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Solo una muy pequeña parte del total de solicitudes de asilo en Alemania por parte de ciudadanos de América Latina se resuelve de manera favorable. DW le ofrece las estadísticas y el análisis de expertos.Llegaron a Alemania desde Colombia hace 2 años. Son 6 mujeres y 4 hombres, de entre 20 y 45 años. La mayoría de ellos viene de las denominadas «zonas rojas” del país y se sienten -o son, según se mire- perseguidos.
Lo cierto es que en suelo germano solicitaron asilo, y en las últimas semanas recibieron la resolución de las autoridades alemanas: el estatus de asilados no les fue concedido y les corresponde ser deportados.
Un dato no menor es, sin embargo, que en este tiempo se han desempeñado -y aún lo hacen- como cuidadores en un hogar de ancianos con demencia, un sector en el que Alemania tiene miles de vacantes por cubrir y necesita urgentemente personal.
Así, por la permanencia del grupo en el país se ha manifestado hasta el actual ministro de Salud germano, con lo que su futuro aún está por verse.
Diferencia clave
Para las autoridades competentes, sin embargo, la situación es clara: «Estas personas han hecho uso del derecho de asilo, a pesar de que aparentemente han venido a Alemania a trabajar”, indica en entrevista con DW Jochen Hövekenmeier, encargado de prensa de la Oficina Federal de Migración y Refugiados,conocida por sus siglas BAMF. «Y esto no funciona, porque, por trágicos que sean los destinos individuales, a nosotros, como BAMF, no se nos permite tener en cuenta en el procedimiento de asilo los logros en materia de integración, tales como la rápida incorporación al trabajo”, sostiene.
«Llegan muchas personas que no están perseguidas, que no tienen una razón para ser protegidas, y que, en realidad, vienen más bien por cuestiones económicas, porque quieren trabajar aquí, porque los salarios en Alemania son varias veces los que podrían obtener en sus países de origen: este es el caso muchas veces de quienes vienen de Sudamérica”, explica Hövekenmeier. «Pero para esto, el asilo es el camino completamente errado”, asegura.
«La separación de la inmigración laboral y la inmigración de asilo establecida en la legislación alemana es necesaria para evitar solicitudes de asilo con el objetivo de trabajar en Alemania y para evitar falsos incentivos”, apunta, en el mismo sentido, un portavoz del Ministerio del Interior alemán consultado por este medio.
«Además, sería contradictorio con la finalidad humanitaria del Derecho de asilo combinarlo con argumentos de utilidad para la economía”, completa el portavoz del organismo.
¿En qué casos, entonces, sí es concedido el estatus de asilado?
«Existe, por un lado, el asilo clásico, fijado en la Constitución, que contempla, mayormente, los casos de persecución política. Luego está la Convención de Ginebra y el Estatuto de los Refugiados, que incluye también la persecución religiosa, o por motivos de orientación sexual. Y luego tenemos el otorgamiento de medidas de protección subsidiaria, que constituyen el típico caso de los países con guerra civil”, detalla Hövekenmeier.
«Evaluamos muy bien la situación de cada país, y no lo hacemos de un modo frívolo”, defiende, asimismo, el accionar oficial. Al tiempo que puntualiza: «La situación del país es muy importante, pero aún más (para la concesión de asilo) lo es la situación individual, la historia personal de persecución”.
«Ni siquiera el caso de Cuba es un automatismo”, aclara.
Solicitudes de asilo por parte de latinoamericanos
¿Cuántas son, pues, en este marco, las solicitudes de asilo presentadas por ciudadanos provenientes de América Latina, y cuántas las resoluciones favorables al respecto? (ver gráfico)
«Hay dos países que tienen una situación muy particular, que son Colombia y Venezuela”, analiza el abogado colombiano residente en Alemania Fernando Ortega. «En estos países el número de solicitudes de asilo han venido en aumento en los últimos dos años, y, en el caso de Colombia, en el último año de manera muy drástica”, afirma el cofundador de la iniciativa «Derecho al Asilo”.
En cuanto a las respuestas a esas solicitudes, «la tasa de reconocimiento en el último año no pasa del 1 por ciento, la mayor fue del 0,6 por ciento. Es decir que, de cada 100 colombianos que solicitan asilo, refugio o protección internacional en Alemania, menos del 1 por ciento está obteniendo respuesta positiva”, detalla ante DW.
«En el caso de Venezuela, esta tasa se ubica entre el 19 y el 23 por ciento”, refiere. «La más alta tasa de reconocimiento ha sido tradicionalmente Cuba”, da cuenta.
¿Consenso social en descenso?
Con todo, la tendencia le preocupa: «Tanto las autoridades administrativas como los jueces están tendiendo a reconocer menos la situación política en América Latina como susceptible de protección internacional en Alemania”, indica el experto.
Lo cual, a su juicio, no sería casual: «La situación política en Alemania y en toda Europa se ha venido desarrollando en una dirección menos favorable al otorgamiento de asilo y, en los últimos años, esto se ve reflejado en las decisiones sobre el tema”.
«Los ánimos se han vuelto en contra de los solicitantes de asilo”, apunta, por su parte, la etnóloga Nora Braun, especializada en la situación de Colombia. «Los solicitantes de asilo, y los inmigrantes en general, se están convirtiendo en el chivo expiatorio de todo lo que no va tan bien en la sociedad alemana”, analiza la experta, dedicada a la tarea con refugiados en Cáritas Schwarzwald-Gäu.
Y critica: «La ley de asilo alemana no es lo suficientemente exhaustiva: la gente huye por muchas más razones que las que se tienen en cuenta en la ley de asilo”.
Con todo, una apelación es unánime: «Si hay alguien que está pensando en utilizar el asilo como alternativa migratoria, que no se equivoque: no es la vía. Se van a encontrar en Europa con las fronteras cerradas”, advierte, con conocimiento de causa, Ortega.