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“Apruebo” o “rechazo”: muchos chilenos están indecisos sobre cómo se pronunciarán en el plebiscito de salida sobre una nueva Constitución. Incluso muchos a favor del “apruebo” admiten que habría que reformar el texto.Más de 40 académicos de diversos países, entre ellos el economista Thomas Piketty, alaban el proyecto de Constitución que será sometido a plebiscito el 4 de septiembre en Chile. En una carta señalan que “establece un nuevo estándar mundial en su respuesta a las crisis del cambio climático, la inseguridad económica y el desarrollo sostenible”.
Pero, entre los chilenos, dista de haber consenso. Aunque las distancias entre las opciones se han acortado, las encuestas aún dan una ventaja al “rechazo”, apoyado por el bloque conservador Chile Vamos y el ultraderechista Partido Republicano, que critican, entre otras cosas, la plurinacionalidad contemplada en el texto.
Materia compleja
¿Cómo se explica la situación en un país donde el proceso constituyente fue generado por la presión de un estallido social y las demandas de cambio? Javier Couso, abogado constitucionalista, académico de la Universidad Diego Portales y catedrático de la Universidad de Utrecht, habla de un sesgo en los medios de comunicación a favor de la derecha, y hace notar que “Chile es el primer país del mundo que está enfrentando un proceso constituyente en la era de las fake news”. A su juicio, en este caso “hay 388 posibilidades de hacer fake news, porque son 388 los artículos que se están proponiendo”.
Pero no todo se debe a la campaña contra el apruebo. Jorge Costadoat, teólogo jesuita del Centro Teológico Manuel Larraín y columnista del periódico digital El Mostrador, apunta que a la gente le cuesta formarse una opinión personal y muchos no saben qué votar. “Son discusiones bastante complejas, en las que los mismos expertos -gente muy seria- están divididos”, dice.
Necesidad de mejoras en el texto
“Está claro que va a haber que hacer cambios al texto propuesto”, agrega Costadoat, pero hace notar que “estamos en un período de un ajuste histórico enorme, político e institucional, y que tiene en la base unos cambios culturales gigantescos. Mi opinión es que, en estas circunstancias, lo que viene va a ser más fácil si gana el apruebo”.
Entre tanto, los principales partidos del Gobierno anunciaron el jueves (11.8.2022) un acuerdo político para mejorar el proyecto, en caso de aprobarse. El propio Couso y otra veintena de constitucionalistas, de un amplio abanico político, han propuesto cambios. Entre ellos, por ejemplo, que se prohíba la reelección presidencial inmediata o que la justicia indígena -contemplada en el texto- solo sea impartida a los integrantes de la comunidad de pueblos originarios. “Eso probablemente lo va a decir la ley, pero es bueno que quede en la Constitución”, indica el abogado, aclarando que “estamos, sin condiciones, a favor del apruebo” y que “los cambios que hemos planteado no atacan los ejes centrales de la nueva Constitución”.
Los ejes fundamentales
Couso explica que las líneas centrales apuntan a profundizar la democracia, establecer la paridad de género, descentralizar “uno de los países más centralizados del mundo” y proporcionar reparaciones y reconocimiento a los pueblos originarios. Además, “creo que también es la primera que tiene el cambio climático como uno de sus ejes”, destaca el académico, subrayando que “es una Constitución que no tiene punto de comparación con la actual”, que seguiría en vigor de ganar el “rechazo”.
Lo que subyace al proceso es también una crisis del neoliberalismo. “Estamos tratando de sacarnos de encima el sistema que ha organizado la sociedad chilena desde hace 40 años, que ha generado una serie de efectos negativos, que se manifiestan en todos los planos”, analiza Costadoat y puntualiza: “Con todo, este país está haciendo el camino político que hay que hacer. Hasta ahora se ha encausado política y legalmente un ajuste gigantesco”.
Couso considera “incomprensible que la derecha esté tan asustada, porque la ley que va a implementar esta Constitución la va a elaborar un Congreso donde tiene hoy en día poder de veto, porque controla la mitad del Senado”.
A pocas semanas del plebiscito, en todo caso, el resultado es de difícil pronóstico. Y hay un factor adicional que podría ser clave para el desenlace: el voto del 4 de septiembre, con el que los chilenos deberán decidir sobre una nueva Constitución, será obligatorio.
(ms)