Last Updated on noviembre 7, 2025 by Deutsche Welle
La Conferencia sobre el Clima en Belém, Brasil, y el peligro de consecuencias catastróficas para el planeta si no se logra reducir el calentamiento global, fueron tematizados por la prensa en alemán de esta semana.”Demasiado poco y demasiado tarde: la mayoría de los países no han hecho su trabajo en materia de protección climática. Ahora, Brasil vuelve a empezar de cero. La cumbre climática comienza con predicciones desalentadoras”, escribe el diario alemán Welt Online sobre el inicio de la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima de las Naciones Unidas, la COP30, que comenzará el próximo lunes, 10 de noviembre, en la ciudad de Belém, estado de Pará, en Brasil. Welt Online prosigue: “Diez años después del histórico Acuerdo de París sobre el Clima, el secretario general de la ONU, António Guterres, hizo un llamado a la conciencia de los líderes mundiales, exigiendo un cambio radical de rumbo en la lucha contra el calentamiento global. (…) El anfitrión, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, declaró: ‘La COP30 será la COP de la verdad’. Una cumbre climática en la Amazonía: no hay ‘mayor símbolo para la causa ambiental’ que la selva tropical con sus miles de especies y plantas. Brasil pretende recaudar fondos sustanciales para proteger esta y otras selvas tropicales en más de 70 países: en Belém, Lula lanzó oficialmente un nuevo fondo multimillonario. Tras una fase inicial, el fondo Bosques Tropicales para Siempre (TFFF) podría distribuir aproximadamente cuatro mil millones de dólares estadounidenses anuales. En concreto, esto significa que los países que conserven valiosos bosques tropicales recibirán una prima de cuatro dólares estadounidenses por hectárea al año del fondo. Por el contrario, deberán pagar una multa de 140 dólares (122 euros) por cada hectárea destruida. Esto se verificará mediante imágenes satelitales. La propuesta de Brasil solicita a las naciones ricas una contribución voluntaria inicial de 25.000 millones de dólares. Este capital inicial se utilizaría para movilizar otros 100.000 millones de dólares del sector privado en los próximos años. Noruega se comprometió a aportar 3.000 millones de dólares a lo largo de diez años (…). Alemania también figura en la propuesta como posible donante”. “Cuando 50.000 salvadores del clima viajan a la selva tropical” El matutino FAZ.NET se centra en la ausencia en la COP30 de las grandes potencias, que son las que emiten la mayor cantidad de CO2: “A partir del viernes, la atención en Belém, Brasil, se centrará en seguir reduciendo las emisiones globales de CO2. Asisten altos cargos políticos de numerosos países, pero no hay representantes de las superpotencias. (…). Varias figuras importantes están ausentes, entre ellas los presidentes de Estados Unidos, China, Indonesia y, como era de esperar, Rusia: Donald Trump, Xi Jinping, Prabowo Subianto y Vladimir Putin. La nueva primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, también ha cancelado su asistencia. Aún se desconoce si el primer ministro de la India, Narendra Modi, asistirá. La ausencia de líderes clave no solo es significativa desde el punto de vista del protocolo, sino también para las negociaciones climáticas: China, Estados Unidos, India y la UE son los mayores emisores de gases de efecto invernadero. Les siguen Rusia, Indonesia, Brasil y Japón. (…). Resulta innegable que la protección del clima ha perdido protagonismo en la política y la esfera pública. Y esto a pesar de que ya no son las doce menos cinco, sino las doce y cinco”. “¿Qué ocurre ahora con el objetivo de 1,5 grados, que se torna imposible?” Esta es la pregunta que plantea el periódico Zeit Online, señalando que aún hay una oportunidad en la COP 30 en Belém do Pará, a la que califica de “más urgente que nunca”: “(…). Las condiciones en las que los líderes mundiales se reúnen en Belém, Brasil, a partir de hoy, antes de la inauguración oficial de la conferencia climática COP30, el lunes, difícilmente podrían ser peores. No sorprende, entonces, que algunos piensen que los viajes de los jefes de Estado generarán más emisiones que las que se evitarán con las negociaciones. Eso es absurdo, por supuesto. La conferencia climática es necesaria, incluso más urgente que nunca. Aunque solo sea porque centra la atención de los gobiernos y los medios de comunicación en el clima, al menos una vez al año; un tema que, si se tomara mínimamente en serio, debería dominar el debate político a diario. (…) Hasta el secretario general de la ONU, António Guterres, ya no cree que el objetivo de 1,5 grados sea alcanzable. Solo cabe una conclusión: el mundo necesita mayor protección climática; debe activar el modo de emergencia para, al menos, prevenir las peores catástrofes. Esto nos lleva al tema más importante de la conferencia climática de este año: los países deben presentar nuevos objetivos climáticos, las llamadas NDC (Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional). Estos compromisos internos son la esencia del Acuerdo de París y, a la vez, su mayor debilidad.” (cp/ms)
