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En Alemania tendrán lugar elecciones anticipadas el 23 de febrero de 2025. Y la premura plantea desafíos prácticos.La fecha de las elecciones alemanas anticipadas se convirtió en tema de un debate político cada vez más enconado, que involucró a la comisión electoral federal y hasta al jefe de la asociación de la industria papelera alemana.
La cadena pública ARD informó este martes (12.11.2024) que los socialdemócratas en el Gobierno (SPD) y la opositora Unión Cristianodemócrata (CDU) acordaron finalmente celebrar elecciones parlamentarias el 23 de febrero de 2025. Es decir, unos siete meses antes de la fecha regular.
Según ARD, los liberales (FDP), cuyo desacuerdo con los socialdemócratas provocó la ruptura de la coalición, también han aceptado la nueva fecha, al igual que Los Verdes, también parte del Ejecutivo tripartito. Se espera que el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, conceda su visto bueno a la decisión.
El acuerdo puso fin a varios días de disputas sobre el desafío logístico que plantea el adelanto de las elecciones federales, en las que podrán votar más de 60 millones de ciudadanos alemanes.
Escasez de papel
El canciller Olaf Scholz propuso inicialmente celebrar los comicios a finales de marzo o principios de abril, alegando que el Gobierno necesitaba tiempo para aprobar ciertas leyes que habían estado a punto de despacharse, y las autoridades competentes, para organizar en forma adecuada las elecciones.
La presidenta de la comisión electoral federal, Ruth Brand, sugirió que las vacaciones de Navidad y la escasez de papel podrían causar problemas. Eso llevó a que la CDU acusara a Scholz de presionar a Brand, que es miembro de su SPD, para que lanzara tal advertencia. “Uno tiene la impresión de que hubo influencia política”, dijo Jens Spahn, destacada figura de la CDU.
Algunos funcionarios regionales también han advertido contra unas votaciones precipitadas, especialmente en Berlín, donde las últimas elecciones de 2021 tuvieron que repetirse parcialmente debido a irregularidades en algunos colegios electorales.
Wilko Zicht, director de la organización sin fines de lucro Wahlrecht, calcula que las autoridades tendrán que hacer un trabajo de cuatro meses en sólo dos. “Por supuesto, el número de errores aumenta si se hace algo precipitadamente”, advierte a DW.
Problema para partidos pequeños
“Para los partidos más grandes no es realmente un problema”, dice Zicht, dado que ya habrían empezado de todos modos a planificar las elecciones de septiembre. “Ya estarían confeccionando sus listas de candidatos, así que no es un drama absoluto para ellos”, puntualiza.
Según Zicht, más complicado será el asunto para los partidos políticos más pequeños, que no disponen de los recursos y el personal necesarios para elaborar rápidamente listas de candidatos. “Incluso después de haber encontrado a los candidatos, tienen que reunir suficientes firmas para que se les permita figurar en las papeletas”, explica.
Las autoridades locales, por su parte, tienen que encontrar locales de votación y voluntarios electorales, e imprimir rápidamente papeletas, sobre todo las utilizadas para votar por correo, que deben enviarse mucho antes del día de las elecciones.
El verdadero peligro
El asunto del voto por correspondencia es urgente, sobre todo para los alemanes que viven en el extranjero, entre otras cosas porque Alemania no suele permitir que sus ciudadanos voten en las embajadas.
Se supone que los votantes deben recibir los votos por correo al menos tres semanas antes de las elecciones, para darles tiempo a devolverlos, “pero eso no siempre funciona”, dice Zicht. Es probable que este problema se agrave aún más en esta ocasión.
Pero todas estas cuestiones prácticas son relativamente menores comparadas con los problemas que podrían surgir, según Zicht, cuando la organización de unas elecciones se convierte en parte del debate político, como ha ocurrido esta semana, y se acusa a figuras como Ruth Brand de estar sujetas a influencias políticas.
“Eso es un problema”, alerta Zicht. “Acusar a la presidenta de la comisión electoral de partidismo me parece muy problemático. Si se deslegitima la independencia de la organización electoral, entonces sí que se está dando un hachazo a nuestra democracia. Hace cuatro años vimos en Estados Unidos lo que ocurre cuando la gente empieza a cuestionar las elecciones. Definitivamente, no queremos importar eso”.
(ers/rml)