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Por qué la acción climática es la clave para la seguridad alemana

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Alemania debe hacer todo lo posible para poner fin a su dependencia de los combustibles fósiles de Rusia. Este puede ser el impulso para avanzar hacia una mayor seguridad climática y geopolítica, opina Sherri Goodman.Protegiéndose de las sirenas de ataque aéreo en Kiev, en marzo, la meteoróloga ucraniana Svitlana Krakovska dijo lo que todos ya sabemos: el cambio climático y la guerra en Ucrania tienen sus raíces en los combustibles fósiles y nuestra dependencia de ellos.

Este conflicto está acelerando una transición difícil pero crucial para Alemania. En los últimos años, este país ha logrado avances significativos en el reconocimiento de los vínculos entre el clima y la seguridad nacional. Pero esto aún no ha librado al país de las ataduras del petróleo y el gas rusos.

El fuerte impacto de la invasión de Rusia, financiada por su control sobre el mercado mundial de combustibles fósiles, muestra que la seguridad nacional de Alemania depende de garantizar la resiliencia energética y una mayor independencia. Que los funcionarios alemanes ya entienden esa interacción se refleja en la notable decisión de aumentar el presupuesto de defensa, en respuesta a la invasión de Ucrania por parte de Vladimir Putin. Solo se puede lograr una mayor resiliencia e independencia energética si se depende menos de los combustibles fósiles y de los mercados globales volátiles en los que se comercializan.

Si bien las sanciones económicas apuntan a restringir a Rusia, en realidad, los funcionarios alemanes estiman que terminar por completo con la dependencia del gas natural ruso puede demorarse hasta 2024, lo que implica que las naciones europeas todavía están equipando a Putin con el tesoro que necesita para librar la guerra en Ucrania. Gazprom, el productor de gas estatal ruso, es el mayor proveedor de este recurso para Europa y reportó ganancias récord el año pasado.

Los ingresos petroleros de Rusia son aún mayores. La investigación de la organización Transport & Environment muestra que la dependencia de Europa del petróleo ruso pone 285 millones de dólares al día en los bolsillos de Putin. Como el mayor importador de petróleo ruso de Europa, Alemania es responsable de 65 millones de dólares al día.

Una infinidad de amenazas

Detener este flujo de efectivo sería un cimbronazo para la Rusia de Putin y aumentaría el impacto del embargo que Estados Unidos impuso sobre el petróleo ruso. Pero la dependencia de Alemania de los combustibles fósiles rusos es la mayor de Europa. Surgen serias dudas sobre cómo se las arreglaría Alemania sin que la energía rusa le impidiera aplicar la sanción definitiva.

Eso nos recuerda que la dependencia excesiva de los combustibles fósiles es un multiplicador de amenazas: significa que la guerra amenaza la seguridad energética de Alemania, lo que desencadenaría una crisis inminente en el costo de la vida para los alemanes y dudas sobre la prosperidad del país a largo plazo. Al mismo tiempo, la dependencia de Alemania de los combustibles fósiles rusos es como un acelerador de fuego para la guerra en Ucrania y hace que sea más difícil detenerla.

La movida de seguridad inteligente es un rápido crecimiento de las energías renovables y otras tecnologías que reducirán la dependencia en el petróleo y el gas rusos. Por supuesto, Alemania y otros países de Europa tienen una necesidad a muy corto plazo de reemplazar el gas ruso por proveedores más confiables para satisfacer las necesidades energéticas inmediatas. Estados Unidos está dando un paso adelante con su reciente compromiso de ayudar a la UE a diversificar el suministro de gas, en consonancia con los objetivos climáticos, y reducir la demanda de gas natural en general. Pero no se debe permitir que esta solución de suministro a corto plazo le dé forma al futuro.

La reducción inmediata de la demanda de gas a través de la eficiencia energética, así como el alejamiento decidido de los combustibles fósiles, deben ser la prioridad. Este enfoque también ayudará a evitar escenarios de riesgo catastrófico por el cambio climático, desde las inundaciones, que ya han costado muchas vidas alemanas, hasta las olas de calor que han azotado al continente en los últimos años. Ahora debemos darnos cuenta de que incluso en lugares donde el cambio climático no ha causado conflictos directamente, puede acelerar los tipos de tensiones sociales, políticas y económicas que conducen a desastres humanitarios e inestabilidad estatal.

La Comisión Europea ya ha anunciado planes para reducir las importaciones de gas ruso en dos tercios este año, al tiempo que aumenta rápidamente las energías renovables, la innovación en energía limpia y las medidas de eficiencia energética.

Pensar y actuar verde

A medida que más países se den cuenta de esto, es probable que el Acuerdo Verde de la UE se fortalezca y obtenga el apoyo de voces militares y defensores del clima. El Consejo Militar Internacional sobre Clima y Seguridad (IMCCS) ha reconocido el papel central del Acuerdo Verde en el impulso de la diplomacia energética internacional, mientras que alienta a la UE a adoptar un enfoque de seguridad climática más integrado. La interacción de los esfuerzos de desarrollo, diplomacia y defensa, flanqueados por el financiamiento climático, es visto como un factor crucial para permitir la estabilidad y la paz en regiones vulnerables.

Alemania tuvo un buen comienzo en su viaje hacia descarbonizar su uso y fuentes de energía. El anuncio del ministro de Finanzas, Christian Lindner, de que “la energía verde es energía de libertad” y una inversión sin precedentes en seguridad y defensa de 100.000 millones de euros, junto con un refuerzo climático de 90.000 millones de euros, además del presupuesto existente de protección climática de 110.000 millones, son señales positivas.

El siguiente paso para proteger los intereses de seguridad de Alemania es un enfoque práctico para la transición de energía limpia porque es la única manera de garantizar su seguridad energética, proteger los intereses del país y acelerar la innovación en microrredes, mejores baterías y más.

El enfoque es “todas las manos a la obra”

Incluso cuando Alemania funcione con energía limpia, seguirá dependiendo de productos finitos, como las tierras raras, un componente pequeño pero vital de la tecnología de energía removable, como las células solares. Aprender de esta crisis significa observar detenidamente cómo los conflictos y la interrupción del comercio podrían amenazar las cadenas de suministro de las que dependemos para obtener energía y reducir la dependencia de actores malignos como fuente.

La cooperación transatlántica será fundamental. En su búsqueda de energía descarbonizada, Alemania necesitará que Estados Unidos se una para impulsar la innovación en energía renovable. Las inversiones lideradas por Estados Unidos en energía limpia, y una mayoría para un plan nacional aprobado, brindarán la certeza de mercado necesaria para ampliar la energía eólica y solar y la tecnología de hidrógeno verde. Y a medida que la OTAN desarrolla su última evaluación del entorno de seguridad y planifica su respuesta, la alianza deberá considerar el papel de la energía descarbonizada y los recortes de emisiones como una poderosa palanca para la seguridad global.

La guerra en Ucrania es un desastre humanitario y una muestra aterradora de la amenaza que la Rusia de Putin representa para el resto del mundo. Es una llamada de atención que muestra a Europa lo que debe hacer para posibilitar un futuro climáticamente seguro y un continente más seguro. Si la coalición gobernante responde de manera decisiva para poner fin a su dependencia de los combustibles fósiles rusos, también podría ser el catalizador para una Alemania climáticamente más segura.

Sherri Goodman es estratega senior y miembro de la junta asesora del Centro para el Clima y la Seguridad, presidenta de la junta del Consejo de Riesgos Estratégicos y secretaria general del Consejo Militar Internacional sobre Clima y Seguridad. Se desempeñó como la primera subsecretaria adjunta de Defensa de Estados Unidos entre 1993 y 2001.

(rr/cp)

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