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Si no ponemos freno a las superbacterias, el panorama futuro se ve “catastrófico”, con infecciones comunes que se convertirían en incurables más allá de la multirresistencia. Latinoamérica no las tiene bajo control.Los expertos llevan tiempo advirtiendo que las superbacterias son un problema cada vez más grave para el ser humano. A finales del siglo XX, los primeros antibióticos empezaron a perder eficacia frente a algunas bacterias, que se hicieron resistentes incluso ante los antimicrobianos más potentes.
La situación no ha hecho sino empeorar en las últimas décadas. Según un estudio publicado por The Lancet en 2022, las infecciones causadas por estos microorganismos resistentes a los antibióticos convencionales provocaron la muerte de 1,2 millones de personas, en todo el mundo, en el año 2019.
Casi 90.000 de esos decesos se habrían producido en Latinoamérica. “Ningún país del planeta está libre del problema de la multirresistencia antibiótica”, dice a DW, desde Bolivia, el microbiólogo Christian Trigoso, Jefe del Laboratorio de Referencia en Bacteriología Clínica del Instituto Nacional de Laboratorios de Salud (INLASA). “Los cambios globales ponen en riesgo al orbe entero. En un mundo donde las distancias físicas ya no representan un problema, los microorganismos en general se transportan ‘en’ y ‘con’ nosotros de una latitud a otra”, agrega el experto.
Conocer al enemigo
En las últimas décadas, el número de aislamientos bacterianos reportados, con métodos que buscan estudiar y desarrollar tratamientos efectivos contra los diferentes patógenos microbianos, se ha cuatriplicado con creces en Latinoamérica (ver gráfica). Esto da una idea de la magnitud del problema, pero también de las medidas emprendidas en la región para enfrentarlo, ya que conocer al enemigo es fundamental para combatirlo. Se trata de un esfuerzo conjunto, coordinado por la Red Latinoamericana de Vigilancia de la Resistencia Antimicrobiana (RELAVRA), con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Desde finales de los noventa, se han desarrollado una serie laboratorios de referencia nacional en prácticamente todos los países de Latinoamérica. “Los aislamientos bacterianos, obviamente, se hicieron mucho más visibles y la ventaja de contar con procedimientos técnicos uniformados y normalizados permiten lograr la comparación de lo que viene sucediendo en la región”, dice el doctor Trigoso.
Pandemia dentro de la pandemia
Sin embargo, la situación dista de estar bajo control, en gran parte por la falta general de concienciación entre la gente. “No hemos podido decodificar el lenguaje científico para que los mensajes puedan ser entendidos por la población. Tampoco se han logrado, desde la Academia, estrategias que puedan enfocarse hacia los futuros profesionales del área de la salud. Los vacíos en educación e información son dramáticos”, subraya Trigoso.
La pandemia de COVID-19 ha empeorado la situación, ya que la prescripción excesiva o inadecuada de antimicrobianos facilita el desarrollo de bacterias resistentes y reduce la eficacia de futuros tratamientos. “La pandemia desnudó la debilidad de la respuesta inmediata desde los sectores de salud”, apunta Christian Trigoso. “El uso desmedido de antibióticos ha aumentado la carga de la resistencia bacteriana de estas moléculas. Recién estamos empezando a evidenciar estos alcances, precisamente a través de los mecanismos de vigilancia epidemiológica con los que cuentan los países de la región”, agrega el experto.
¿Hacia las bacterias panrresistentes?
Según los expertos, para el año 2050, las “superbacterias” matarán anualmente a 10 millones de seres humanos. “Hay una necesidad urgente de aumentar la inversión en investigación y desarrollo, para luchar contra las infecciones resistentes a los antibióticos, entre ellas, la tuberculosis. De otro modo, volveremos a los tiempos en los que la gente temía contraer infecciones habituales y ponía en riesgo su vida si se sometía a intervenciones quirúrgicas sencillas”, advirtió, en enero de 2022, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud.
“No hemos querido comprender como especie que, cuando una bacteria compra su pasaje hacia la resistencia antibiótica, nunca es pasaje de ida y vuelta, solo es de ida”, dice, por su parte, el doctor Trigoso. “Si no asumimos nuestro rol protagónico en la construcción de nuestro propio futuro, los resultados serán catastróficos. Si no actuamos, a la multirresistencia le seguirá la panrresistencia”, sentencia el experto.
(rml)