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La oposición extendió la presidencia interina de Juan Guaidó hasta el 31 de diciembre de 2022. Estados Unidos respaldó la decisión. El problema es que en Venezuela esto le importa a poca gente.Estados Unidos lo dijo el 30 de diciembre y, por si no había quedado claro, lo repitió el 4 de enero. En ambas ocasiones, fue el vocero del Departamento de Estado, Ned Price, quien señaló que Washington sigue considerando a Juan Guaidó no solo líder de la oposición venezolana, sino también presidente interino de ese país de Sudamérica. «Respaldamos el deseo del pueblo venezolano de una pacífica restauración de la democracia a través de elecciones justas y libres», agregó el portavoz estadounidense, según la agencia de noticias EFE.
El respaldo no es algo menor, considerando que Guaidó ha perdido fuerza dentro de su propio país, y ha visto descolgarse a figuras relevantes de su entorno, hoy más débil en comparación con el ánimo que lo rodeadaba en enero de 2019, cuando era diputado y presidente de la Asamblea Nacional y se proclamó «presidente encargado” de la República Bolivariana de Venezuela. Pero la realidad indica que, por muy fuerte que resulte como aliado, en este caso no basta con el espaldarazo de Washington.
Lo escribió con claridad el analista Luis Vicente León en Twitter: «Esto no define su control de la oposición en Venezuela. Sería impresentable tener un ‘interino’ que representa a sus aliados externos, pero no a la oposición, ni a la población ni a la lucha interna. Así como Maduro no puede decidir quién es el líder opositor, tampoco puede hacerlo un externo. Es absurdo pretender que alguien, distinto al pueblo opositor, decida a quién van a seguir o en quién confiar”.
Incidencia cero
«Si hablamos de la oposición, su problema es que por primera vez en muchos años no cuenta con una estructura que la gente considere válida, o legítima, para la conducción de la estrategia para enfrentar a Maduro”, dice a DW Félix Seijas, analista y profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Allí donde antes estuvo la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) o incluso la estructura del gobierno interino, hoy parece quedar poco. «La gente siente que eso dejó de tener relevancia, y hoy la lucha carece de referente”, agrega el también director de la encuestadora Delphos.
A diferencia de lo que ocurrió en enero de 2019, cuando Guaidó contaba con respaldo político interno y una cincuentena de países lo apoyó reconociéndolo como mandatario encargado, la noticia de la extensión de su mandato hasta el 31 de diciembre de 2022, adoptada por una Asamblea Nacional carente de poderes, pasó con escasa gloria por los portales noticiosos. En su discurso de asunción del nuevo período, Guaidó llamar a mantener la unidad porque «la dictadura ya está derrotada”.
También pidió disculpas por los escándalos de corrupción en que se han visto involucrados algunos opositores y aseguró que «la República no se va a perder en nuestras manos”. El problema de toda esta puesta en escena, de acuerdo con Seijas, es que carece de correlato entre la ciudadanía. «La incidencia de Guaidó dentro del país es prácticamente nula. Puede llamar a una protesta y no va a ir nadie. Mañana puede ofrecer una ruta y nadie lo va a escuchar, nadie se va a enterar”, estima el experto.
¿Retorna Capriles?
«Hay una parte de la oposición que ve en Guaidó la esperanza de que el gobierno interino pueda despegar y tener incidencia, pero la mayoría no”, explica Seijas. «En política, el apoyo popular es importantísimo”, explica, y como Guaidó carece de él, lentamente ha perdido también el respaldo político del que gozó inicialmente. Eso ha dejado espacio para el resurgimiento de figuras como la de Henrique Capriles, exgobernador de Miranda que estuvo a punto de derrotar a Maduro en las presidenciales de 2013.
Seijas explica que el apoyo internacional que recibe Guaidó, que es lo que permite mantener en pie su figura, responde a otras motivaciones. «Para Estados Unidos es relevante porque tiene que mantener la idea de que sigue combatiendo a Maduro y, por eso, apoya las estructuras internas que se oponen a él”, sostiene. Y otro aspecto a tener en cuenta es el financiero. Monómeros (una empresa venezolana intervenida en Colombia) o el oro depositado en Inglaterra son dos ejemplos de estructuras que necesitan una figura que justifique la mantención de esos recursos lejos de las manos de Maduro. Y Guaidó cumple ese rol.
«A nivel interno no hay figuras que dominen la escena opositora, y eso es porque el venezolano opositor necesita un mecanismo que legitime esos liderazgos. Antes fue Capriles porque ganó las primarias de la Mesa de la Unidad Nacional. Pero sin esa estructura no puedes afianzar los liderazgos, y esa es la tragedia de la oposición. Ahora llegó un momento de reacomodo y hay que ver qué resulta de todo esto”, reflexiona Seijas.
(ers)