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Alemania y Francia no tendrán un gobierno estable cuando Donald Trump asuma la presidencia de Estado Unidos. De hecho, ambos países tienen además enormes problemas de política económica.Es importante que cuando Trump asuma el cargo este 20 de enero, los 27 países de la Unión Europea (UE) se muestren unidos. Pero hay un gran problema con Alemania y Francia: «los motores de la UE” no tienen por ahora gobiernos estables.
Gobiernos sin mayoría
En Alemania, el Gobierno está formado por los socialdemócratas (SPD) y Los Verdes. Ya no tiene mayoría en el Parlamento. Las nuevas elecciones tendrán lugar el 23 de febrero de 2025. Según las encuestas, ningún partido alcanzará la mayoría absoluta.
En Francia, la fase de inestabilidad se prolongará aún más. Según la Constitución, no se permitirán nuevas elecciones, como muy pronto, hasta julio de 2025.
Según la politóloga y profesora Claire Demesmay, del Instituto de Estudios Políticos de Pariís e investigadora en el Centre Marc Bloch, el centro franco-alemán de ciencias sociales en Berlín, «la cultura política francesa es muy conflictiva. Eso hace que sea muy difícil encontrar una mayoría gobernante».
Problemas de presuspuesto en ambos países
Francia y Alemania entraron en el nuevo año sin haber aprobado sus respectivos presupuestos. «Lo que empeora aún más la situación es que, en lo que respecta a las finanzas públicas, las dos economías más grandes de la UE toman caminos totalmente opuestos», afirmó en una entrevista con DW Carsten Brzeski, economista jefe para la zona euro del banco ING.
Francia tiene demasiada deuda y tendría que ahorrar, mientras que Alemania tendría que gastar más dinero e invertir en su ruinosa infraestructura. «Francia tendría que volverse un poco más alemana y Alemania un poco más francesa», dijo Brzeski.
Freno de deuda y endeudamiento
Después de Grecia e Italia, Francia tiene ahora la tercera deuda nacional más alta de la eurozona, mientras que Alemania apenas supera el límite superior establecido por la UE.
Cuando se trata de presupuestos, las diferencias no podrían ser mayores. En Alemania, el déficit está por debajo del límite de la UE, el tres por ciento del rendimiento económico. Esto también se debe al llamado freno de la deuda. Esta norma de la Ley Fundamental alemana establece límites estrictos a la nueva deuda. Para cambiar esto se requiere una mayoría de dos tercios en el próximo Bundestag.
En Francia, el nuevo primer ministro Francois Bayrou se enfrenta a los mismos problemas que su predecessor: ahorrar unos 60.000 millones de euros, recortando gastos y aumentando impuestos. Y para lograr que el Parlamento francés apruebe un presupuesto de austeridad, necesita un gobierno con una mayoría sólida. Pero eso no podrá ser, al menos, hasta el verano de 2025. «Esto es la cuadratura del círculo”, afirmó Claire Demesmay.
Además, la llamada prima de riesgo que Francia tiene que pagar por su deuda nacional ha aumentado ahora a su nivel más alto desde la crisis de la deuda del euro, y la agencia de calificación Moody’s rebajó su calificación de la solvencia del país, encareciendo la adquisición de nuevos créditos.
Para 2025, el Banco Central redujo su pronóstico de crecimiento al 0,9 por ciento por «mayor incertidumbre” dentro y fuera de Francia. En Alemania la gente estaría contenta con dichas cifras. El Bundesbank estima que el redindimiento económico se contraiga un 0,2 por ciento. Sería el segundo año consecutivo de recesión.
Debate sobre el libre comercio
Desde la perspectiva alemana, un nuevo acuerdo de libre comercio podría dar un respiro, por ejemplo entre la UE y Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. Mercosur crearía la zona de libre comercio más grande del mundo con alrededor de 700 millones de personas. La Comisión de la UE puso fin a la fase de negociación en diciembre, pero aún no está claro si los Estados miembros ratificarán el acuerdo y cómo.
«La cuestión comercial es una manzana de discordia clásica entre Alemania y Francia», dijo Demesmay. «En Francia, la gente es mucho más crítica con los grandes acuerdos comerciales que en Alemania. Existe la sensación de que el futuro del país ya no está en sus propias manos, y eso es políticamente peligroso.»
¿Cómo lidiar con Trump?
La falta de unidad podría convertirse en un problema cuando Donald Trump vuelva a gobernar Estados Unidos.
Sin embargo, los europeos están hoy mejor preparados que hace ocho años, afirmó Brzeski: «Deberían centrarse en su economía nacional, invertir en su infraestructura e impulsar reformas estructurales».
Para Brzeski, es esencial una estrecha coordinación: «Lo sabemos por el pasado: si las dos economías más grandes no trabajan juntas y no hacen avanzar el proyecto europeo, el progreso en Europa será muy lento».
(rmr/ers)