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El artista británico Damien Hirst quemó cerca de 5.000 obras. Pero éstas solo fueron destruidas físicamente, digitalmente siguen existiendo en forma de NFT.»El infierno de Damien»: así nombró un espectador en Instagram el happening de token o vale digital (NFT, por sus siglas en inglés) del artista británico Damien Hirst. Vestido con un overol plateado y acompañado de ayudantes que portaban pantalones de uniforme de bombero, el martes (11.10.2022), Hirst se presentó en la Galería de Newport Street, en Londres.
Si bien la imagen del artista recordaba una mezcla de astronauta y del malhechor del clásico de Stanley Kubrick «Naranja Mecánica», Hirst estaba de excelente humor.
Casi alegre, se movía entre una mesa sobre la que estaban ordenadas 4.851 obras y las seis chimeneas en las habitaciones de la galería. La transmisión en vivo en Instagram no funcionó sin problemas, y unas 1.000 personas en todo el mundo querían presenciar el evento de forma virtual.
«Qué ironía», comentaba un usuario el hecho de que internet no funcionó bien a la hora de digitalizar arte.
Después de dos horas, se había quemado hasta la última obra en las chimeneas. Algunos usuarios criticaron el espectáculo de Hirst de «aburrido» o «sin sentido»; a otros les pareció «emocionante».
Elegir entre el NFT o la obra física
Hirst había explicado que no se trataba de destruir su arte. «The Currency» (La Moneda) es una colección de 10.000 NFT, que corresponden a 10.000 obras originales del artista.
Durante un año, las obras de Hirst, que se parecen mucho, pese a ser todas diferentes, existieron tanto física como virtualmente. Podían ser adquiridas por un valor de cerca de 2.050 euros (2.000 dólares estadounidenses). Y, hasta el 27 de julio de 2022, los compradores tenían la opción de quedarse con el NFT o de cambiarlo por la obra física.
Un poco más de la mitad de los coleccionistas (5.149) decidió quedarse con la obra física, y 4.851 con los NFT. Los tokens no fungibles permiten convertir el arte digital en ejemplares únicos a prueba de falsificaciones. Esto los hace tan populares.
NFT se establecen en el mercado de arte
Aquellos que no habían cambiado su NFT hasta la fecha límite, pudieron presenciar la destrucción física de las obras originales. La performance en vivo de Damien Hirst es otro golpe maestro mediático del popular criptoarte, un negocio floreciente.
En 2021, los NFT probablemente fueron el tema más comentado en la escena artística. A más tardar después de la venta de un collage del artista beeple, por un valor de 69 millones de dólares estadounidenses, en Christies, los token se convirtieron en el tema de moda.
Y es que, cuando una casa de subastas de tradición, como Christies, empieza a subastar NFT, todos se dan cuenta de que los vales digitales no son una moda pasajera, sino que cambiarán el concepto del arte.
Desde entonces, cada vez más artistas establecidos prueban las posibilidades del mundo digital. Jeff Koons, Marina Abramovic, Erwin Wurm o Alicja Kwade son algunos de ellos.
«Para mí, sigue siendo arte, sin importar si es físico o digital», dijo Damien Hirst después de haber quemado la última imagen. Para el artista británico el espectáculo mediático valió la pena: con «The Currency» obtuvo más de dos millones de euros.
(vt/cp)