República Srpska vota en medio de una crisis profunda

Last Updated on noviembre 21, 2025 by Deutsche Welle

Hace 30 años, el Acuerdo de Dayton dejó a Bosnia y Herzegovina con un sistema de gobierno complejo y fragmentado. Este domingo, los votantes de la entidad de mayoría serbia elegirán a un nuevo presidente.Treinta años después de la firma del Acuerdo de Paz de Dayton, que puso fin a la guerra de Bosnia, Bosnia y Herzegovina enfrenta su crisis política más profunda desde el fin de las hostilidades. La parálisis institucional, el auge del nacionalismo y la renovada presión por una mayor descentralización territorial apuntan a un sistema que se acerca a sus límites estructurales. El Acuerdo de Dayton se alcanzó en Ohio el 21 de noviembre de 1995. Aunque puso fin a tres años y medio de combates, dejó a Bosnia con un marco de gobernanza complejo y fragmentado. La configuración territorial de la posguerra dividió el país en dos entidades: la República Srpska, de mayoría serbia, y la Federación de Bosnia y Herzegovina, de bosniacos y croatas, con el Distrito de Brčko como zona neutral para evitar una consolidación territorial que pudiera facilitar una secesión. Las advertencias de Holbrooke Durante una visita a Banja Luka, en la República Srpska, hace 20 años, el principal arquitecto de Dayton, el diplomático estadounidense Richard Holbrooke, advirtió que actores políticos en Bosnia y Herzegovina seguían promoviendo la creación de una tercera entidad croata, la secesión de la República Srpska o el desmantelamiento de la configuración actual. Alertó que tales aspiraciones podían poner en riesgo la estabilidad que Dayton había creado. Su condición para avanzar ―el consenso entre todas las partes― sigue sin cumplirse hasta hoy. De hecho, la ausencia de consenso político durante estos 30 años ha llevado la arquitectura de paz de Dayton al borde del colapso. Además, los debates sobre la secesión de la República Srpska y la antigua exigencia croata de una tercera entidad han resurgido con mayor intensidad en los últimos años, subrayando los desacuerdos estructurales no resueltos en el orden constitucional. Elección presidencial el 23 de noviembre En este contexto, los votantes de la República Srpska acudirán a las urnas el domingo para elegir a un nuevo presidente. Las elecciones anticipadas se convocaron después de que la Comisión Electoral Central de Bosnia revocara en agosto el mandato del presidente de larga data de la República Srpska, Milorad Dodik, tras ser condenado por el máximo tribunal del país a un año de prisión y a seis años de inhabilitación política por ignorar decisiones del alto representante Christian Schmidt, el enviado internacional encargado de hacer cumplir el Acuerdo de Dayton. Aunque evitó la cárcel pagando una multa, Dodik sigue siendo la figura política dominante en la entidad. “El presidente de todos los presidentes” Aunque Dodik ha nombrado a Sinisa Karan como su candidato para las elecciones del 23 de noviembre, también ha señalado abiertamente que pretende mantener el control de facto ―al margen del reparto formal de poderes―, autoproclamándose “el hombre más importante” de la República Srpska y “el presidente de todos los presidentes”. Su posición se ha visto reforzada por la reciente decisión de Estados Unidos de levantar las sanciones que le impuso hace siete años, pese a que pasó meses desafiando el orden constitucional de Bosnia y promoviendo acciones para establecer instituciones paralelas, después de un fallo judicial definitivo en su contra. Pocos avances en 30 años Como resultado, tres décadas después de Dayton, Bosnia vuelve prácticamente a las posiciones de negociación de 1995. Desde entonces, las reformas institucionales han sido mínimas y la integración europea sigue siendo en gran medida declarativa, sin avances sustantivos. En resumen, Bosnia y Herzegovina es hoy más débil, y está más polarizada y más lejos de una consolidación institucional que en cualquier otro momento desde la firma del acuerdo. La crisis actual pone de relieve la fragilidad de un sistema político que ha sobrevivido mucho más de lo que sus arquitectos imaginaron, pero que sigue siendo fundamentalmente vulnerable a las mismas presiones que marcaron su creación. Es muy poco probable que el resultado de las elecciones del domingo cambie esa realidad. (gg/rml)

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