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El tesoro del «Oro de Crimea» y una disputa sin fin

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El tira y afloja legal entre Ucrania y Rusia por las valiosas antigüedades dura ya ocho años. Ahora se remitirá al más alto tribunal de los Países Bajos.La frontera entre Rusia y Ucrania no solo pasa a través de campos y bosques y por las aguas del Mar Negro y el Mar de Azov. Desde finales de enero, también pasa por los escritorios de los jueces del Tribunal Supremo holandés, en La Haya, porque allí terminó en tercera instancia la disputa legal por el llamado «Oro de Crimea».

Este nombre un tanto engañoso se ha hecho popular en la prensa para designar a la colección de valiosos objetos arqueológicos presentados como parte de la exposición «Crimea: oro y secretos del Mar Negro». Un poco menos de una cuarta parte de los 432 objetos están, en realidad, hechos de oro. La exposición se exhibió en un museo en Bonn desde julio de 2013 hasta enero de 2014, y luego fue al Museo Allard Pierson, el museo de arqueología de la Universidad de Ámsterdam.

Los curadores querían hacer tangibles para los europeos occidentales las interacciones culturales de las antiguas civilizaciones de la península de Crimea: los griegos, por un lado, y los pueblos nómadas de la estepa, por otro. Entre los objetos había antiguas vasijas griegas, esculturas, broches y joyas, así como armas escitas, máscaras y cascos funerarios, o valiosas cajas chinas de la dinastía Han. Esa península fue en su día un crisol de culturas de Oriente y Occidente.

En la mira de la política

El público apreció la singularidad del proyecto: Más de 50.000 personas visitaron la exposición. Hasta aquí, todo bien. Si no fuera por los acontecimientos políticos: el derrocamiento del gobierno prorruso de Ucrania, en febrero de 2014, y la posterior anexión de la península de Crimea por parte de Rusia.

Así es como el Museo Allard Pierson se encontró inesperadamente en el punto de mira de la política: cinco museos habían puesto sus objetos a disposición de la muestra. 19 piezas del total de 432 objetos de arte procedían del Museo de Historia Nacional de Kiev: se trataba de los espectaculares objetos de oro de los escitas.

Los 413 restantes, sin embargo, provenían de los cuatro museos más importantes de Crimea, situados en las ciudades de Bajchisarai, Kerch, Khersones y Simferopol. Devolver las 19 piezas al museo de Kiev no supuso ningún problema. Pero, ¿a dónde iría el resto? Los cuatro museos de Crimea se encontraban ahora en otro país.

Campo de batalla en la sala de audiencias

En los ocho años que siguieron, se desarrolló un maratón jurídico que podría dar material para una serie judicial. Oficialmente, los cuatro museos de Crimea litigan contra el Museo Allard Pierson. Sin embargo, de facto, fue una batalla legal de Ucrania contra Rusia.

En primera instancia, los antiguos tesoros fueron adjudicados a Ucrania. En segunda instancia, los museos de Crimea lograron una victoria. Sin embargo, la parte contraria dudó de la neutralidad del juez holandés Duco Oranje, que en ese momento trabajaba como abogado de una gran empresa rusa, e hizo que lo destituyeran. Luego, en octubre de 2021, se dictó otra sentencia a favor de Ucrania, que provocó una pequeña tormenta de entusiasmo nacional. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, tuiteó tras la sentencia: «Siempre recuperamos lo que es nuestro. Primero el oro escita y luego Crimea».

Por su parte, el presidente ruso Putin habló de «claro robo» y aseguró su apoyo al jefe de la República de Crimea, Sergei Aksyonov. A finales de enero, la parte rusa presentó un recurso. Ahora podrían pasar meses o incluso años antes de que el máximo tribunal nacional de los Países Bajos tome una decisión.

La disputa desde la perspectiva de una arqueóloga

Valentina Mordvintseva es el nombre de la mujer que probablemente más espera esta decisión en la lejana La Haya. Porque se considera «en cierto modo culpable de todo el lío»: esta arqueóloga inició y curó la exposición hace diez años.

Mordvintseva es una profesional conocida en su especialidad. Como empleada del Instituto Arqueológico de Crimea, dirigió excavaciones, escribió libros y participó en conferencias. Como antigua becaria del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD), también está familiarizada con la comunidad arqueológica alemana.

¿»El oro de Crimea» de camino al mundo?

«No hay una buena solución para esta historia», dice Mordvintseva, que ahora enseña Historia Antigua en la Escuela de Economía de Moscú. Devolver los objetos a Rusia «sería percibido por el pueblo de Ucrania como una traición a sus intereses nacionales». Ella entiende muy bien eso. Después de todo, parte de su familia vive en Ucrania.

En un mundo ideal, según la científica, los objetos «pertenecen al lugar donde fueron encontrados», es decir, a Crimea. En un artículo para el periódico independiente ruso Novaja Gazeta, describe otras desventajas de un retorno a Kiev: los objetos serían entonces «arrancados de su contexto», ya que todos los demás bienes culturales asociados, así como la documentación de las excavaciones, están almacenados en los museos de Crimea, que también tienen la mayor competencia en materia de investigación.

«¿Tal vez una exposición itinerante de duración indefinida sería una solución?», reflexiona la arqueóloga. Una exposición que recorrerá el mundo hasta que se resuelva el conflicto entre Rusia y Ucrania. Sin embargo, Mordvintseva es realista al decir que «eso tardará todavía un tiempo». En cualquier caso, nadie ha pedido su opinión desde el primer juicio, ni en Rusia ni en Ucrania, y tampoco en Holanda.

(gg/cp)

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