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Una sangrienta alianza de sicarios peruanos y ecuatorianos busca erradicar a mafias venezolanas, en particular del Tren de Aragua, quienes vienen sembrado el terror en las calles de Ecuador y Perú.»Todas estas balas son para tu cabeza», se puede escuchar en videos dirigidos, aparentemente, a sicarios venezolanos, que la Policía de Ecuador ha encontrado en teléfonos de criminales ecuatorianos. «Venezolano ventajista. ¿Guerra quieres? Guerra vas a tener», dicen en otro video sicarios peruanos, cuyo material también ha sido descubierto por agentes en Lima. En los videos, además, dan un ultimátum a las mafias venezolanas para que abandonen ambos países, Perú y Ecuador.
Pero no solo hay imágenes incautadas: los criminales ecuatorianos y peruanos también han pasado a la acción, llevando a cabo varios atentados, en su mayoría contra venezolanos que pertenecerían a la banda el Tren de Aragua. Principalmente las calles de Lima y Guayaquil vienen siendo testigo de asesinatos de mujeres que ejercen la prostitución y delincuentes caribeños. La Policía peruana, en tanto, ha obtenido imágenes de aparentes sicarios ecuatorianos que habrían llegado a Lima para ayudar en la guerra contra las bandas venezolanas, según informó el canal Andina TV.
Hacia la extrema violencia
«Un pacto entre estas organizaciones podría aumentar aún más los hechos de violencia. No se descarta que la extrema violencia, que es utilizada por estas organizaciones, genere miedo y terror en la población», advierte en entrevista con DW Carolina Andrade, experta ecuatoriana en temas de seguridad.
El nivel de violencia que se vive en Ecuador, recuerda Andrade, ya es bastante impactante. La experta recuerda casos de niños asesinados por balas perdidas, amenazas a centros educativos, familias completas víctimas de sicariato, cadáveres colgando de puentes, cabezas de reos o cuerpos desmembrados al interior de prisiones se están viendo con más frecuencia.
El fracaso de la política
Para la criminóloga Lucía Nuñovero, de la Universidad Católica de Perú, el fortalecimiento de las bandas extranjeras son sinónimo del fracaso de las políticas de seguridad. Pero, más allá de que de el Gobierno peruano sea responsable de dichas políticas, habría un factor que favorece la expansión de las organizaciones criminales: «Tener autoridades que están centradas en sus propios problemas de corrupción o lavado de activos está generando finalmente una protección para que bandas como el Tren de Aragua operen sin ningún freno», afirma Nuñovero.
Con la declaratoria de guerra más abierta de las organizaciones criminales, la experta peruana cree que habrá un incremento de homicidios. «En particular en ciertas zonas donde sabemos que están operando o se están disputando territorios para actividades como el cobro de cupos, la prostitución o la microcomercialización de droga», señala Nuñovero. Precisamente, dichas actividades ilícitas se han vuelto una marca del Tren de Aragua, que está sembrando el terror en América Latina y cuyos hilos estarían siendo manejados desde una cárcel en Venezuela.
Este año, alerta por su parte la politóloga Andrade, será el más violento en toda la historia de Ecuador. Según la tendencia actual, y de acuerdo con cifras de la Policía Nacional, se proyecta que 2022 cierre con una tasa de alrededor de 24 homicidios por cada 100 mil habitantes, casi el doble que en 2021. En el caso de Perú, a pesar de que tiene una de las tasas de homicidios más bajas de la región, cinco por cada 100 mil habitantes, los datos de la Policía Nacional confirman que los asesinatos por encargo, solo en Lima, ya habrían aumentado un 50 por ciento.
Tareas pendientes
“El Gobierno ecuatoriano se ha demorado en tomar acciones y priorizar recursos. Las prioridades no se reflejan en los presupuestos de equipamiento básico que necesita con urgencia la Policía para cumplir con su trabajo, mucho menos en planificar una estrategia de prevención integral de la violencia y el delito”, afirma Andrade.
En ese sentido, cree la experta ecuatoriana, se debe intervenir de manera urgente e integral en los territorios tomados, mientras se recuperan las capacidades especiales de inteligencia e investigación. «Desarrollando acciones conjuntas con otros actores del sector social, salud, educación, cultura y deporte. Invertir en prevención sale más rentable para el Estado que gastar en represión, como en más cárceles, armamento o tecnología sofisticada”, sostiene Andrade.
La criminóloga peruana Nuñovero coincide, argumentando que los criminales venezolanos también se estarían asociando con mafias nacionales. “Esta crisis genera una alerta para nuestros servicios policiales y fiscales, que están acostumbrados a este nivel de de violencia, en la que se utilizan armas de fuego de mayor nivel y son más proclives a la letalidad”, subraya Nuñovero.
(ms)