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En Austria, se abre ahora un camino hacia el poder para el líder del FPÖ, Herbert Kickl. Este político tiene a veces opiniones radicales, por ejemplo, en materia de migración.Los oponentes políticos de Herbert Kickl consideran que este hombre de 56 años representa un «riesgo para la seguridad», como lo expresó el canciller Karl Nehammer, del partido conservador ÖVP.
Los más de 1,4 millones de votantes que llevaron a Kickl y su Partido de la Libertad de Austria (FPÖ) a lograr una brillante victoria electoral a finales de septiembre aparentemente lo ven de otra manera. Con el 28,8 por ciento de los votos, el FPÖ se convirtió por primera vez en la fuerza más votada en el Consejo Nacional, el Parlamento austríaco.
Después del fracaso de las negociaciones con socialdemócratas y liberales, el presidente Alexander Van der Bellen entregó oficialmente al FPÖ el encargo de formar gobierno.
¿De solitario a canciller?
A Herbert Kickl lo describen como menos carismático que los anteriores dirigentes del FPÖ, un hombre solitario que actuó en segundo plano durante mucho tiempo. Kickl, que nació en 1968 en Villach, en el estado de Carintia, sólo concede algunas entrevistas a ciertos medios. De su curriculum se sabe muy poco: casado, un hijo, practica triatlón y deportes de montaña. Después del servicio militar, estudió Humanidades en Viena y terminó sin título.
Surgido de las cenizas del caso Ibiza
Kickl ascendió paso a paso en el partido: como redactor de discursos y asesor de su antiguo dirigente Jörg Haider, y más tarde como secretario general de su sucesor Heinz-Christian Strache. Kickl, líder del partido desde 2021, logró poner fin al escándalo del caso Ibiza, a pesar de que el entonces jefe de gobierno del ÖVP, Sebastian Kurz, lo acusó de estar involucrado. Kickl, entonces ministro del Interior, se negó a dimitir junto con Strache y se convirtió en el primer ministro de la Austria moderna en ser despedido. Un video grabado en secreto en Ibiza documentó cómo Strache y un colega del partido estarían dispuestos a participar en un caso de corrupción.
Línea dura en materia de migración y euroescéptico
En sus 17 meses como ministro del Interior, Kickl llamó repetidamente la atención por sus posturas de línea dura, sobre todo, hacia los inmigrantes: planeó, por ejemplo, un toque de queda en los centros de acogida de llegada y también consideró deportar a criminales extranjeros con cargos antes de que pudieran acogerse al proceso de apelación. Durante la campaña electoral europea de 2019, Kickl dijo en la emiosra ORF que quería eludir el Convenio Europeo de Derechos Humanos: «Porque sigo creyendo que se aplica el principio de que la ley debe seguir a la política y no la política a la ley”.
Herbert Kickl comparte la orientación euroescéptica de su partido. El programa electoral del FPÖ prevé una reducción de las competencias de las instituciones de la UE y pide una «Austria fortificada” dentro del espacio Schengen. En eso el FPÖ es algo más moderado que la AfD en Alemania, que de cara a las elecciones federales del 23 de febrero de 2025 reafirma su posición de abandonar la UE.
En muchos otros ámbitos, sin embargo, el FPÖ y la AfD están en la misma línea: «remigración» y deportaciones masivas. Al igual que los representantes de la AfD, Kickl también buscó durante la pandemia de COVID-19 la cercanía con los opositores a la vacunación y los que creen en conspiraciones.
Gas ruso y la culpa de Occidente
El FPÖ y la AfD también están unidos en su rechazo a los envíos de armas a Ucrania. En febrero de 2023, en el primer aniversario de la invasión rusa, Kickl habló en el Parlamento de Viena de una «larga historia de provocaciones por parte de EE.UU. y la OTAN», de la que ambas partes tenían la culpa. Kickl se pronunció contra las sanciones europeas a Rusia. El FPÖ considera que el gas ruso «sigue contribuyendo de manera importante” a la seguridad del suministro.
El FPÖ firmó un acuerdo de amistad con el partido Rusia Unida de Vladimir Putin en 2016. Los políticos de seguridad alemanes dijeron en otoño que si el FPÖ gobernara Austria, habría que revisar la cooperación en materia de inteligencia. El diputado de la CDU Roderich Kiesewetter calificó al FPÖ de «caballo de Troya de Rusia en Europa”.
Sus críticos temen que Kickl, como canciller, pueda emular el estilo del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que también es amigo de Rusia, y tal vez incluso reformar Austria basándose en el modelo húngaro. Ambos mantienen buenas relaciones y en verano sellaron en Viena con el exprimer ministro checo Andrej Babiš la facción «Patriotas por Europa» del Parlamento de la UE.
(rmr/ers)
