Copyright 2020-2021 Veneportal.com
El presidente estadounidense Trump ha sugerido reubicar a la población de la Franja de Gaza en otros países árabes, principalmente en Egipto y Jordania. La respuesta ha sido de rechazo absoluto por varias razones.El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, parece creer firmemente que su controvertido plan puede funcionar: sigue esperando que Egipto y Jordania acojan a ciudadanos de la Franja de Gaza en el futuro, según dijo este lunes (27 de enero de 2025).
Después de todo, la vida en Gaza ha sido un «infierno» desde hace tiempo. Por lo tanto, espera que los habitantes se trasladen a una «zona donde puedan vivir sin tanta agitación, disturbios y violencia». Trump ha dejado aún abierto si lo que propone es una medida temporal o permanente.
Sigue convencido de que tal reasentamiento es posible a pesar de las enormes preocupaciones políticas y legales, a pesar de las declaraciones negativas y las supuestas llamadas telefónicas con el rey jordano Abdalá II y el presidente egipcio Abdelfatah al Sisi.
«Ojalá aceptara a algunos», dijo Trump con respecto a su homólogo egipcio, cuya oficina, sin embargo, negó que hubiera habido siquiera una llamada telefónica entre los dos políticos. Trump, por su parte, enfatizó con respecto a Al Sisi y Egipto: «Les hemos ayudado mucho, y estoy seguro de que él también nos ayudaría».
Egipto y Jordania rechazan los planes de Trump para Gaza
La propuesta de trasladar a los palestinos que viven en la Franja de Gaza a países vecinos ha generado fuertes críticas en los últimos días. Además de la Unión Europea y otros actores, Egipto y Jordania se han manifestado firmemente en contra.
El ministerio de Exteriores de Egipto declaró, según agencias de noticias, que el país apoya «la firme determinación del pueblo palestino de permanecer en su tierra» y rechaza «cualquier intervención que vulnere estos derechos inalienables, ya sea mediante asentamientos, anexión de tierras o despoblación a través del desplazamiento».
De manera similar, la postura de Jordania es clara. Según el periódico estatal Jordan Times, el país no es ni será nunca una «patria alternativa» para los palestinos. Jordania rechaza cualquier intento de disolver la causa palestina o anular sus derechos bajo cualquier pretexto: «Los palestinos no pueden abandonar su tierra natal».
Protestas internas y preocupación por la estabilidad
El rechazo de Egipto, explica el politólogo Stephan Roll, del Instituto de Ciencias y Política de Berlín (SWP), se debe en parte a su solidaridad con la lucha palestina por la soberanía, pero también a la oposición interna en Egipto hacia cualquier cesión territorial. «Ceder tierras egipcias es un tabú, especialmente cuando se asocia con proyectos que se perciben como antipalestinos. La implementación de este plan podría generar una fuerte oposición popular», afirma Roll.
En Jordania, la situación es similar. Edmund Ratka, de la Fundación Konrad Adenauer, señala que el rechazo es generalizado, ya que el proyecto se interpreta como una amenaza a la «causa palestina». «Incluso el rey no quiere ser visto como alguien que respalda esta política, pues podría dar fuerza a grupos extremistas dentro del país». Además, hay temor entre los jordanos no palestinos —la base del poder estatal— de que un aumento en la población palestina altere el equilibrio demográfico y político del reino.
Riesgo de conflictos y guerra con Israel
Egipto también tiene serias preocupaciones de seguridad respecto al plan de Trump. Según Roll, la región del Sinaí, que históricamente ha sido inestable, podría convertirse nuevamente en un foco de conflictos, si se establecieran grandes campos de refugiados allí. Esto podría generar tensiones internas y hasta enfrentamientos con Israel, en caso de que se lanzaran ataques desde estos asentamientos.
En Jordania, las preocupaciones son algo diferentes. Tras el conflicto en Gaza, como resultado del 7 de octubre de 2023, día del ataque terrorista de Hamás contra Israel, el Gobierno jordano enfrenta crecientes dificultades para justificar su política de paz con Israel, establecida en el tratado de 1994, que se firmó bajo la expectativa de que los palestinos tendrían un Estado propio. Si esta perspectiva desaparece, muchos jordanos exigen revisar las relaciones con Israel, interpretando la propuesta de Trump como un intento de eliminar el proyecto de Estado palestino, afirma Roll.
La expulsión como línea roja
Tanto Amán como El Cairo consideran la expulsión de palestinos una línea roja, según Ratka. Ceder a este plan dañaría su imagen ante sus propios ciudadanos y a nivel internacional. Egipto, además, busca mantener su influencia en el proceso de reconstrucción de Gaza.
A pesar de las críticas, Stephan Roll señala un punto válido, a su juicio, en la propuesta de Trump: «La Franja de Gaza está completamente devastada, y su reconstrucción tomará años. ¿Dónde deberían vivir los palestinos mientras tanto?».
(gg/rml)