguidores del movimiento. En los últimos años, los seguidores de los Reichsbürger han llevado a cabo ataques contra agentes de policía durante redadas, con los acusados a menudo argumentando que tienen derecho a defender “su propiedad”.
En Höxter, Renania del Norte-Westfalia, un grupo del “Estado Libre de Prusia” intentó crear su propia milicia mediante el contrabando de armas desde fuera del país en 2014.
En 2016, un agente de policía fue abatido a tiros por un miembro del movimiento Reichsbürger durante una redada policial para confiscarle el arsenal de más de 30 armas de fuego que había acaparado ilegalmente. En 2021, varios Reichsbürger se encontraban entre los manifestantes contra las restricciones impuestas por la pandemia que asaltaron las escaleras del edificio del Reichstag en Berlín.
Planeaban asalto al Parlamento alemán
En 2022, los investigadores descubrieron que un grupo había planeado, entre otras cosas, asaltar el Parlamento de Berlín (el Reichstag) y atacar el suministro eléctrico del país, así como deponer al Gobierno federal para luego tomar el poder. Incluso había planes para que ciertas personas asumieran importantes cargos ministeriales para el momento de la “toma del poder”.
Según la Fiscalía Federal, había planes para formar un gobierno de transición que negociaría el nuevo orden estatal en Alemania con las potencias aliadas vencedoras de la Segunda Guerra Mundial, en primer lugar con la Federación Rusa.
(jov/ms)