El sureste de Europa tiene un grave problema demográfico

Last Updated on noviembre 13, 2025 by Deutsche Welle

En ningún otro lugar del mundo la población disminuye tan rápidamente como en el sureste de Europa. Esto genera temores apocalípticos en la región. ¿Qué medidas podrían adoptar los gobiernos?Las previsiones demográficas para todos los países del sureste de Europa auguran un descenso significativo de la natalidad durante las próximas décadas. En ningún otro lugar de Europa, a excepción de los Estados bálticos y Ucrania, devastada por la guerra, la población disminuye con tanta rapidez como en el sudeste del continente. Mientras que en 1990 vivían aproximadamente 62 millones de personas en la región (desde Eslovenia, en el norte, hasta Grecia, en el sur), hoy solo hay allí 53 millones. Bulgaria, por ejemplo, tenía casi nueve millones de habitantes al final del régimen comunista. Hoy en día hay menos de siete millones y, según las Naciones Unidas, solo habrá alrededor de cinco millones de personas en 2050. Las razones son evidentes: desde hace años mueren más personas de las que nacen. Además, son muchas más las personas que abandonan la región que las que inmigran a ella, aunque esta tendencia está empezando a cambiar lentamente. La consecuencia es que la población, en promedio, envejece cada vez más. La mayoría rechaza la inmigración Según una encuesta de 2025, realizada como parte de un proyecto de investigación dirigido por el autor de este artículo, tres cuartas partes de los encuestados en Bulgaria, Macedonia del Norte y Serbia están muy preocupados por el envejecimiento de la población, sobre todo, porque los servicios sociales estatales son insuficientes. En Bulgaria, dos tercios de los encuestados creen que las personas mayores disfrutaron de una mejor calidad de vida durante la república socialista. Y si bien, en general hay temor por el declive demográfico, una clara mayoría rechaza la solución más idónea, la inmigración. ¿Qué hace la política de la región al respecto? Los gobiernos consideran que el futuro demográfico es un problema importante. El primer ministro croata, Andrej Plenković, lo describe como una cuestión de supervivencia para Croacia. Desde 2024, su gobierno incluso cuenta con su propio Ministerio de Demografía e Inmigración. El ministro responsable del tema, del partido nacionalista de derecha Movimiento de la Patria (DP), entiende por inmigración el retorno de los emigrantes de etnia croata y sus descendientes. Los comunistas tampoco lo consiguieron También en otros lugares las instituciones estatales se ocupan del desarrollo demográfico, como el Ministerio de Bienestar Familiar y Demografía de Serbia. Allí ofrecen incentivos económicos para tener más hijos, además de presentar la maternidad como un deber patriótico. Hasta ahora, este pronatalismo ha demostrado ser ineficaz. Los incentivos económicos no pueden resolver los problemas estructurales responsables de la significativa emigración de los jóvenes. Los estudios demuestran que, además de los salarios más altos en Europa Occidental, la corrupción desenfrenada, el nepotismo generalizado y la falta de perspectivas son los principales factores que impulsan a la gente joven a abandonar el país. Cambio en las políticas y la actitud Y mientras la población de todos los países del sudeste europeo menguará, en algunos países de la UE experimentará un crecimiento como, por ejemplo, en Austria. Allí se estima que habrá una aumento demográfico del 16 por ciento para 2050. Tras ese crecimiento poblacional está la inmigración. En el sudeste europeo, en cambio, y como mostró la encuesta, los inmigrantes carecen de aceptación social, sobre todo, cuando los nuevos ciudadanos tienen una apariencia diferente a la mayoría de los lugareños. La cuestión es hasta qué punto dicha situación es sostenible en un ambiente donde políticos y medios de comunicación pintan un panorama de extinción nacional, y donde la gente presencia la despoblación de regiones enteras. Sin un cambio en las políticas y la actitude de la población, no se puede romper el círculo vicioso demográfico. Por lo tanto, es necesario generar confianza para convencer a la gente de que se quede en el país y que acojan a los inmigrantes. La migración no es la única solución a los desafíos demográficos en la región. En el sureste europeo hay bajas tasas de empleo, es decir, tienen mucha mano de obra que aprovechar. Por otro lado, los gobiernos también podrían esforzarse en mejorar la esperanza de vida, inferior a la media europea, y crear políticas centradas en mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. (rmr/cp)

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